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Las 13 dinastías que forjaron los cimientos de la cultura tradicional china

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La civilización china, con más de 5 mil años de historia, es la más antigua del mundo y continúa aún vigente a pesar de que en los últimos 70 años hubo un esfuerzo enorme por esconderla y dejarla en el olvido.

La narración de la historia tradicional de China gira en torno al llamado ciclo dinástico, a través del cual los acontecimientos históricos se explican como resultado de sucesivas dinastías de reyes y emperadores que pasaron por etapas que alternaron auge y declive.

La diversidad cultural que existió en China, debido en gran parte a su enorme extensión geográfica, fue un gran desafío que debieron sortear los diversos gobiernos dinásticos para lograr una unidad política y social genuina.

Durante estos 5 mil años de historia alternaron muchos gobiernos, hubo enfrentamientos, guerras, desarrollo de creencias y costumbres, pero más allá de las diferencias entre cada dinastía, se mantuvieron ciertos puntos en común que llevaron a la creación de una civilización fuerte y cargada de costumbres y valores comunes basados en la rectitud, por lo menos hasta la llegada de comunismo al poder. 

A pesar de la complejidad que requiere el análisis de tantos años de historia y cultura, el ciclo dinástico nos permite llevar a cabo esta tarea utilizando una estructura lineal desde la antigüedad hasta la actualidad, lo que simplifica bastante la comprensión.

Los tres augustos y cinco emperadores

Los tres Augustos y los Cinco Emperadores son personajes mitológicos que fundaron y gobernaron China antes de la primera dinastía entre aproximadamente 2852 y 2070 a.C.

Según la historia tradicional, estos gobernantes dieron origen a la civilización china y fundaron la piedra angular de instituciones sociales, culturales y económicas clásicas como la familia, la escritura, la agricultura y tantas otras que marcaron a fuego a la civilización china.

Las diversas fuentes históricas coinciden en la existencia de tres Augustos y cinco emperadores, pero las identidades de estos varían según distintas fuentes, existiendo versiones diversas tanto para los Augustos como para los emperadores. También coinciden en que todos han vivido cientos de años y fueron responsables de numerosos milagros que dieron pie a muchas leyendas clásicas.

Los Tres Augustos, son nombrados originalmente por el gran historiador o Shiji de Sima Qian desde aproximadamente el año 109 a.C. Según Sima, los tres Augustos son el Soberano celestial o Fu Xi, el Soberano terrenal o Nuwa y el Tai o Soberano humano, Shennong. Todos son considerados desde las primeras escrituras como semidioses, héroes populares y sabios, todo en uno.

En cuanto a los Cinco Emperadores, Sima Qian los presenta como; el Emperador Amarillo, Zhuanxu, el Emperador Ku, el Emperador Yao y Shun. El Emperador Amarillo, también conocido como Huangdi, supuestamente gobernó durante 100 años, desde 2697 hasta 2597 a.C. y es considerado el principal creador de la civilización china.

Muchos creen que Huangdi era en realidad una deidad que bajó a la tierra, pero luego se transformó en un gobernante humano en la mitología china.

El segundo de los Cinco Emperadores fue el nieto del Emperador Amarillo, Zhuanxu, quien gobernó durante unos 78 años. En este período de tiempo, aunque no tan extenso, habría logrado cambiar radicalmente la cultura matriarcal de China hacia un patriarcado. Además, creó el primer calendario y compuso la primera pieza musical, llamada «La respuesta a las nubes».

El llamado Emperador Blanco o Emperador Ku, bisnieto del Emperador Amarillo, gobernó durante 70 años desde 2436 hasta 2366 a.C. Según la mitología a partir de su gobierno comenzó a desarrollarse la cultura musical de China, y él habría sido el creador de los primeros instrumentos musicales que luego perduraron por milenios.

El cuarto de los Cinco Emperadores, el Emperador Yao, está catalogado como un rey sabio y un modelo de perfección moral. Él y Shun el Grande, el quinto emperador, a pesar de formar parte de la mitología china son descritos por los historiadores como figuras reales con comportamientos humanos. 

Tanto los nombres de los Tres Augustos y Cinco Emperadores, como las fechas e historias que giran en torno a ellos son parte de las leyendas y mitologías fundacionales de China, que a pesar de no existir evidencia empírica que compruebe la veracidad completa de los hechos, resulta fascinante que existan registros históricos con 5 mil años de historia que se mantengan aún vivos y expliquen el origen de tan valiosa civilización. 

