La mala tendencia de «todo en línea» y cómo recuperar la conexión humana
La pandemia de Covid marcó un antes y un después en la vida de innumerables personas. No solo modificó nuestras actividades cotidianas, como la forma de cooperar con los compañeros o de tener una clase en la escuela, sino que también redefinió la forma en que establecemos conexiones entre nosotros.
Los mandatos de reducir el contacto físico durante la pandemia nos llevaron a optar por las comunicaciones mediadas por ordenador, como los mensajes de texto, el teléfono y las videollamadas. Aunque estos medios nos permitieron mantenernos en contacto -¡qué importante fue durante el aislamiento! – muchos siguen prefiriéndolos antes que el contacto cara a cara, a pesar de que se hayan levantado las restricciones.
¿Cuáles son las consecuencias de reducir las interacciones en persona y cómo podemos recuperar nuestras formas humanas tradicionales?
El valor de las interacciones cara a cara
Las aparentes ventajas de las interacciones en persona no son ajenas a nadie. Las expresiones faciales, la mirada, el movimiento corporal y el tono de voz de una persona nos dan un perfil de información mucho más rico que un texto escrito a máquina. Pero hay más cosas en juego a nivel psicológico.
Según un artículo escrito por Stephen W. Porges, de la Universidad de Illinois en Chicago, la interacción social es esencial para reducir la distancia psicológica percibida entre las personas en una conversación.
Porges alude a la tendencia involuntaria de nuestro sistema nervioso a evaluar el riesgo en cada escenario y, en consecuencia, adaptar nuestro comportamiento a las percepciones de seguridad o peligro. La formación de vínculos sociales, sugiere su artículo, se basa en la neuropercepción de la seguridad, que se evalúa a través de percepciones físicas en la proximidad, como el lenguaje corporal y el tono de voz.
Un artículo publicado en Oxford Academic sobre los efectos de la interacción cara a cara, descubrió que «con respecto a la comunicación FTF [cara a cara], su duración predijo significativamente la felicidad, lo que sugiere que la duración absoluta de la interacción FTF desempeña un papel crucial en la construcción y el mantenimiento de relaciones emocionalmente profundas».
La paradoja de Internet: mayor conexión y menor interacción
Un artículo publicado en la revista American Psychological Association estudió los efectos de Internet en la participación social y el bienestar psicológico. Concluía que: «Un mayor uso de Internet se asoció con descensos en la comunicación de los participantes con los miembros de la familia en el hogar, descensos en el tamaño de su círculo social y aumentos en su depresión y soledad».
El desarrollo de las plataformas de redes sociales y nuestra dependencia de ellas durante la pandemia no mejoró las cosas. Una encuesta de la Red Social Nacional Americana de 2020 reveló que «Casi uno de cada cinco estadounidenses informó no tener conexiones sociales cercanas, un aumento de dos dígitos desde 2013”.
También encontró que los hombres jóvenes son los más afectados, «A los hombres jóvenes les va peor que a la mayoría: Más de uno de cada cuatro hombres (28%) menores de 30 años informó no tener conexiones sociales cercanas”.
Una encuesta de American Perspectives realizada en 2021 descubrió que el número de estadounidenses sin amigos íntimos ha aumentado considerablemente, y que los hombres han sufrido un descenso mucho más pronunciado que las mujeres.
«Hace treinta años, la mayoría de los hombres (55%) declaraba tener al menos seis amigos íntimos. Hoy, esa cifra se ha reducido a la mitad. Poco más de uno de cada cuatro hombres (27%) tiene seis o más amigos íntimos. El 15% de los hombres no tiene ningún amigo íntimo, lo que supone un aumento de cinco veces desde 1990», señala la encuesta.
«Los estadounidenses que solo tienen un amigo íntimo no se sienten menos solos que los que no tienen ninguno, mientras que los que solo tienen unos pocos se encuentran en una situación ligeramente mejor», explica el informe. «Para los estadounidenses con tres o menos amigos íntimos, la soledad y el aislamiento son experiencias bastante comunes: más de la mitad dicen haberse sentido así al menos una vez en los últimos siete días».
¿Por qué es atractiva la comunicación “en línea”?
El Covid nos ha enseñado que hay formas de mantener casi todas las conversaciones a distancia. Desplazarse a lugares para mantener conversaciones o asistir a reuniones puede no parecer tan atractivo cuando tenemos la opción de quedarnos en la comodidad de nuestro hogar.
Sin embargo, nuestra preferencia por las interacciones basadas en la tecnología va más allá de la comodidad física. Un artículo de 2011 publicado en Sage Journals descubrió que la comunicación mediada por ordenador suele favorecerse debido a su anonimato y a que promueve la autodivulgación, es decir, la comunicación de información personal.
Otro artículo publicado en la Biblioteca Nacional de Medicina sugirió que otra razón por la que podemos preferir la comunicación mediada por ordenador a las interacciones cara a cara, es la capacidad que estas plataformas nos dan para presentar una versión óptima de nosotros mismos en un contexto de nuestra elección. Ahora podemos borrar o editar nuestros mensajes de texto, lo que sería imposible en una conversación en persona.
La comodidad de enviar mensajes de texto -o correos electrónicos- en lugar de llamar también ha influido en nuestra comunicación. No solo puede dar lugar a conversaciones prolongadas e inconexas, carentes de sustancia, sino también a un analfabetismo respecto a las señales emocionales no verbales, especialmente en los usuarios jóvenes. Las habilidades verbales, en la vida real, requieren espontaneidad, que solo puede desarrollarse con la práctica.
Formas sencillas de recuperar la conexión humana
Para muchos de nosotros, la tecnología se ha convertido en una parte esencial de nuestro trabajo y nuestros estudios. Puede que no sea posible prescindir de ella por completo, pero hay formas sencillas de hacer que nuestras interacciones con los demás sean más intencionadas.
Aprecia a los que te rodean
No hay mejor manera de empezar que apreciando a los que viven contigo. Fija momentos para estar alejado de la tecnología y presta toda tu atención a la persona que tienes delante.
Pequeños gestos como preguntarles por su día u ofrecerse a prepararles su comida favorita no solo reforzarán el vínculo, sino que crearán recuerdos duraderos.
Sé proactivo
Hacer cosas por nuestra cuenta sin tener que salir de casa es tentador. Pero recuerda que las mejores cosas de la vida requieren un poco de sacrificio. Si hay una actividad que te gusta hacer, intenta reunirte con otras personas que también la disfruten. Esto ampliará tu círculo social y te dará la oportunidad de aprender de los demás.
Si te dan a elegir entre experiencias en persona y participación a distancia, sé consciente de las excusas que tu mente puede crear para mantenerte en tu zona de confort. Ponte el listón alto y alégrate de los pequeños pasos que te acerquen a los demás.
Favorece las interacciones genuinas
No hay nada más genuino que las conversaciones en tiempo real. Cuando puedes permitirte mantener una conversación sin prisas -y el cara a cara no es una posibilidad-, la videollamada es la mejor forma de reducir la distancia psicológica entre tú y la otra parte. Las llamadas de voz ocupan el segundo lugar en eficacia y los mensajes de texto el tercero.
Ten en cuenta, no obstante, que cada medio de comunicación es útil y apropiado según la situación. Usa tu sabiduría y asegúrate de aprovechar cada oportunidad para cultivar una auténtica conexión humana.
Por: Carolina Avendano