Juicio a Bolsonaro: denuncias de restricciones a la defensa y cuestionamientos al juez de Moraes

El juicio contra el expresidente brasileño Jair Bolsonaro avanza en el Supremo Tribunal Federal en medio de fuertes tensiones políticas y acusaciones de parcialidad en el proceso. La defensa del exmandatario sostiene que no ha tenido acceso completo a las pruebas y que el tribunal ha acelerado los tiempos de manera irregular, lo que limita el derecho a una defensa adecuada.
“Nosotros no tuvimos acceso a todas las pruebas, y mucho menos el tiempo suficiente para analizarlas”, declaró el abogado Celso Vilardi durante la audiencia, al señalar que la Corte habría optado por un procedimiento exprés para evitar que el proceso interfiera en las elecciones presidenciales de 2026.
El juez Alexandre de Moraes, quien supervisa el caso, rechazó las acusaciones y defendió la independencia de la corte, aunque su papel ha sido duramente criticado por aliados de Bolsonaro y por diversos analistas que ven en su actuación un sesgo político. Los cuestionamientos se acrecientan debido a que Moraes ha acumulado un poder inusual en el tribunal, centralizando investigaciones y medidas cautelares contra el expresidente y su entorno.
Bolsonaro es acusado de haber conspirado para revertir los resultados de las elecciones de 2022 y de estar vinculado con los disturbios de enero de 2023 en Brasilia. De ser hallado culpable, podría enfrentar una condena superior a los 40 años de prisión, aunque su defensa insiste en que no existen pruebas que lo conecten con los ataques a las instituciones.
La causa se apoya en testimonios de su exedecán Mauro Cid, quien modificó varias veces sus declaraciones, lo que genera dudas sobre la solidez de la acusación. “Con estas inconsistencias, pretender condenar al expresidente a más de 30 años no es razonable”, argumentó Vilardi.
Los hijos de Bolsonaro también denunciaron parcialidad en la composición del tribunal. El senador Flavio Bolsonaro señaló que tres de los cinco jueces que integran el panel mantienen vínculos con el actual presidente Luiz Inácio Lula da Silva: Flávio Dino, exministro de Justicia; Cristiano Zanin, abogado personal de Lula; y el propio Moraes, a quien acusó de persecución sistemática contra su padre.
El tribunal ya había rechazado planteos previos de la defensa que advertían sobre esta supuesta falta de imparcialidad. De los once jueces que integran el Supremo, siete fueron nombrados por presidentes de izquierda, mientras que los dos designados por Bolsonaro no forman parte del panel que decidirá su futuro.