“Todas las tierras están bajo la vigilancia del Cielo”: El punto en común de todas las dinastías

Los antiguos chinos no conocían el concepto de «nación» tal y como lo conocemos hoy en día, y por lo general las fronteras entre reinos o gobiernos estaban definidas por las diferencias culturales y de creencias, pero no por líneas marcadas imaginariamente en el territorio.

«Todas las tierras están bajo la vigilancia del Cielo» fue un principio básico de los antiguos gobernantes que finalmente unificaron a China como nación. Los emperadores, llamados Hijos del Cielo, aseguraron títulos a los líderes de territorios vecinos, logrando de este modo unificar varias regiones y grupos étnicos bajo una sola administración, llamada dinastía.

La primera dinastía china se calcula alrededor del año 2000 a.C., y la última finalizó en el año 1912 d.C. En total gobernaron 13 grandes reinados durante un período histórico caracterizado por la alternancia de tiempos de unidad con la expansión de las dinastías, y períodos de divisiones en tiempos de crisis de poder. 

Durante las divisiones intervinieron diversos pueblos de Asia Central, que a lo largo de los siglos fueron asimilados a la población Han, el nombre utilizado frecuentemente para llamar a la población étnica china original, para diferenciarla de otras minorías étnicas que conviven actualmente en China.

Las 13 dinastías 

Desde el 2070 a.C. hasta la abdicación de su último emperador en 1912 d.C. los historiadores cuentan en total 13 dinastías sucesivas que gobernaron con diversas particularidades todo el territorio chino.

  • Dinastía Xia (2123-2025 a.C.):

Fundada por Yu el Grande (2123-2025 a.C.), la dinastía Xia es considerada la primera de toda la extensa historia. 

Según narran los historiadores, Yu habría adquirido el poder tras convertirse en líder indiscutido por desarrollar una técnica de control de inundaciones que detuvo la Gran Inundación que destrozó los cultivos de los granjeros durante generaciones.

Es muy poco lo que se conoce sobre esta dinastía, incluso muchos investigadores la agrupan junto a los gobernantes mitológicos de la historia china, mientras que otros aseguran que fue inventada por la posterior dinastía Zhou para justificar su propia historia.  

  • Dinastía Shang (1600-1050 a.C.)

La dinastía Shang existió entre 1600-1050 a.C. y es la primera que cuenta con evidencia arqueológica que respalda su existencia y sus importantes legados primitivos. Durante estos años gobernaron 31 reyes, quienes iniciaron la tradición por el desarrollo profundo del conocimiento sobre todo en áreas como las matemáticas, astronomía, arte y tecnología militar.

  • Dinastía Zhou (1046-256 a.C.)

Con casi 800 años de gobierno, la dinastía Zhou fue la más larga de toda la historia. 

Durante estos años floreció la cultura y la civilización se unificó y extendió territorialmente. Se codificó un sistema de escritura común y se desarrollaron las monedas como forma de intercambio tal como se conoce hoy en día. 

Durante esta época nacieron los grandes pensadores chinos de la antigüedad como Confucio y Lao-Tze entre otros. Quienes impartieron las bases fundamentales de la filosofía y el pensamiento ético y moral que rigió durante los milenios posteriores en toda la región.

La dinastía se caracterizó también por su lucha contra los distintos feudos que se mantenían independientes, siendo el gobernante Qin Shi Huangdi quien logró unificar estas ciudades/estado y convertirse en el primer emperador de una China unificada al dar inicio a la siguiente dinastía.

  • Dinastía Qin (221-206 a.C.)

Durante el reinado de Qin Shi Huangdi comenzó oficialmente la era de la China imperial. Si bien el período de gobierno fue el más corto, la expansión territorial fue muy grande y así también la consolidación del imperio que incluyó la unificación de las murallas de las distintas ciudades en una sola Gran Muralla.

  • Dinastía Han (206 a.C. – 220 d. C.)

Durante más de 400 años la dinastía Han logró mantener un período de estabilidad y prosperidad como no se volvió a repetir en la historia, tal es así que este lapso de tiempo es conocido como la Edad de Oro de China.

Entre otras cuestiones destacables durante estos años se inauguró lo que luego se llamó la Ruta de la Seda, a través de la cual China se relacionó con los países vecinos del oeste y más tarde con Occidente, desarrollando el comercio, intercambiando culturas y dando a conocer al mundo entero la existencia de China. 

También durante este período ingresó el budismo y se potenció el pensamiento confuciano. 

El nombre “Han” fue tomado como el nombre del pueblo chino. Hoy en día, los chinos Han constituyen el grupo étnico dominante en China y el más numeroso del mundo.

