Por qué el movimiento «Hoja blanca» está lejos de desaparecer y podría cambiar el destino de China
La reciente ola del movimiento de ‘hoja blanca’, que tuvo su origen en Hong Kong en 2020 y que se vio el año pasado en varias ciudades de China para protestar por la draconiana política de Cero Covid, está lejos de terminar en el país asiático.
Algunos analistas sostienen que el gesto de sostener una hoja de papel en blanco no es solo una declaración sobre el silenciamiento y censura de la disidencia, sino también un desafío a las autoridades, como si dijera: «¿vas a arrestarme por sostener un cartel que no dice nada?»
Pero eso no es todo. La «Revolución de la hoja blanca» ha plantado las semillas de la no violencia y la no cooperación con el partido comunista chino (PCCh) y es un signo de que el pueblo ya no tiene miedo.
Con este antecedente, también surgieron protestas de Año Nuevo por la prohibición nacional de los fuegos artificiales, las cuales podrían ser el comienzo de una resistencia política más amplia para el régimen comunista gobernante.
En el marco del Año Nuevo de 2023, los chinos desafiaron las prohibiciones oficiales y se reunieron en masa para encender fuegos artificiales.
Ocurrió tanto en el sur como en el norte de China. Este flagrante desafío a la autoridad del Gobierno ha sido bautizado por muchos chinos como la «Revolución de los fuegos artificiales».
Desde 2018, varios gobiernos en China han emitido las llamadas «prohibiciones de fuegos artificiales» citando preocupaciones ambientales y de seguridad.
Debido a las severas sanciones, se puede decir que la gente común de China es la que más cumple la normativa gubernamental.
Sin embargo, la situación fue diferente en los festejos de 2023.
«Algunas personas dicen que la ‘revolución de la Hoja Blanca’ ha terminado, pero todavía estamos viendo expresiones de sentimiento popular, incluido el reciente movimiento de fuegos artificiales», dijo el exlíder del movimiento Muro de la Democracia de 1979, Wei Jingsheng, según recoge Radio Free Asia.
“Pueden ser bastante menores, pero aún indican que existe oposición a Xi Jinping y al Partido Comunista”, dijo.
«La gente está cada vez menos dispuesta a tolerar el régimen dictatorial del Partido Comunista», dijo Wei, que ahora vive en Estados Unidos. «Dada la prevalencia de este estado de ánimo, es posible que ocurran más desarrollos inesperados».
Wei dijo que nadie había previsto la reciente ola de protestas de la «hoja blanca» provocadas por un incendio fatal en la capital regional de Xinjiang, Urumqi, que apareció en ciudades de China a fines de noviembre y que tuvo víctimas fatales por culpa de la restrictiva política de Cero Covid.
«Nadie previó el movimiento de fuegos artificiales tampoco», dijo. “Lo que es previsible es que va a haber una gran ola de contagios de COVID-19 este Año Nuevo Lunar, lo que tendrá un efecto directo en la estabilidad de este régimen”.
Posible colapso del Partido comunista chino
Wei dijo que cree que el colapso del régimen del Partido Comunista no está lejos.
«El movimiento democrático de China lleva más de 40 años en desarrollo, después de muchos altibajos, giros y vueltas», dijo Wei. «La situación en China en este momento es que hay un crecimiento económico deficiente, una propagación masiva de enfermedades».
«Muchos jóvenes no pueden encontrar trabajo, mientras que los ancianos siguen muriendo», dijo.
“Esto ha significado que el movimiento democrático se está volviendo popular nuevamente, no a través del trabajo de propaganda de un grupo de intelectuales, sino porque la gente común se está influenciando entre sí”, dijo.
Esto significa que cualquier movimiento futuro puede no requerir un líder.
«Tengo un buen presentimiento sobre el movimiento democrático chino en este momento, porque la gente es muy diferente a como era hace 40 años, cuando no sentían tan profundamente que China debería ser democrática», dijo Wei.
Según el analista, las políticas perversas del PCCh ya son insoportables para el público en general, y ahora todos pueden ver la diferencia entre democracia y autocracia debido a la velocidad con la que viaja la información hoy en día.
Hu dijo que vaticina disturbios sociales generalizados en 2023 y que espera una «evolución pacífica» de un régimen autoritario a una democracia constitucional en China.
«La evolución pacífica sigue siendo la mayor esperanza de todos y sería el mejor camino», dijo. «Pero no podemos descartar la posibilidad de que varias situaciones emergentes puedan desencadenar el colapso de todo el régimen».
«Una transición [democrática] pacífica bajo presión, como sucedió en Taiwán, parece cada vez más probable», dijo Wei.
En este sentido, desde Vision Times podemos concluir en que la desobediencia civil se hará más descentralizada, diversa en sus demandas y más persistente. Por lo tanto, aunque el pueblo chino no grite consignas como «Acabemos con el PCCh», el PCCh sigue teniendo mucho miedo porque lo que más teme este partido rojo es que el pueblo ya no tema.