Honduras al borde del quiebre institucional: Xiomara Castro desconoce las elecciones y profundiza la crisis
La crisis postelectoral en Honduras escaló tras un pronunciamiento del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, que acusó a la presidenta Xiomara Castro de intentar presionar al Consejo Nacional Electoral (CNE) mediante una “guerra jurídica” para forzar la anulación de los comicios del 30 de noviembre. El comité sostuvo que esas maniobras buscan imponer una narrativa de fraude sin pruebas verificables.
Los resultados del recuento oficial atribuyeron la victoria al conservador Nasry “Tito” Asfura, mientras la candidata respaldada por Castro alcanzó apenas el 19 % de los votos. Para observadores domésticos e internacionales, la diferencia en las cifras hacía difícil sostener dudas serias sobre el ganador.
Castro insiste con denuncias que no demostró
A pesar del recuento que favorece a Asfura, Castro declaró la ilegitimidad de las elecciones y habló de fraude, manipulación e injerencia. Estas acusaciones no han sido acompañadas hasta ahora por evidencia pública y verificable; por eso, muchos analistas las consideran infundadas y parte de una estrategia política para frenar la transición.
Señalamientos infundados sobre Washington y el crimen organizado
En sus intervenciones, la mandataria llegó a afirmar que sectores conservadores en Estados Unidos habrían conspirado con redes del narcotráfico para influir en Honduras. Esas imputaciones, extremadamente graves, tampoco han sido probadas y han contribuido a tensar aún más las relaciones diplomáticas.
Riesgo de un quiebre institucional
El choque entre el gobierno hondureño y actores políticos en Washington complica una situación ya frágil. Mientras el Comité de la Cámara advierte sobre el uso de presiones políticas y legales por parte de Castro, el oficialismo asegura que existe una operación internacional para impedir la continuidad de su proyecto. Con el triunfo de Asfura reconocido por el recuento y la negativa de la presidenta a aceptar la transición, Honduras se acerca a un punto crítico que podría derivar en un serio conflicto institucional con repercusiones regionales.