  • Período de las Seis Dinastías (220-581 d.C.)

Este fue un período turbulento de la antigua China en donde la región se dividió entre distintos gobernantes y se fracturó en dos grandes sectores; el norte y el sur.

  • Dinastía Sui (581-618 d.C.)

En el año 581 d.C. surgió la efímera dinastía Sui, la cual a pesar de su corta duración es recordada por establecer un nuevo rumbo en la historia al unificar los territorios del norte y del sur antes de ser derrocada por la dinastía Tang en el año 618 d.C. 

El confucianismo se desintegró como creencia religiosa dominante y dio paso al taoísmo y al budismo que se expandieron con fuerza por todo el territorio.

Durante estos años se destaca el empoderamiento del imperio chino, los emperadores Wen y Yang ampliaron considerablemente el ejército hasta convertirlo en el más grande de mundo al mismo tiempo que ampliaron y fortalecieron la Gran Muralla China como principal estrategia de defensa.

  • Dinastía Tang (618-906 d.C.)

Este fue el período considerado por los historiadores como el punto de mayor prosperidad de la civilización china. Además de ser años de estabilidad bélica, crecimiento económico y poblacional, durante estos años se obtuvieron importantes logros en tecnología, ciencia, cultura, arte, literatura y poesía.

La dinastía también vio a la única mujer monarca en la historia de China: la emperatriz Wu Zetian (624-705).

  • Período de cinco dinastías y diez reinos (907-960 d.C.)

Durante estos agitados años en el norte de China 5 aspirantes a dinastías se sucedieron uno tras otro sin darse tiempo a consolidarse en el poder. Durante el mismo período, 10 regímenes dominaron regiones separadas del sur de China.

A los años de prosperidad de la dinastía Tang le siguió este período de guerra y caos que duró 50 años hasta que en el año 960, la dinastía Song llegó finalmente al poder.

  • Dinastía Song (960-1279 d.C.)

La dinastía Song vio la reunificación de China bajo el emperador Taizu. Y durante estos tres siglos se desarrollaron importantes inventos como la pólvora, la imprenta, el papel moneda y la brújula, los cuales modificaron notoriamente el mundo moderno tanto en Oriente como en Occidente.

Los diversos gobiernos de la dinastía Song sufrieron importantes fracturas y luchas internas que provocaron un sinnúmero de fracciones que debilitaron lo suficiente al imperio chino como para permitir el avance de los mongoles por el norte del territorio.

La corte Song finalmente claudicó frente a la desafiante invasión del ejército mongol dominado por Kublai Khan quien dio origen a la dinastía Yuan.

  • Dinastía Yuan (1279-1368 d.C.)

Kublai Khan, nieto del poderoso Genghis Khan, fue el primer emperador de la dinastía Yuan. Khan fue el primer gobernante no chino en apoderarse de todo el imperio, el cual pasó a formar parte de uno de los más grandes imperios de la humanidad, el Imperio Mongol.

Las conquistas mongolas llegaron a unir bajo su imperio territorios tan distantes como Europa Oriental, Irán y China.

El reinado de los mongoles en China tuvo la difícil tarea de intentar gobernar un pueblo con características culturales diferentes a las suyas, lo que sumado a una serie de hambrunas, plagas y desastres naturales provocaron la insatisfacción de las sociedades, que desarrollaron grandes revueltas hasta la caída del poder mongol. 

  • Dinastía Ming (1368-1644 d.C.)

Durante este período, junto con la prosperidad económica generalizada de todo el imperio, también creció considerablemente la población china. Aunque los ataques de los pueblos nómadas del norte no cesaron e implicaron un problema constante para los gobernantes. 

Los conflictos bélicos incentivaron a las autoridades a ampliar y reforzar la Gran Muralla China, la cual llegó a tener un largo de más de 21 mil kilómetros de un extremo al otro, lo que significó un símbolo de poder enorme tanto para fortalecer los lazos internos como par amedrentar a los enemigos externos. 

La dinastía Ming también fue la responsable de levantar la Ciudad Prohibida, la famosa residencia imperial en Beijing.

  • Dinastía Qing (1644-1912 d.C.)

La dinastía Qing fue la última dinastía imperial de China, la cual fue sucedida por la República de China en 1912.

Los Qing eran manchúes en lugar de chinos Han. Los manchúes son una minoría étnica con raíces nómadas, con idioma propio y costumbres particulares provenientes de lo que ahora es el noreste de China.

