Los peligros del Darién: la oscura razón por la que es casi imposible atravesar América por tierra
“Vi un señor agonizando. Murió el viernes y se llamaba Wilmer, un señor mayor”. Este es parte del testimonio de Andrea, una ciudadana venezolana de menos de 30 años que sobrevivió al Tapón del Darién, la peligrosa selva entre Colombia y Panamá, y la razón por la que es casi imposible cruzar de América del Sur al Norte por tierra… y contarlo.
A pesar de que la carretera Panamericana fue concebida en 1923 con la idea de conectar todo el continente, no es posible recorrer América completamente por tierra debido a la barrera natural que significa el Tapón de Darién. Esta densa y pantanosa selva no sólo ha impedido la construcción de caminos, sino que además es un terreno donde si cruzas caminando encuentras todo tipo de peligros.
Por ahí pasan anualmente miles de migrantes, muchos con sus hijos pequeños en brazos o padres ancianos, como parte de su ruta hacia los Estados Unidos.
Los viajeros, en su mayoría de la misma nacionalidad de Andrea, guardan la esperanza de encontrar un mejor futuro a kilómetros de su tierra natal. Huyen de la crisis económica, la convulsión social, la avasallante criminalidad, la represión política, o de todo a la vez.
Para los migrantes, atravesar a pie decenas de kilómetros de la espesa selva no es nada comparado con lo que viven en su país o, por lo menos, así lo sienten.
Quieren mejores oportunidades para ellos y sus familias, así el costo sea adentrarse a ese inhóspito lugar, arriesgando su vida y la de los suyos.
Según datos oficiales de la Defensoría del Pueblo de Colombia, más de 520 mil migrantes intentaron cruzar el Darién solo en 2023. Cinco años antes, en 2018, las autoridades creen que la cifra se situaba por debajo de los 10 mil.
Las severas crisis migratorias en algunos países de esta parte de la región, principalmente en Venezuela, Cuba y Haití, y los testimonios de aquellos que lograron cruzar este paso limítrofe motivaron que muchísimas más personas se interesen en los últimos años.
Pero el Darién no es un camino exclusivo de migrantes de América Latina. Hasta este punto también llegan ciudadanos afganos, chinos y somalíes. Buscan lo mismo que venezolanos, colombianos, ecuatorianos y haitianos: el ansiado sueño americano.
“No sé nada de mi hija”
BioBioChile se adentró en grupos de Facebook, alguno de ellos cerrados, que fueron creados exclusivamente para intercambiar información sobre cómo cruzar con éxito el llamado tapón del Darién.
La idea de atravesar esta espesa selva por un “futuro mejor” ronda por un buen tiempo en la cabeza de los migrantes, pero se empieza a materializar justamente en esta red social. Leer los comentarios de otros que lograron cruzarla, los hace pensar que es posible aventurarse.
En el grupo llamado ‘Selva del darien 2024′, que cuenta con casi 170 mil miembros activos en Facebook, la mayoría de personas que consultan sobre costos, guías o rutas óptimas para pasarlo lo hacen como “participante anónimo”.
“Buenos días, una pregunta: ¿Con cuánto dinero se pasa la selva?”, “¿Es obligación pagar por guía?”, “Hola a todos, voy con mi tía y unas dos primas pequeñas. ¿Con 400 dólares nos alcanzará?” o “¿Alguien que vaya con pocos recursos para el Darién?”, son algunos de los muchos comentarios.
En estos mismos grupos de Facebook, uno también se topa con peticiones desesperadas de información sobre familiares desaparecidos hace varios días en el Darién.
“Buenas tardes, amigos, los que entraron a la selva, que iban con niños, ¿salieron ya? Alguien que me dé razón de eso, por favor. No sé nada de mi hija, estoy muy angustiada”, comentó una mujer el pasado 10 de octubre.
Muertes por cientos
De acuerdo al Instituto de Política Migratoria de los Estados Unidos, del 2014 a mediados del 2023 se registraron 377 muertes y se estima que hay muchas desapariciones al interior de esa selva que no se registran ante las autoridades.
Mientras algunos empiezan a materializar —en estos grupos de Facebook— su pensamiento de cruzar esta zona, otros se desaniman completamente al ver las crudas estadísticas o leer los comentarios de los migrantes que lo lograron, pero que aconsejan mejor no retar al Darién.
Justamente, una de esas sobrevivientes es Andrea, quien es natural de Maracaibo (Venezuela). A inicios de este mes, hizo una impactante publicación: “Hola, amigos, buenas tardes. Entré el miércoles a la selva, salí el domingo y de verdad que no se lo recomiendo. Vi un señor agonizando. Murió el viernes, se llamaba Wilmer, un señor mayor. No pude tomar fotos”.
BioBioChile intentó contactarse con ella a través de mensajes directos a su cuenta de Facebook para conocer si se encontraba bien, pero —hasta la publicación del presente informe— no obtuvimos respuesta.
Un aviso que no importa
En YouTube, abundan videos sobre la peligrosa ruta del Darién. En estos se aprecia que en los accesos a esta selva hay numerosos carteles informativos que intentan persuadir, como último recurso, a los migrantes que llegan decididos a adentrarse.
“¿Por qué Darién no es una ruta? Porque es un ambiente con serpientes letales, con riscos y lechos de ríos erráticos, que desafía la mayoría de los adultos. Dejándolos exhaustos, deshidratados y enfermos”, se lee en uno de esos carteles del Servicio Nacional de Fronteras de Panamá, el Senafront.
De acuerdo con la Agencia de la ONU para los Refugiados, son numerosos los peligros que enfrentan las personas que buscan cruzar el Darién: extorsiones, altas temperaturas, picaduras de animales, robos y violencia física o sexual.
También la presencia del Clan del Golfo, un grupo armado que opera en el norte de Colombia representa un potencial riesgo para los viajeros. Informes policiales revelan que los guías o “coyotes” pagan a esta red criminal un monto considerable de lo recaudado.
BioBioChile conoció, tras contactar por WhatsApp con un número de un hombre que se anunciaba como “guía colocho”, que las rutas que se siguen para cruzar el Darién tienen distintas tarifas.
Algunas incluyen alimentación y agua y otras, para hacer más llevadero el trayecto, transporte terrestre o marítimo en ciertos puntos. Las menos costosas rondan los doscientos dólares y las más caras pueden llegar a los dos mil dólares.
Desde julio pasado, ya está vigente un acuerdo que firmaron Panamá y Estados Unidos para repatriar migrantes irregulares que cruzan esta selva.
Según la embajada norteamericana en tierras panameñas, la medida ya empezó a disminuir el paso de migrantes ecuatorianos y colombianos. Lo cierto es que aún hay un gran grupo que, en pleno 2024, continúa con la idea de retar al Darién por un “futuro mejor”.