«Haremos más revolución y más socialismo», dice Díaz-Canel mientras la pobreza en Cuba alcanza el 88%

El líder cubano, Miguel Díaz-Canel, justificó las medidas económicas anunciadas durante la sesión de la Asamblea Nacional, enfatizando la necesidad de una «recuperación económica». Sin embargo, estas afirmaciones chocan con la alarmante realidad que enfrenta el 88% de la población cubana, según datos del Observatorio Cubano de Derechos Humanos.

El plan macroeconómico para el año 2024, presentado por el primer ministro Manuel Marrero, busca reducir los gastos estatales mediante el ajuste de precios que han sido históricamente subsidiados por el Estado.

Díaz-Canel aseguró: «Nuestra principal tarea es la recuperación económica. Las medidas anunciadas ayer impulsarán una necesaria revitalización en la economía. Haremos más revolución y más socialismo.»

Sin embargo, todo indica que no hay perspectiva de generar una economía de mercado que arroje esperanzas para salir de la crisis, en un país donde la producción es nula, los precios mundiales de los productos que necesitan suben y el de los que venden, bajan.

El paquete de ajuste plantea un desafío significativo para la población, ya que los servicios son proporcionados exclusivamente por el Estado y no hay opciones privadas disponibles.

Las medidas impactarán directamente a los ciudadanos empobrecidos, generando incertidumbre sobre su calidad de vida en un contexto de contracción económica que ha hecho que casi medio millón de cubanos dejaran la isla en 2023, según un reconocido historiador que dialogó con el diario La Nación.

Las principales medidas económicas del paquete de ajuste

Entre las medidas más impactantes se destaca el aumento en los precios de los combustibles, lo que afectará directamente la movilidad y los costos de vida de la población. Este incremento se produce en un contexto de creciente presión económica en la isla, reflejada en el elevado índice de extrema pobreza.

Por su parte, el transporte de pasajeros experimentará cambios con la introducción de nuevas tarifas, representando un desafío adicional para quienes dependen del transporte público.

El aumento del 25% en la tarifa eléctrica para los hogares que consumen más de 500 kWh también plantea interrogantes no solo sobre el impacto económico en los ciudadanos, sino también sobre la sostenibilidad y accesibilidad de servicios básicos como la electricidad.

En el mismo sentido, la población sin medidores de agua se verá afectada por un incremento en las tarifas, agravando la preocupación por el acceso al agua potable. Y el aumento en el precio del gas licuado, esencial para la cocción de alimentos, generará tensiones adicionales en los hogares ya afectados por la extrema pobreza.

El cambio en la tasa oficial del peso (CUP) con respecto al dólar también puede tener repercusiones en la economía cotidiana de los ciudadanos, especialmente en un mercado donde la cotización del dólar en el mercado informal ya ha experimentado un aumento considerable.

Frente a este escenario, las proyecciones del régimen cubano prevén una contracción del PIB entre un 1% y un 2% para 2023, tras inicialmente pronosticar un crecimiento del 3%. Esto refleja la gravedad de la crisis económica en la isla. Además, la inflación pronosticada del 30% en el mercado formal y el déficit elevado son signos claros de la delicada situación financiera de la isla caribeña.

Por: Cecilia Borrelli – Mundo Libre Diario

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