India aterriza por primera vez en la historia una nave en el polo sur de la Luna
Una nave espacial india aterrizó en la Luna el miércoles 23 de agosto en una misión considerada crucial para la exploración lunar y la posición de India como potencia espacial.
El primer ministro Narendra Modi ondeó la bandera india mientras observaba el aterrizaje desde Sudáfrica, donde asiste a la cumbre de los BRICS.
Científicos y funcionarios aplaudieron, vitorearon y se abrazaron al aterrizar la nave espacial, mientras el gobierno busca ahora estimular la inversión en lanzamientos espaciales privados y negocios relacionados con los satélites.
Se trata del segundo intento de la India de aterrizar una nave espacial en la Luna y se produce menos de una semana después del fracaso de la misión rusa Luna-25.
Desafío monumental
India se enfrentó a un desafío monumental a través de su Agencia India de Investigación Espacial y la misión Chandrayaan-3: lograr un alunizaje sin el más mínimo fallo técnico, una hazaña que hasta ese momento se consideraba inalcanzable. Solo Estados Unidos, China y la Unión Soviética habían conseguido aterrizar una sonda en la Luna, sin embargo, el polo sur lunar se mantenía como un desafío insuperado.
Aterrizar en el polo sur de la Luna implica dificultades excepcionales debido a la abrupta topografía del terreno. No obstante, durante años, esta ha sido una meta primordial para diversas agencias espaciales internacionales debido a las valiosas reservas de hielo presentes en esa región lunar. Estas reservas son cruciales para el establecimiento de una base habitada por humanos que podría servir como plataforma de lanzamiento para misiones espaciales futuras, incluyendo un posible viaje a Marte.
La misión se ha desarrollado en etapas sucesivas, cada una de las cuales ha sido ejecutada sin ningún incidente. La nave Chandrayaan-3 ha completado varias órbitas alrededor de la Tierra y, desde el 5 de agosto, también ha comenzado a orbitar la Luna. El 17 de agosto pasado, la nave Chandrayaan-3 se separó de su módulo de propulsión y comenzó su fase de aproximación. El módulo de aterrizaje Vikram, equipado con un róver de seis ruedas con un peso de 26 kilogramos, ejecutó una maniobra de aterrizaje completamente automática, culminando sin ningún contratiempo técnico.