La Corte Suprema está lista para darle la razón a Trump: Los expresidentes son inmunes a algunos procesamientos
En una jornada clave en Washington, el Tribunal Supremo se encuentra en el centro de un debate de gran envergadura. Se trata de la inmunidad de los expresidentes frente a ciertas persecuciones legales.
Las discusiones se centran en Donald Trump y su posible inmunidad respecto a las acusaciones de intentar revertir los resultados de las elecciones de 2020.
Un tribunal de primera instancia falló a favor del Fiscal Especial Jack Smith, al dictaminar que Trump no posee inmunidad frente a las acusaciones.
Smith sostiene que Trump no está exento de ser procesado, pero el caso está en espera hasta que el Tribunal Supremo se pronuncie, lo cual se espera para finales de junio.
La pregunta clave es si los expresidentes mantienen algún tipo de inmunidad una vez que dejan el cargo.
La audiencia de ayer revela que la mayoría de los jueces considera que, de hecho, existe cierto grado de inmunidad, pero el desafío es establecer un estándar claro al respecto.
Esto podría tener importantes repercusiones en el caso de Trump y en futuros casos similares, ya que, si se instituye una prueba, se anularía la decisión previa del tribunal inferior, devolviendo el caso para un análisis más detallado.
Esto quiere decir que si se establece un estándar, el juicio de Trump en Washington D. C. podría extenderse más allá de las elecciones de 2024, lo que supondría un golpe tanto para Smith, como para el presidente Joe Biden.
Los argumentos en la audiencia revelaron preocupaciones sobre el posible impacto en la gestión presidencial en el caso de que los expresidentes puedan ser procesados por acciones realizadas durante su mandato.
Los jueces también investigaron si la institución de la presidencia se vería paralizada si los presidentes estuvieran sujetos a investigación penal por cualquier acción realizada en el cargo, creando así un caos para un presidente después de dejar el cargo.
Aunque los argumentos favorecen a Trump, no dan indicios de un acuerdo unánime del Tribunal. No hay señales de que la mayoría de los jueces respalden una inmunidad que ponga fin de manera definitiva a las actuales acusaciones contra el exmandatario.
Sin embargo, si se establece algún estándar para determinar la inmunidad, lo habitual sería invalidar la opinión del tribunal inferior y remitirla de nuevo con la prueba correspondiente, lo que seguramente sería una victoria para el equipo legal de Trump.
No obstante, la jornada también trajo algunas buenas noticias para Trump. Incluso los jueces más liberales parecen estar abiertos a la idea de que los expresidentes tengan cierto nivel de inmunidad después de dejar el cargo.
En resumen, el Tribunal Supremo se encuentra en una encrucijada histórica, donde su decisión podría tener un impacto duradero en la política y en la administración de justicia en Estados Unidos.
Se espera que el fallo final, en el caso Trump versus. Estados Unidos, se dé a conocer próximamente, marcando así un hito en la historia judicial del país.
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