«Injerencia de chinos comunistas»: Practicantes de Falun Dafa publican una carta abierta dirigida a funcionarios y ciudadanos argentinos

Falun Dafa —también conocido como Falun Gong— es una disciplina espiritual de la Escuela Buda basada en los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Nacida en China a comienzos de los años noventa, se practica hoy de manera pacífica en más de un centenar de países.

Desde hace más de tres décadas, el Partido Comunista Chino (PCCh) mantiene una persecución sistemática y violenta contra quienes profesan esta fe, tanto dentro como fuera de su territorio. Lamentablemente, Argentina no ha permanecido ajena a esas influencias: los practicantes locales denuncian actos de hostigamiento y violencia vinculados a la injerencia del régimen chino. Ante esta situación, decidieron hacer pública una carta abierta dirigida a funcionarios, periodistas y ciudadanos, en la que exponen la gravedad de los hechos y aportan denuncias, documentación y pruebas sobre esta preocupante intromisión extranjera en suelo argentino.


CARTA ABIERTA

Violencia, persecución y discriminación religiosa contra practicantes argentinos de Falun Dafa en su propio país por injerencia de chinos comunistas

De nuestra mayor consideración,

Nos dirigimos a usted en calidad de ciudadanos argentinos, espirituales y pacíficos, practicantes de la disciplina milenaria de la Escuela Buda, Falun Dafa, para poner en su conocimiento graves hechos de violencia y vulneración de nuestros derechos fundamentales de libertad religiosa y de expresión. Estos actos, que constituyen una injerencia extranjera en nuestro propio suelo, se producen de manera sistemática.

Con el fin de brindarle un panorama claro de la situación, ponemos en su conocimiento algunos datos y hechos alarmantes: Desde 1999, Falun Dafa sufre en China una persecución brutal a manos del Partido Comunista Chino (PCCh). 

En virtud del principio de jurisdicción universal, estos crímenes fueron denunciados ante la Justicia argentina y, desde 2005, se encuentran en instancia judicial como delitos de lesa humanidad. Existen otras 7 causas abiertas en el país vinculadas a ese expediente, relacionadas con actos de violencia cometidos en las últimas dos décadas contra practicantes argentinos en Argentina, en ocasiones con la cooperación de autoridades locales (ver causas adjuntas en anexo).

Desde hace más de 20 años recolectamos y documentamos evidencia que indica que, vergonzosamente, Argentina permite y avala la violencia contra sus propios ciudadanos (ver el documental ArgenChina: la soberanía perdida – La China comunista se adueña de Argentina) [1].

En nuestro país, la Embajada de China mantiene un registro con datos personales y una gran cantidad de fotografías de los practicantes argentinos. En cada actividad o sitio de práctica donde enseñamos gratuitamente los ejercicios, suelen enviarse personas que filman y toman fotos de manera encubierta. En reiteradas ocasiones, durante los festejos por el Año Nuevo chino, la policía civil argentina nos ha retirado por la fuerza y luego exigido nuestros documentos de identidad (ver adjunto) [2], los cuales fueron registrados y obviamente remitidos a los agentes del PCCh y de la Embajada de China.

Estas lamentables acciones operadas por un poder extranjero totalitario constituyen una afrenta a la soberanía nacional. Como funcionarios de nuestro país, ustedes deberían sentir indignación ante estos hechos y manifestar su repudio.Cabe destacar que la violencia contra creyentes pacíficos es contraria al Artículo 14 de nuestra Constitución Nacional, que establece el derecho de todo habitante a profesar libremente su culto dentro del marco de las leyes que reglamentan su ejercicio.

Falun Dafa está reconocido oficialmente como culto religioso —bajo el Registro 8464, expediente electrónico N° EX-2024-133595596— por la Secretaría de Culto y Civilización del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto.

