La FDA revoca las autorizaciones de emergencia de las vacunas contra el COVID-19

La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) anunció este miércoles la revocación oficial de las Autorizaciones de Uso de Emergencia (EUA) que durante años sirvieron como fundamento para la imposición de mandatos sanitarios, restricciones y políticas coercitivas bajo el gobierno de Joe Biden.
Al mismo tiempo, la agencia confirmó la aprobación bajo régimen de comercialización estándar de las vacunas actualizadas contra el COVID-19, disponibles únicamente para ciertos grupos de población. Moderna quedó autorizada para mayores de 6 meses, Pfizer para mayores de 5 años y Novavax para mayores de 12. Estos inmunizantes seguirán estando disponibles, pero ahora bajo prescripción médica y consulta individual, sin el marco excepcional que justificó su uso masivo.
El secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr., destacó que con esta decisión se cumplen cuatro promesas de la administración del presidente Donald Trump:
- Poner fin a los mandatos de vacunación contra el COVID-19.
- Mantener disponibles las vacunas para quienes las deseen, especialmente los grupos vulnerables.
- Exigir ensayos clínicos controlados con placebo a las farmacéuticas.
- Terminar con el estado de emergencia.
“Las autorizaciones de emergencia que alguna vez sirvieron para imponer mandatos amplios durante la administración Biden han sido rescindidas”, afirmó Kennedy Jr., subrayando que ahora la vacunación quedará bajo decisión individual y médica.
El funcionario agregó: “El pueblo estadounidense exigió ciencia, seguridad y sentido común. Este nuevo marco garantiza esas tres cosas”.
Nuevas advertencias sobre riesgos
La medida se produce semanas después de que la FDA, bajo el actual gobierno, actualizara en julio las etiquetas de seguridad de todas las vacunas de ARNm para incluir advertencias sobre el alto riesgo de miocarditis, especialmente en hombres jóvenes, así como la posibilidad de daños cardíacos irreversibles a largo plazo.
Estas advertencias aplican tanto a Comirnaty (Pfizer) como a Spikevax (Moderna) y reflejan la creciente presión social y política por mayor transparencia respecto a los efectos adversos de las vacunas desarrolladas durante la pandemia.
Con esta decisión, la Casa Blanca busca cerrar definitivamente la etapa de “emergencia permanente” que caracterizó la gestión anterior y avanzar hacia un esquema sanitario basado en la libertad de elección, la información clara y el control científico riguroso.