Durante el período Qing, el territorio chino alcanzó su mayor extensión. Y si bien los primeros años el imperio gozó de relativa estabilidad, los siglos 19 y 20 llevaron a China a un conflicto cada vez más pronunciado con las potencias occidentales hasta que, en 1912, el último de los emperadores chinos, Puyi, abdicó a favor de un gobierno republicano.

Fin de la era de las dinastías y surgimiento del estado republicano

En las últimas décadas del siglo XIX, la hasta entonces poderosa China Imperial comenzaba a demostrar fuertes signos de debilitamiento, sobre todo tras las derrotas militares frente a las potencias extranjeras occidentales, como en las guerras del opio.

Esta debilidad llevó a muchos sectores de la pequeña burguesía china a plantear la necesidad de reformas políticas que permitieran al país lograr un mayor desarrollo económico y social que tal como demostraban haber adquirido las potencias extranjeras y, especialmente, Japón, país asiático al que muchos chinos veían como modelo a imitar.

Así fue como algunos sectores comenzaron a presionar para implementar un sistema político similar al republicano difundido en Occidente. Entre los sistemas propuestos pesaba con fuerza la idea de crear una monarquía constitucional que permitiría mantener la tradición imperial, adoptando al mismo tiempo un sistema político moderno, siguiendo los pasos de Japón.

Otros más radicales proponían eliminar la dinastía Qing, a la que por su origen manchú muchos veían como una dinastía extranjera, y en cambio imponer una república democrática como los países “más avanzados” de Occidente.

El ideólogo republicano más importante de los últimos años de la dinastía Qing fue Sun Yat-sen, quien ya en 1895 intentó llevar a cabo una revolución contra la dinastía lo que, tras fracasar en su intento, lo obligó a exiliarse en el extranjero. 

En octubre de 1911, tras un debilitamiento mayor de la dinastía Qing luego de perder la isla de Taiwán por el avance japonés, una nueva revuelta con aires republicanos, logró destruir lo que quedaba de la dinastía manchú y el primero de enero de 1912 se estableció oficialmente la República de China, y Sun Yat-sen, también fundador de la Kuomintang, pasó a ser el primer presidente chino.

Al exiguo gobierno de Sun Yat-sen le siguieron varios que alternaron períodos dictatoriales con pseudo democracias. Los conflictos internos crecieron y lentamente, pero con fuerza, logró ingresar el espectro comunista infiltrado desde Occidente tomando la forma del Partido Comunista Chino (PCCh), quien finalmente en 1949 tomó el poder por la fuerza tras vencer al ejército de los nacionalistas del Kuomintang (KMT), dando origen a la dictadura más grande de la historia de la humanidad, la cual continúa hasta el día de hoy. 

El PCCh elimina la historia tradicional

China carga en sus espaldas con más de 5 mil años de historia cargados de contenido, desarrollo, cultura, conocimiento y profunda Fe en lo Divino. Como todo lo realizado por humanos, las diversas dinastías cometieron grandes errores que provocaron también catástrofes a los pueblos.

Pero a pesar de las críticas nadie puede negar que los 5 mil años de civilización china han sido gloriosos en cuanto al desarrollo logrado tanto en áreas científicas y técnicas, como en el arte y la cultura. 

Sin embargo, la mayoría de los chinos de hoy no son consientes del valor de su propia historia. Porque bajo el régimen dictatorial del PCCh, la educación histórica de los jóvenes es producto del adoctrinamiento sino-marxista que limita la rica historia del país en un simple conjunto de rebeliones campesinas producto de la explotación de los gobernantes, lo que supuestamente generaba el surgimiento de las nuevas monarquías.

Según el PCCh todas las dinastías son de origen feudal y explotaron a sus ciudadanos en mayor o menor medida, obligándolos a rebelarse y sublevarse contra el poder.

Este reduccionismo histórico, sumado a la eliminación por la fuerza de todos los vestigios de la valiosa civilización china tradicional por parte del PCCh, lograron el crecimiento exponencial del comunismo que se apoderó y transformó a toda China en tan solo unas pocas décadas.

Las dinastías fueron el motor de fuentes de conocimiento y valor que modificaron no solo el mundo oriental sino también el occidental. Los valores artísticos, el desarrollo científico ligado a lo divino, y los valores éticos de la sociedad tradicional china no se han vuelto a ver. Por desgracia han sido escondidos por el perverso comunismo sin permitir a las generaciones presentes poder valorar tan preciado tesoro formado a partir de la vida de sus propios antepasados. 

Por Andrés Vacca

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