Los vientres de alquiler son una «práctica inhumana» y una «explotación del cuerpo humano», afirma Giorgia Meloni

El viernes pasado, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, emitió una enérgica condena contra la práctica de los vientres de alquiler, calificándola como «inhumana» durante su participación en la conferencia «Por una Europa joven: transición demográfica, medio ambiente, futuro».

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En su intervención, la líder conservadora destacó que la gestación subrogada alimenta un mercado transnacional que tergiversa la realidad al presentarla como un acto de amor, cuando en realidad implica la explotación del cuerpo humano. Meloni afirmó que la gestación subrogada no representa libertad, sino que reduce al niño a la categoría de un simple producto.

El partido de Meloni, Fratelli d’Italia, ha presentado un proyecto de ley para penalizar la gestación subrogada en Italia, contemplando penas de cárcel de hasta dos años y multas significativas para quienes participen en esta práctica, tanto dentro como fuera del país. Aunque aprobado por el Senado, el proyecto aún debe ser ratificado por la Cámara de los Diputados para convertirse en ley.

Asimismo, la primer ministro abordó el desafío demográfico que enfrenta Italia, subrayando que es una prioridad absoluta para su gobierno. Con una tasa de natalidad baja, Italia necesita asegurar un futuro para su población. Meloni resaltó la importancia de cambiar la narrativa que ha estigmatizado la maternidad y la paternidad, reafirmando que ser padres implica una asunción de responsabilidad que debe ser equitativa y compartida.

“No tiene sentido gestionar el presente si no se puede asegurar el futuro. El gobierno tiene la responsabilidad de garantizar un futuro para su nación. Considero que el enfoque con el que este gobierno aborda estas cuestiones es un cambio de ritmo fundamental en comparación con el pasado”.

El gobierno de Meloni ha mantenido una postura firme en defensa de la familia tradicional, conformada por un padre y una madre, y ha tomado medidas para bloquear el registro de hijos de parejas del mismo sexo, lo que refleja su compromiso con los valores conservadores.