La realidad detrás de una invasión a Taiwán: China fracasa en 22 de 24 simulaciones
A pesar de décadas de construcción militar, China pierde casi todas las simulaciones de invasión a Taiwán, excepto en los casos en que logra aislar a la isla —que se gobierna a sí misma— tanto de Estados Unidos como de Japón.

Mientras las tensiones geopolíticas continúan redefiniendo el Indo-Pacífico, la estabilidad del estrecho de Taiwán se ha convertido en un asunto de preocupación global. Cuando la primera ministra japonesa Sanae Takaichi advirtió que “la seguridad de Taiwán es la seguridad de Japón”, Pekín reaccionó con furia, advirtiendo a Tokio que no cruce sus “líneas rojas”. Pero esta respuesta no provino solo de una ofensa diplomática, sino de una ansiedad estratégica.
Ese miedo, según un análisis recientemente retomado, está respaldado por datos militares contundentes.
La revista japonesa President Online citó el trabajo de un exoficial de la Fuerza Marítima de Autodefensa conocido bajo el seudónimo “Mayor Wolf”. Su conclusión es contundente: el peor escenario para China no es solo Taiwán, sino la fuerza combinada de la alianza Estados Unidos–Japón.
Una espina en el costado del PCCh
Aunque Taiwán mantiene su independencia de facto como República de China (ROC), Pekín considera a la isla como una provincia separatista que debe ser “reunificada” por la fuerza si es necesario. El Kuomintang (KMT), que gobernó toda China hasta 1949, se retiró a Taiwán tras perder la guerra civil frente a los comunistas.
Sin embargo, los expertos señalan que una invasión china no sería fácil. Un influyente centro de estudios estadounidense respalda esta afirmación.
En 2023, el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) realizó una de las simulaciones de guerra sobre Taiwán más completas hasta la fecha. De 24 escenarios analizados, el Ejército Popular de Liberación (EPL) obtuvo una victoria clara solo en dos —y ambos dependían completamente de la falta de coordinación entre Estados Unidos y Japón.
La simulación del CSIS: cómo China perdió 22 veces
La simulación definió la victoria en términos absolutos:
- China gana solo si ocupa completamente Taiwán.
- Taiwán, EE.UU. y Japón ganan si impiden la ocupación.
A pesar de su enorme capacidad militar, China fracasó en 22 de las 24 invasiones simuladas. En el mejor de los casos, logró controlar solo una cuarta parte de la isla antes de ser repelida.
La razón principal: la logística del cruce del estrecho, no la falta de poder de fuego.
La geografía de Taiwán obliga a China a entrar por un corredor de invasión estrecho. Incluso con cientos de miles de soldados, China enfrenta limitaciones estructurales:
- Playas de desembarco restringidas
- Capacidad anfibia insuficiente
- Puertos fáciles de bloquear
- Líneas de suministro vulnerables
- Reforzamientos lentos
Este “cuello de botella de proyección” otorga a Taiwán —y a sus aliados— tiempo para defenderse y contraatacar de manera efectiva.
Los únicos dos escenarios donde China gana
El CSIS descubrió que Pekín solo puede ganar bajo una de dos condiciones extremas:
1. Estados Unidos no interviene.
Esto dejaría a Taiwán enfrentando solo a una fuerza abrumadora.
2. Japón prohíbe que EE.UU. use bases en su territorio.
Este es el factor crítico —y el que más teme Pekín.
Sin acceso a bases en Japón, Estados Unidos debe operar desde Guam o Hawái, lo que retrasa drásticamente su respuesta y cambia el resultado del conflicto.
Japón: el eslabón indispensable en la defensa de Taiwán
El juego de guerra identifica a Japón no como un actor secundario, sino como la piedra angular del sistema defensivo.
Japón aporta:
Bases cercanas y estratégicas
Sin Kadena, Yokosuka, Okinawa o Sasebo, la capacidad de ataque de EE.UU. se desploma.
Logística esencial
Incluyendo:
- Reparación rápida de aeronaves
- Reabastecimiento de municiones
- Almacenamiento de combustible
- Astilleros y mantenimiento naval
- Evacuación médica
Nada de esto puede realizarse a gran escala desde Guam.
Un territorio difícil de saturar
Por su distancia del continente chino, Japón ofrece bases:
- Más difíciles de impactar
- Más fáciles de reparar
- Más resistentes a un ataque prolongado
Japón es, en resumen, la fortaleza desde la cual EE.UU. puede sostener la guerra.
¿Puede China destruir las bases japonesas?
El CSIS evaluó la posibilidad de un ataque masivo de misiles chinos contra la infraestructura japonesa. La conclusión:
- Sus existencias de misiles balísticos son limitadas y costosas.
- Atacar decenas de instalaciones dispersas sería insostenible.
- Cada misil dirigido a Japón es uno menos para usar contra Taiwán.
- EE.UU. y Japón pueden reparar rápidamente daños en pistas y puertos.
Japón no puede ser “abrumado” como Taiwán; su distancia le da supervivencia y mantiene intacta la alianza defensiva.
Japón no necesita enviar tropas
Su rol esencial consiste en:
- Permitir el uso de bases estadounidenses
- Brindar apoyo logístico
- Defender su propio territorio
- Contribuir con inteligencia, vigilancia y guerra antisubmarina
Ninguna de estas acciones requiere combate directo, pero todas son decisivas.
La fórmula ganadora: una defensa de tres pilares
Los expertos coinciden en una ecuación simple:
Determinación de Taiwán + intervención de EE.UU. + apoyo logístico de Japón = China no puede tomar Taiwán
Si uno de los tres pilares cae, toda la estructura defensiva colapsa.
Por eso Pekín reacciona con furia cuando Tokio señala que “una contingencia en Taiwán es una contingencia para Japón”. El PCCh entiende los números, y sabe que no lo favorecen.
La simulación del CSIS ofrece un veredicto claro:
- China puede iniciar una guerra, pero probablemente no pueda ganarla.
- Japón es la clave que sostiene toda la defensa.
- La alianza EE.UU.–Japón es más decisiva de lo que Pekín admite públicamente.
- Las amenazas chinas reflejan temor, no confianza.
Para los estrategas chinos, estas conclusiones explican por qué Washington y Tokio insisten en mantener la “paz y estabilidad en el estrecho de Taiwán”: conocen las debilidades de China mejor de lo que Pekín quiere admitir.








