La terapia de shock de Javier Milei
El nuevo presidente quiere realizar numerosos cambios drásticos para lograr superar la crisis económica y social que atraviesa la Argentina. El economista “outsider”, quien ha sorprendido al mundo, quiere en primer lugar disminuir la gran bola de nieve inflacionaria: alcanza con pensar que la inflación de noviembre fue del 12,8% y la de diciembre proyecta casi el 30%, lo cual llevaría el acumulado anual al 220%.
La primera manera para hacerlo es detener la demencial emisión monetaria que realizó el anterior gobierno kirchnerista, reducir el gasto público y eliminar muchas regulaciones existentes con una liberalización casi total de la economía.
El presidente dictó una larga serie de medidas y desregulaciones a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia, que necesita la aprobación de por lo menos una de las dos cámaras del Congreso. Además, envió un proyecto de “Ley Omnibus” y convocó a sesiones extraordinarias. Cabe recordar que la Constitución argentina no permite al presidente decretar sobre tema fiscales, electorales y constitucionales.
Veamos rápidamente las medidas más importantes:
- Se privatizarán 27 empresas públicas (entre las más importantes: Aerolíneas Argentinas, la principal petrolera YPF, los ferrocarriles).
- Se abrirán todo tipo de importaciones, sin carga impositiva (con el gobierno anterior era casi imposible importar cualquier producto, lo cual paralizaba la actividad industrial).
- Extranjeros no residentes pagarán la Universidad Pública (debido a la total gratuidad de su educación pública, en la Argentina estudian una gran cantidad de extranjeros, principalmente de Sudamérica,). Esto provocó el enojo del presidente de Colombia, Gustavo Petro, por ejemplo.
- Decisión del trabajador respecto a los aportes al sindicato: antes dichos aportes eran obligatorios. Esta medida destruye el principal financiamiento que tiene la así llamada “mafia sindical” en el país.
- Boleta única (hasta ahora en la mayoría de las provincias se votaba con una única boleta por candidato, lo que significaba un gran gasto económico y logístico y aumentaba la posibilidad de fraudes).
- Liberalización de las telecomunicaciones, para que empresas como Starlink, por ejemplo, puedan ingresar al país (hasta hoy las telecomunicaciones eran un oligopolio).
- Rompe con el monopolio que los laboratorios farmacéuticos tienen en el país.
- Moderniza los costos laborales y reduce regulaciones para que sea más fácil generar empleo.
- Digitalización y Simplificación de Trámites: agiliza procesos gubernamentales y reduce la burocracia.
- Desregulación del Sector Agropecuario: impulsa la productividad y competitividad agrícola, eliminando restricciones que detenían la innovación y la inversión en este sector.
- Estímulo a las Inversiones Extranjeras: elimina barreras al capital extranjero, atrayendo inversiones que pueden generar crecimiento económico y puestos de trabajo.
- La derogaciones de la ley de Tierras y la ley de Pesca han tenido muchas críticas. Actualmente el gobierno ha tomado nota y se encuentra modificando la ley de Pesca para no dañar a las PyMES argentinas relacionadas a este sector.
Javier Milei tiene un enorme desafío por delante. No será nada fácil resolver problemas que hace casi 20 años recrudecen en una espiral perversa. Está claro que la actual crisis argentina necesita una terapia de shock. El nuevo dirigente tiene la oportunidad de hacer historia e incluso ser un ejemplo para otros países en vías de desarrollo, especialmente en Sudamérica.
Por Candela Sol Silva X: @candelasolsilva