EL MÁS RECIENTE  EPISODIO

Un nuevo episodio de persecución, aún más violento, llevado a cabo este año por ciudadanos chinos residentes contra practicantes argentinos —bajo la dirección de la Embajada de China y ante la mirada de las autoridades locales y la policía— hizo imperativo acudir a la Justicia y llamar la atención sobre esta realidad que persiste en nuestro país. El 26 de enero de 2025, durante los festejos del Año Nuevo Chino en la Ciudad de Buenos Aires —evento oficialmente abierto a toda la comunidad— se repitió lo ocurrido en ocasiones anteriores: tras haber sido rápidamente identificados como practicantes de Falun Dafa, argentinos pacíficos que participaron como cualquier ciudadano con su familia e hijos, fueron violentamente golpeados por personas de origen chino vinculadas a la organización del evento.Todo esto ocurrió a la vista de las autoridades del Gobierno de la Ciudad, presentes sobre el escenario, mientras la policía local brindaba apoyo institucional a los agresores, entre los que se encontraban personas vestidas de civil. Las fuerzas de seguridad, en lugar de cumplir su deber de proteger la seguridad y el orden público, fueron utilizadas como instrumentos contra personas de bien (puede acceder al informe completo y videos aquí) [2].

NUESTRA PREOCUPACIÓN

Creíamos que, con la asunción del nuevo gobierno nacional —que ha enfatizado los valores de libertad y el respeto a la Constitución—, se adoptarían medidas concretas para abordar estos hechos. Sin embargo, debido a la amplia desinformación y la intensa propaganda impulsada por la Embajada de China y sus contactos locales —en especial la difamación y las calumnias contra Falun Dafa—, el gobierno no se ha informado en base a la verdad y no está actuando con la rectitud debida, lo que constituye la razón por la que escribimos esta carta; estamos profundamente preocupados y tememos vivir bajo una persecución religiosa meramente por creer en Dios, tal como ocurre en la China ateo-comunista.

Asimismo, es de público conocimiento que varias provincias y la Ciudad de Buenos Aires mantienen sus propios “acuerdos” y vínculos estrechos con los chinos comunistas residentes en Argentina y con el PCCh. Esta relación con Beijing propicia que algunos funcionarios públicos descuiden su deber de actuar, terminando por obrar en contra de su propia conciencia y volviéndose casi cómplices de crímenes contra sus compatriotas en pos de intereses personales, al tiempo que incumplen las obligaciones inherentes a su cargo.

La mayoría de los países y sus representantes de gobierno defienden su soberanía y la libertad de creencia y no se dejan avasallar por estas prácticas corruptas. Lamentablemente —y de manera vergonzosa—, este no es el caso de Argentina, que se presenta como una nación libre y democrática, pero que, en los hechos, permite la intromisión de intereses extranjeros perversos. Esto resultaría inadmisible en aquellas naciones que verdaderamente honran dichos valores.   

Como creyentes argentinos de Falun Dafa, esta carta constituye un nuevo esfuerzo de nuestra parte para que las autoridades y representantes de nuestro país tomen pleno conocimiento de esta situación aberrante y puedan posicionarse con dignidad frente al mundo. 

Ya no podemos permanecer en silencio ni aceptar que la violencia ejercida por agentes vinculados al régimen comunista chino contra personas religiosas pacíficas continúe ocurriendo impunemente en suelo argentino. 

NUESTRO PEDIDO

Le solicitamos que se informe con la documentación y evidencia adjuntas —información que ya es de dominio público en muchos países— y asuma una posición clara, recta y consciente. Además, le instamos a que, desde su rol, tome medidas concretas para garantizar que los practicantes argentinos de Falun Dafa podamos ejercer nuestras actividades religiosas, pacíficas y beneficiosas para la cultura y la sociedad con plena libertad, sin temer por las acciones de un régimen comunista ubicado a miles de kilómetros.

Los argentinos creyentes y pacíficos debemos recibir la debida protección frente a cualquier forma de hostigamiento o discriminación ejercida por fuerzas extranjeras en la República Argentina, tal como corresponde en un Estado que respeta los derechos humanos y garantiza la libertad de creencias. Resulta vergonzoso e indignante que en un país que se proclama libre y democrático, y siendo ciudadanos respetuosos de la ley, tengamos que exigir algo tan básico a nuestros funcionarios: que las autoridades cumplan con su deber esencial de garantizar la libertad de creencia. 


Liwei Fu
Presidente de la Asociación Falun Dafa en Argentina
En representación de todos los practicantes de Falun Dafa de las provincias argentinas
Email: contacto@asociacionfalundafa.org.ar


NOTAS[1]  ArgenChina: la soberanía perdida | La China comunista se adueña de Argentinahttp://bit.ly/3JLPRGJ 



[2] INFORME ESPECIAL: violencia y persecución – Falun Dafa –  Año nuevo chino – CABA – Argentinahttps://bit.ly/4oVDR5z
 
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