Las 3 reformas estructurales que prepara el Gobierno de Milei para después de las elecciones legislativas

El Gobierno de Javier Milei ultima tres reformas estructurales que presentará al Congreso argentino tras las elecciones legislativas de octubre de 2025. Estas iniciativas, centradas en los sistemas tributario, laboral y previsional, buscan consolidar un modelo económico basado en el libre mercado, reducir la carga del Estado y atraer inversión privada.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta que estas medidas, junto con un paquete de desregulación, podrían incrementar el crecimiento anual del PBI en hasta 1,5 puntos porcentuales durante los próximos cinco años, fortaleciendo la estabilidad económica.
El calendario de las reformas está definido por la coyuntura política. Las propuestas tributaria y laboral, consideradas prioritarias, se presentarían antes de diciembre de 2025, mientras que la reforma previsional, más sensible por su impacto social, se postergaría hasta fines de 2026.
El ministro de Economía, Luis Caputo, afirmó el 26 de abril en un encuentro con inversores en Estados Unidos: “Esto lo decidirá el Presidente. Son muy necesarias para seguir bajando el costo argentino y desincentivar la informalidad”.
Estas medidas, según el Gobierno, son clave para “remonetizar” una economía con un nivel de liquidez que opera “menos de la mitad de lo normal”.
La reforma tributaria apunta a simplificar un sistema que actualmente incluye más de 155 impuestos, de los cuales solo seis —Ganancias, IVA, contribuciones a la seguridad social, impuesto a los débitos y créditos, derechos de exportación e ingresos brutos— representan el 80% de la recaudación.
El plan contempla reducir el número de tributos, eliminar los menos significativos, unificar alícuotas diferenciadas del IVA y minimizar el gasto tributario derivado de regímenes especiales.
“Desarrollaremos y, en el momento oportuno, compartiremos con el personal del Fondo una propuesta integral de reforma tributaria con impacto fiscal neutro que simplifique el sistema mediante la reducción drástica del número de tributos (objetivo para diciembre de 2025)”, señaló el equipo económico en un memorando oficial del FMI fechado el 16 de abril.
La reforma laboral, por su parte, busca combatir la informalidad, que afecta al 40% de los trabajadores según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) de 2024.
El proyecto incluye flexibilizar las normas de contratación, facilitar la movilidad laboral y promover el empleo formal, medidas que el FMI considera esenciales para “mejorar la competitividad” de Argentina frente a economías emergentes como Polonia o Costa Rica.
Las reformas laborales iniciadas a fines de 2023 ya muestran resultados, con proyecciones de un crecimiento del PBI superior al 6% para 2025, según estimaciones del organismo internacional.
La reforma previsional, la más compleja de las tres, está diseñada para garantizar la sostenibilidad del sistema jubilatorio, pero su implementación depende de avances previos en el mercado laboral.
“Un cambio estructural jubilatorio está relacionado a modificaciones que previamente deberían tener lugar en el mercado laboral, de manera de hacer más viable el sistema de jubilaciones”, aseguraron fuentes gubernamentales citadas por Infobae el 3 de mayo.
El objetivo es equilibrar las finanzas públicas sin descuidar a los sectores más vulnerables, un desafío que el FMI destacó al señalar que “el equilibrio entre la apertura de la economía y la protección de los sectores más débiles será clave”.
El respaldo del FMI fortalece la posición del Gobierno. En un informe técnico del 16 de abril, el organismo afirmó: “Las reformas estructurales implementadas en Argentina a partir de fines de 2023 tienen el potencial de generar un aumento significativo en el crecimiento del PBI en el mediano plazo”.
Además, subrayó la necesidad de mejorar la gobernanza y la regulación empresarial para atraer inversiones, un punto alineado con los valores de libertad económica que defiende el gobierno libertario.
La coyuntura económica respalda la urgencia de estas reformas. Con un crecimiento proyectado del PBI superior al 6% para 2025, impulsado por un dólar flotante y la flexibilización cambiaria, Argentina busca superar desafíos estructurales como la baja monetización y una presión tributaria que desalienta la inversión.
Caputo, en abril de este año, describió la situación con una analogía: “Hoy tenemos un muy buen auto. La economía es un auto y si tenés buenos fundamentals, tenés un buen auto. Si tenés un buen ancla, tenés un buen motor. El nivel de monetización es el combustible”.
El éxito de las reformas dependerá del resultado electoral. La Libertad Avanza, con 39 diputados, aspira a alcanzar un bloque de 92 escaños con el apoyo de aliados como el PRO y el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID).
En Buenos Aires, donde se renovarán 35 bancas, el oficialismo espera sumar entre 18 y 20 diputados, con figuras como José Luis Espert y Cristian Ritondo como posibles líderes de lista. Este fortalecimiento legislativo será crucial para aprobar las reformas en un Congreso fragmentado.
La historia reciente muestra que las reformas estructurales enfrentan resistencias. Durante los gobiernos de Mauricio Macri y Enrique Peña Nieto en México, iniciativas similares chocaron con oposición sindical, judicial y legislativa. En Argentina, sindicatos y ciertos tribunales han bloqueado cambios laborales y previsionales en las últimas décadas.
Para superar estos obstáculos, el Gobierno apuesta por un debate público amplio y transparente que convenza a la sociedad de los beneficios de las reformas, un enfoque que el FMI respaldó al destacar la importancia de “fortalecer la transparencia y la mejora en la gobernanza”.