«El INE no se toca»: de qué se trataron las multitudinarias marchas en México contra la reforma electoral de López Obrador
Este domingo 13 de noviembre en varias ciudades de México tuvieron lugar diversas manifestaciones en contra de la iniciativa de reforma electoral enviada por el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador.
Bajo el lema «el INE no se toca» se congregaron decenas de miles de personas para rechazar la reforma que supone una reestructura radical del sistema de partidos y del órgano regulador de las elecciones, el INE (Instituto Nacional Electoral), el cual es autónomo y tiene a su cargo la organización de los comicios, tanto federales como locales.
Aunque el presidente el lunes desestimó las movilizaciones, estas se convirtieron en las mayores protestas contra su gobierno luego de cuatro años de mandato.
Mientras el gobierno asegura que en la protesta participaron entre 50.000 y 60.000 personas, los organizadores sostienen que acudieron más de 200.000 personas.
El proyecto de reforma constitucional que será discutido en las próximas semanas en el Congreso -de mayoría oficialista- contempla la desaparición de las dependencias electorales estatales, la reducción del financiamiento a los partidos y la elección de los integrantes del organismo electoral por sufragio ciudadano y no -como funciona actualmente- por la Cámara de Diputados.
El proyecto también plantea la desaparición de los legisladores plurinominales que son electos por representación proporcional mediante listas regionales, lo que implicaría la eliminación de 200 diputados y 32 senadores y reduciría la cámara baja a 300 miembros y el Senado a 96.
El presidente López Obrador asegura que su iniciativa busca transformar y depurar el sistema electoral mexicano, mientras que detractores y diversos analistas sostienen que la propuesta podría asegurarle al oficialismo el control del organismo electoral de cara a las elecciones presidenciales de 2024.
La eliminación de los 32 institutos electorales locales, creados en 2014 para organizar los comicios estatales, convertirían al nuevo ente en la única autoridad para organizar todas las elecciones, tanto federales como locales, lo que muchos manifestantes ven como un atentado a la democracia.