Italia abandonó el proyecto chino de la nueva Ruta de la Seda
Italia ha completado de manera formal su retiro del proyecto de infraestructura chino conocido como «la Franja y la Ruta» (BRI, por sus siglas en inglés, también reconocido como la «Nueva Ruta de la Seda»). Este paso se produce cuatro años después de que Italia se convirtiera en el único país del G7 en unirse a esta iniciativa, según lo informado por una fuente gubernamental el miércoles.
La esperada decisión fue transmitida a Beijing hace tres días, según el diario italiano Corriere della Sera, que fue el primero en reportar la noticia.
El Gobierno de Italia firmó el acuerdo en 2019 bajo el ex primer ministro Giuseppe Conte, convirtiéndose en el primer país del G7 en hacerlo.
El escenario es complejo para cualquier país que decide endeudarse con un país gobernado por el Partido Comunista y este puede haber sido el motivo detrás de la decisión de Italia, además de su cercanía con Taiwán.
En este sentido, el BRI es una especie de Ruta de la Seda del siglo XXI con la ruta marítima y terrestre que se extiende desde Asia, el Medio Oriente , África y ahora en Europa. En el centro de las preocupaciones está que el BRI es visto como una forma de que China extienda su influencia geopolítica, una gran preocupación para una Europa cada vez más insegura de su lugar en el mundo.
Un artículo de 2021 sobre el BRI de la ONG Chatham House afirmó, por el contrario, que la Iniciativa no es una «trampa de la deuda», sino «más bien una colección fragmentada de acuerdos bilaterales realizados en diferentes términos».
“El gobierno chino nunca ha publicado información detallada sobre el tamaño y los términos de los préstamos de la Franja y la Ruta. Este vacío de información alimenta la confusión y la desconfianza”, agregó la ONG.
Bloomberg explicó en un artículo reciente, que el deseo del gobierno de Meloni de separarse de China continental puede estar ligado a las relaciones con Taiwán, que se ha posicionado estratégicamente como piedra angular de la industria mundial de semiconductores con el líder del mercado Taiwan Semiconductor Manufacturing Company Limited (TSMC), contra el que no pueden competir ni las empresas estatales ni las pseudo-privadas del Partido comunista chino.