La muerte de un pescador indonesio revela los abusos en la flota pesquera china que depreda los océanos
Un informe detallado del The New Yorker ha expuesto la secuencia de operaciones «criminales» llevadas a cabo por la gigante flota pesquera china.
La historia de Daniel Aritonang, un joven pescador indonesio de 18 años de la empobrecida villa costera de Batu Lungun en la isla de Sumatra, se volvió trágica en marzo de 2021. Aritonang perdió la vida a bordo del precario buque pesquero chino Zhen Fa 7 mientras faenaba ilegalmente en aguas internacionales frente a las costas de Uruguay, según indica un informe forense de la morgue judicial de Montevideo.
Aritonang se unió al deteriorado Zhen Fa 7 en el puerto surcoreano de Busan en septiembre de 2019, con la esperanza de ganar algo de dinero para ayudar a su familia en Indonesia. Su padre, dueño de un modesto taller mecánico, estaba luchando económicamente debido a la competencia de grandes empresas. El joven Daniel deseaba contribuir con sus ahorros a la economía familiar, la cual incluía a sus padres y tres hermanos menores.
Según el informe del The New Yorker, tras 17 largos meses en las deplorables condiciones del viejo barco chino, sobreviviendo con una dieta monótona de arroz y fideos chinos, junto con restos de pescado crudo, Aritonang desarrolló un grave caso de beriberi, una enfermedad fácilmente prevenible con vitamina B.
A pesar de la gravedad de su situación, el capitán chino se negó repetidamente a desviar el rumbo o proporcionar atención médica. Solo cuando la tripulación indonesia amenazó con amotinarse, el capitán accedió a transferir al moribundo Aritonang a un petrolero panameño que lo llevó finalmente a Montevideo, Uruguay. Sin embargo, ya era demasiado tarde y el joven pescador falleció un día después en un hospital público de la capital uruguaya.
La autopsia reveló signos claros de maltrato físico y desnutrición en el cuerpo de Aritonang, incluyendo moretones y laceraciones alrededor de los ojos, torso y cuello.
Este triste episodio ilustra las condiciones inhumanas y los abusos que ocurren rutinariamente en la flota pesquera china que opera ilegalmente en los océanos del mundo. Muchos de estos barcos faenan al margen de la ley, empleando tripulantes reclutados bajo engaños y a menudo por la fuerza. Una vez en el mar, los trabajadores sufren abusos, extenuantes jornadas laborales y se les niega atención médica, lo que en muchos casos lleva a tragedias como la de Aritonang.
Esta flota china es la mayor infractora de las normas internacionales contra la pesca ilegal, practicando técnicas de pesca masivas y destructivas que tienen un impacto devastador en el medio ambiente. Además, obstaculizan la pesca artesanal y la soberanía de países costeros sobre sus propias zonas económicas exclusivas.
A pesar de las evidencias, el régimen chino hace poco y nada para detener estos crímenes, incluso subsidiando a empresarios corruptos. En este sentido, el gobierno comunista utiliza su aparato de propaganda y censura para encubrir y garantizar la impunidad de estas mafias que operan bajo su protección.