Los agricultores franceses también se rebelan contra los altos impuestos y las regulaciones ecológicas
Agricultores han protagonizado una serie de protestas en Francia contra los impuestos y las regulaciones ecológicas impulsadas por el gobierno de su país en consonancia con las exigencias de la Unión Europea.
En una acción que recuerda a las movilizaciones generalizadas en Alemania, el sector agrario francés bloqueó carreteras obligando al frágil nuevo gobierno de Emmanuel Macron a ceder rápidamente a sus demandas.
Sin embargo, después de una reunión con el nuevo Primer Ministro Gabriel Attal el 22 de enero, los agricultores anunciaron que continuarán protestando hasta que el gobierno tome medidas efectivas.
“Le dijimos (a Attal) que no nos conformaríamos con palabras», dijo a los periodistas después de la reunión Arnaud Rousseau, jefe de FNSEA, el sindicato agrícola más grande de Francia.
«Le dijimos que, para generar confianza, necesitaba salir al campo. Se comprometió a reunirse con los agricultores en el campo en los próximos días”, añadió.
Los agricultores en Francia están protestando por prácticamente las mismas políticas que comparten sus colegas de toda Europa: presiones sobre los precios, aumento de impuestos y una regulación verde paralizante.
Entre las demandas puntuales que surgen del país galo se encuentran un impuesto gubernamental sobre el combustible para tractores, importaciones baratas, problemas de almacenamiento de agua, presiones de precios por parte de los minoristas y burocracia gubernamental.
De acuerdo a algunos analistas, Macron está dispuesto a ceder en sus políticas globalistas ante lo que considera un creciente apoyo del campo a la derecha política, encabezada por Marine Le Pen de Agrupación Nacional, de cara a las elecciones al Parlamento Europeo de junio.
De hecho, el gobierno francés ha suspendido un proyecto de ley agrícola, diciendo que primero quería escuchar a los representantes del sector para incluir medidas adicionales que apoyen el campo.
Francia es el mayor productor agrícola de la Unión Europea y los agricultores se han hecho oír constantemente a través de protestas masivas.
En el sector dicen que sus medios de vida están siendo amenazados a medida que los minoristas de alimentos aumentan la presión para bajar los precios después de una racha de alta inflación.
Asimismo, se critican las políticas «verdes» que bajan de Bruselas. Arnaud Gaillot, jefe de los Jóvenes Agricultores, pidió una pausa regulatoria en este ítem, argumentando que «la burocracia está consumiendo demasiado tiempo de los agricultores y que las regulaciones destinadas a reducir las emisiones de carbono son demasiadas».
Jordan Bardella, presidente de Agrupación Nacional, expresó al respecto: «Hay una ira creciente contra la Unión Europea y la Europa de Macron, que quiere la muerte de nuestra agricultura».
En efecto, desde las esferas gubernamentales se teme un efecto colateral de las protestas de los agricultores en Alemania, Polonia y Rumania, escenario que ciertamente ya se está dando.