Los despidos en el gobierno de EE.UU. podrían ascender a miles, dice la Casa Blanca

Washington vive su segundo día de cierre parcial del gobierno federal, luego de que el Congreso no alcanzara un acuerdo presupuestario antes del inicio del nuevo año fiscal, el 1 de octubre. La situación ha generado preocupación por el impacto en cientos de miles de trabajadores y en servicios esenciales para los ciudadanos.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, señaló que el presidente Donald Trump y su equipo están trabajando de manera constante para lograr un acuerdo que permita la reapertura del gobierno. “El presidente quiere ver al gobierno funcionando nuevamente, y confiamos en que habrá una votación que lleve a esa solución”, declaró.
El cierre, el número quince desde 1981, afecta a aproximadamente 750.000 empleados federales, de los cuales una gran parte se encuentra suspendida sin goce de sueldo, mientras que otros —incluidos militares y agentes de la Patrulla Fronteriza— deben continuar con sus labores sin recibir pagos inmediatos. Programas de gran alcance, como el Seguro Social, continúan operando, pero otros servicios, como la supervisión financiera, la publicación de datos económicos y parte de la investigación científica, han sido interrumpidos.
Leavitt responsabilizó a los demócratas por bloquear un proyecto de resolución de gastos que, según explicó, en otras ocasiones había sido aprobado sin objeciones. “En 13 oportunidades anteriores los demócratas votaron a favor de esta medida. Hoy, por un cálculo político, han decidido cerrar el gobierno y mantener al país como rehén”, afirmó.
Entre los puntos más controvertidos está la cobertura de beneficios de salud. La vocera acusó a la oposición de insistir en extender subsidios que, en la práctica, podrían beneficiar a inmigrantes en situación irregular, algo que la administración Trump rechaza de manera categórica. “El presidente ha sido claro en que los recursos financiados por los contribuyentes deben destinarse a los ciudadanos estadounidenses que cumplen la ley”, enfatizó.
Si el cierre se prolonga, se anticipan consecuencias adicionales: retrasos en vuelos, problemas en el sistema de asistencia alimentaria que alcanza a unos 7 millones de personas, y dificultades para mantener algunos programas sociales.
El Senado tiene previsto reunirse el viernes para abordar nuevamente la cuestión presupuestaria. Mientras tanto, la Casa Blanca asegura que seguirá presionando por una resolución que garantice tanto la continuidad del gobierno como la protección de los intereses de los contribuyentes estadounidenses.