Kratom: entre el uso terapéutico y el riesgo de dependencia

El kratom, una planta originaria del sudeste asiático, ha ganado popularidad en los últimos años como suplemento natural utilizado para aliviar dolores, mejorar el ánimo o incluso como alternativa al consumo de alcohol y opioides. Sin embargo, investigaciones científicas y testimonios de consumidores muestran que su uso prolongado puede conllevar un riesgo real de dependencia.
Estudios que alertan sobre la dependencia
Un estudio realizado en Malasia con casi 300 usuarios habituales reveló que más de la mitad presentaban signos de dependencia severa, mientras que el resto registraba dependencia moderada. Entre los síntomas de abstinencia más comunes aparecían dolores musculares, insomnio, ansiedad y diarrea, lo que evidencia un patrón similar al de otras sustancias adictivas.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) también ha advertido sobre los peligros asociados al kratom, señalando casos de intoxicación, dependencia e incluso muertes en las que la sustancia estuvo presente. Aunque en muchos de estos episodios intervinieron otros factores, la agencia reconoce que el kratom representa un riesgo significativo para la salud pública.
Testimonios de consumidores
Más allá de los estudios, algunos testimonios recogidos por medios internacionales ilustran cómo la dependencia puede instalarse de forma gradual. En un artículo publicado por The Guardian, una consumidora relató que comenzó probando una bebida con kratom y kava como sustituto del alcohol. Lo que empezó como un hábito ocasional terminó en un consumo diario, que llegó a ser de hasta ocho botellas al día. Con el tiempo, notó que no podía iniciar la jornada sin ingerir la bebida, ya que de lo contrario sufría dolores de cabeza, fatiga y malestar general.
Este tipo de experiencias coincide con otros relatos difundidos en foros y medios especializados, donde usuarios señalan que el kratom les aportó energía o calma al inicio, pero que progresivamente se convirtió en una necesidad para evitar el malestar, lo que constituye un claro signo de dependencia.
Factores de riesgo
El riesgo de desarrollar dependencia con el kratom depende de varios factores: la frecuencia del consumo, la dosis, la potencia de los productos (en especial extractos concentrados), el tiempo de uso y la vulnerabilidad individual. La falta de regulación también juega un papel importante, ya que muchos consumidores desconocen la composición exacta y la potencia de lo que adquieren.
Una sustancia en debate
El kratom se encuentra en el centro de un debate internacional. Mientras algunos defienden su potencial terapéutico como herramienta para tratar el dolor crónico o reducir la dependencia a los opioides, los estudios científicos y los testimonios de usuarios advierten que el riesgo de desarrollar adicción no debe minimizarse.
En conclusión, aunque el kratom puede aportar beneficios en determinados contextos, su consumo regular y prolongado puede generar dependencia física y psicológica. La evidencia disponible muestra que se trata de una sustancia que requiere un uso responsable y, sobre todo, un marco regulatorio que proteja a los consumidores.