Javier Milei abrirá las sesiones del Congreso el 1 de marzo: gestión en el foco y tensiones políticas en el horizonte

El presidente de Argentina, Javier Milei, ultima los detalles de su discurso para la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso, programada para la noche del sábado 1 de marzo de 2025. Desde la Casa Rosada, fuentes oficiales adelantaron a Ámbito que el mandatario presentará más de 30 proyectos de ley enfocados en “cuestiones específicas e importantes para la gestión”.

Con el equilibrio fiscal, la baja de la inflación y signos de recuperación económica como telón de fondo, Milei centrará su mensaje en los logros de su administración, aunque no se descartan guiños a un nuevo llamado a la unidad nacional.

Un discurso centrado en la gestión

A poco más de un año de asumir la presidencia, Milei llega a esta cita con un balance que su entorno considera positivo. El ajuste fiscal, la desaceleración de la inflación —que en 2024 mostró una tendencia a la baja tras picos históricos— y una incipiente reactivación económica serán los pilares de su exposición ante la Asamblea Legislativa.

“Harán eje en la gestión”, comentaron fuentes cercanas al presidente, sugiriendo que los grandes anuncios podrían quedar en segundo plano. Sin embargo, aún se debate internamente si Milei reiterará una convocatoria a la unidad, similar al Pacto del 25 de Mayo que propuso en 2024 a los gobernadores, un gesto que entonces buscó tender puentes con la oposición, aunque con resultados mixtos.

El discurso, que el presidente planea finalizar este jueves, también incluirá los lineamientos de política económica para 2025. Entre los temas pendientes figuran reformas impositiva, laboral y previsional, que el Ejecutivo tiene en carpeta pero cuya discusión podría posponerse hasta después de las elecciones legislativas de octubre, dependiendo de los tiempos políticos y la composición del Congreso.

Reformas en marcha, pero con cautela

Un punto destacado es la reforma impositiva, un proyecto que el Ministerio de Economía aún está puliendo con aportes de especialistas tributarios y consultas a privados. Aunque el Fondo Monetario Internacional (FMI) respalda esta iniciativa, abogando por una simplificación tributaria que elimine gravámenes distorsivos, en Balcarce 50 aseguran que no será un eje central del discurso del sábado.

Según Infobae, la presentación formal de esta reforma al Congreso dependerá de una decisión política de la Casa Rosada, más que de los avances técnicos del equipo económico liderado por el Palacio de Hacienda. Esta cautela responde a experiencias previas: en 2024, el Gobierno había anticipado una reforma similar, pero optó por postergarla, y el proyecto de Presupuesto 2025, que incluía revisiones tributarias, fue descartado.

Invitados especiales y ausencias opositoras

El Ejecutivo ha cursado invitaciones a unos 70 embajadores, quienes ocuparán dos palcos especiales en el recinto, subrayando la relevancia internacional del evento. Sin embargo, el clima político estará marcado por tensiones internas. La oposición ya anticipó resistencias: el bloque de senadores de Unión por la Patria, liderado por José Mayans, confirmó que no asistirá tras el fracaso de la sesión preparatoria del lunes para definir autoridades en la Cámara alta. En Diputados, el peronismo debate su postura, aunque la mayoría de los legisladores consultados se inclina por sumarse a la ausencia de los senadores, con una decisión final prevista para este jueves. La Izquierda, junto a bloques como Democracia para Siempre y Encuentro Federal, también evalúa no participar.

El malestar no se limita a la oposición. En el PRO, aliado clave del Gobierno, la designación por decreto de Ariel Lijo como miembro de la Corte Suprema generó críticas, reflejando fisuras en la coalición que apoya a Milei. Estas ausencias y disidencias podrían opacar el impacto simbólico del acto, evidenciando las dificultades del oficialismo para consolidar consensos en un Congreso fragmentado.

El sábado por la noche, el presidente no solo hablará a los legisladores presentes, sino también a una ciudadanía expectante y a una comunidad internacional que observa de cerca los pasos de su administración libertaria. Cómo logre articular logros pasados con promesas futuras será clave para medir el tono de su segundo año en el poder.