La ‘ola roja’ en el Congreso le da a Trump el poder para recortar impuestos y reducir el gasto público

La permanencia del poder en Washington por parte de los republicanos el próximo año permitirá al presidente electo Donald Trump impulsar una agresiva agenda de recortes de impuestos para empresas, trabajadores y jubilados que pondrá a prueba el objetivo frecuentemente anunciado por su partido de controlar la deuda gubernamental de 35 billones de dólares.

Se espera que las primeras prioridades incluyan extender los recortes de impuestos de Trump de 2017, financiar el muro a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México, recortar los fondos no gastados asignados por los demócratas, eliminar el Departamento de Educación y limitar los poderes de agencias como la Oficina de Protección Financiera del Consumidor, según legisladores y asistentes republicanos.

Los líderes republicanos consideran esas prioridades como un primer paso para garantizar un crecimiento económico y laboral dinámico para el país, así como un control más estricto sobre la inmigración.

«Es hora de ponerse a trabajar. Juntos haremos que Estados Unidos vuelva a ser grande», dijo en X el líder de la mayoría de la Cámara de Representantes, Steve Scalise, el segundo republicano en importancia en la cámara, después de la elección de Trump.

De esta forma, la agenda de Trump de combinar recortes de impuestos, recortes de gastos públicos para mantener y con más razón reducir la deuda.

Los republicanos tendrán que cumplir sus promesas mediante una herramienta parlamentaria conocida como reconciliación presupuestaria, que les permitiría aprobar leyes relacionadas con el gasto o los ingresos eludiendo la regla de «obstruccionismo» del Senado que requiere que 60 de los 100 miembros estén de acuerdo sobre la mayoría de las leyes.

Los republicanos utilizaron la reconciliación en los primeros dos años del primer mandato de Trump, al igual que los demócratas durante los primeros dos años del mandato del presidente Joe Biden, cuando tenían el control del Congreso.

Algunos conservadores de línea dura señalaron que tal vez no apoyarían recortes de impuestos sin compensarlos con recortes del gasto, como en los programas de seguridad social, Medicare y Medicaid.

«No hay garantía de que siga haciendo lo mismo de siempre. Dudo que lo haga», dijo el senador Ron Johnson, un partidario de la línea dura de Wisconsin que considera que una reforma importante del código tributario y recortes a los programas de gasto obligatorios distintos de los derechos sociales son necesarios para sufragar el costo de los recortes impositivos de Trump.

«O hacemos grandes cambios ahora o se nos impondrán grandes cambios en una terrible crisis de deuda», afirmó Johnson.

PRIMERA PRUEBA

La primera prueba para el nuevo Congreso controlado por los republicanos se espera en enero, cuando los legisladores busquen un acuerdo sobre una resolución presupuestaria para el año fiscal 2025 que debe ser aprobada por ambas cámaras para desbloquear la herramienta de reconciliación.

«Algunas personas que realmente nunca estarán satisfechas con ningún tipo de propuesta presupuestaria que pueda aprobar el Congreso, tendrán que entender que estamos haciendo esto sólo para poder lograr la reconciliación», dijo el senador republicano Mike Rounds.

Las propuestas de recortes de impuestos que Trump hizo durante la campaña electoral -desde extender los recortes de impuestos de 2017 hasta abolir los impuestos sobre las propinas, las horas extras y los beneficios de la Seguridad Social- representan una propuesta ambiciosa para las arcas fiscales.

Los republicanos sostienen que pueden compensar la pérdida de ingresos fiscales fomentando el crecimiento económico y racionalizando el gobierno federal mediante recortes de gastos y un nuevo departamento de eficiencia gubernamental que estará encabezado por Elon Musk.

«Nuestro objetivo sería recuperar probablemente un billón de dólares de la llamada Ley de Reducción de la Inflación», dijo el representante Andy Harris, presidente del conservador House Freedom Caucus, citando un proyecto de ley cargado de créditos fiscales para la energía verde que los demócratas promulgaron en 2022.

No hay dudas de que Trump mantendrá el liderazgo en el Partido Republicano. De hecho, ya lo ha demostrado inclusive durante sus cuatro años fuera del poder, por ejemplo cuando le pidió a los legisladores que desestimaran un proyecto de ley bipartidista sobre inmigración a principios de este año por ir en conjunto con una ayuda a Ucrania. Una vez que regrese a la Oficina Oval, su influencia dentro del grupo parlamentario será aún mayor.

Si la regla de obstruccionismo de 60 votos bloquea una prioridad de Trump el próximo año, él podría pedir a los líderes del Senado que la eliminen, como los presionó repetidamente para que lo hicieran a principios de su primer mandato, y como algunos demócratas instaron a principios del mandato de Biden.

Los desacuerdos dentro del partido también podrían verse agravados por la naturaleza limitada de la reconciliación, que dejará fuera prioridades no presupuestarias relacionadas con cuestiones relacionadas con las fronteras y la batalla cultural.

Con información de Reuters

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Redacción Mundo Libre
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