Haití y República Dominicana, dos países que en la misma isla viven realidades completamente distintas
Ambos comparten la misma isla pero no la misma realidad. Mientras República Dominicana es un popular destino turístico con una de las economías de más rápido crecimiento de la región, Haití es una de las naciones más pobres del mundo, con un caos que llevó a la dimisión de su primer ministro.
La constitución del consejo presidencial de Haití avanza para la designación del sucesor de Ariel Henry, quien confirmó su salida del cargo en medio de la grave crisis que vive el país.
El incremento de la violencia comenzó el 28 de febrero tras conocerse que Henry se había comprometido a celebrar elecciones antes de finales de agosto de 2025 aunque, conforme a un acuerdo de 2022, debería haber abandonado el poder el pasado 7 de febrero.
Este es un nuevo capítulo en la fracturada y golpeada historia del país que vive una realidad diametralmente opuesta a su vecina República Dominicana, a las cuales las separa una frontera de 376 km.
Según datos del Banco Mundial, en las dos últimas décadas República Dominicana ha sido una de las economías de más rápido crecimiento en Latinoamérica.
“Esto se debió a una combinación de reformas estructurales orientadas al mercado a principios de la década de los 90 y condiciones externas favorables que apoyaron el crecimiento económico”, indica la organización multinacional.
A lo anterior se suma una política monetaria y fiscal prudente que han contribuido a su estabilidad macroeconómica. Esto, pese a que los motores de este crecimiento han comenzado a llegar a su límite producto del bajo crecimiento de la productividad en los últimos años.
Pese a esto, no hay que perder de vista que más del 40% de los dominicanos viven en condiciones vulnerables, con un serio riesgo de caer en la pobreza “debido a los impactos relacionados con el clima y las crisis económicas”, advierte el Banco Mundial.
De igual manera, hay otro dato revelador sobre la percepción sobre República Dominicana. Según datos entregados por el ministerio de Turismo dominicano, recogidos por Agencia EFE, el país recibió más de un millón de turistas en febrero, un 16% más que en el mismo mes del año anterior.
A su vez, rompió las marcas en cuanto a la llegada de turistas en 2023, con un total de 10,3 millones de visitas, un 2 % más que en 2022, de acuerdo con datos oficiales.
En el caso de Haití, la entidad económica remarca que pese a que cuenta con muchas oportunidad por su geografía, población e historia, factores como la inestabilidad política, los disturbios sociales y los desastres naturales le han impedido “alcanzar su potencial”.
Lo anterior mantiene al país entre los más pobres y menores igualitarios del planeta. El 60% de la población (6,3 millones de personas) sigue siendo pobre mientras que el 24% (2,5 millones) se encuentra en situación de pobreza extrema.
“La persistente inestabilidad política y los disturbios sociales han obstaculizado los esfuerzos del país para desarrollar mecanismos institucionales y lograr apoyar avances económicos y sociales, perpetuando así el ciclo de fragilidad y violencia”, consignó en 2022.
Tal como consigna Deutsche Welle, durante mucho tiempo la isla “La Española” estuvo bajo el dominio español. Esto, hasta que en 1697 España cedió a Francia el tercio occidental de la isla.
De esta manera, dicha región fue bautizada como Saint Domingue, convirtiéndose en la colonia francesa más rica. Por su parte, el lado oriental era conocido como Santo Domingo, en español.
Cientos de miles de esclavos africanos fueron llevados a la isla para que trabajaran en la producción de café, cacao, algodón y azúcar, hasta que en 1791 se originó una revuelta, tras lo cual se abolió la esclavitud.
La colonia proclamó su independencia en 1804 después de una sangrienta guerra. Saint Domingue pasó a llamarse Haití. No obstante, ya desde entonces la naciente nación comenzó a experimentar graves problemas.
Deutsche Welle precisa que si bien la mayoría de los haitianos se hicieron acreedores de tierras, sólo una minoría podía vivir en ellas. Mientras las parcelas eran demasiado pequeñas, los propietarios pocas veces se ponían de acuerdo para una administración conjunta.
Otro factor que se sumó a la ecuación es que la población de Haití nunca fue homogénea. Oliver Gliech, experto en Haití del Instituto Latinoamericano de la Universidad Autónoma de Berlín, explicó al citado medio que los esclavos “provenían de más de un centenar de grupos étnicos diferentes, y originalmente no tenían nada que ver unos con otros”.
“Durante décadas, vivieron en un régimen de poder legitimado por la fuerza”, agregó. Fue así como diferentes rebeliones y golpes de Estado se sucedieron continuamente.
De acuerdo a CNN, más de 70 dictadores gobernaron el país hasta que en 1915 tropas de Estados Unidos ocuparon el territorio, las que se mantuvieron ahí hasta 1934.
La inestabilidad no dio tregua al país, por lo que en 2004 se desplegó una fuerza internacional de paz por orden del Consejo de Seguridad de la ONU tras un levantamiento rebelde.
Si bien República Dominicana también tuvo periodos marcados por la inestabilidad, con dictaduras incluidas, desde 1996 ha contado con elecciones.
Hoy en día el país se rige bajo un modelo presidencialista, con un mandatario que es Jefe de Estado y jefe de gobierno a la vez. Actualmente el cargo lo ocupa Luis Abinader, quien fue investido en agosto de 2020. La nación cuenta además con un Congreso bicameral compuesto por un Senado y una Cámara de Diputados.
Ambos países han debido convivir con altibajos en su relación. Para el terremoto de 2010, República Dominicana fue el primero en ayudar a su golpeados vecinos. Por otro lado, en 2022 el gobierno dominicano cerró sus fronteras en respuesta a un proyecto de agricultores haitianos para desviar las aguas del río Masacre para construir un canal. Esta medida se tomó en medio de una crisis de gobernabilidad en Haití y provocó deportaciones masivas de haitianos que habían cruzado la frontera.
Asesinato del presidente haitiano Jovenel Moïse
El 7 de julio de 2021 un comando armado asaltó el palacio presidencial de Haití y asesinó al presidente Jovenel Moïse, quien días antes había nombrado como nuevo primer ministro a Ariel Henry.
Por este caso, el chileno-haitiano Rodolphe Jaar se declaró culpable de tres cargos, entre ellos varios relacionados con el apoyo logístico al comando que perpetró el magnicidio.
A su vez, un juez emitió en enero pasado una ordena de arresto contra Martine Moise, viuda del expresidente Moise, por “los actos de robo a mano armada, intento de asesinato, asesinato, asociación para delinquir” y otros delitos “en perjuicio del presidente de la República”.
Dicho magnicidio no hizo más que dejar un vacío de poder que agravó la convulsa situación política y económica del golpeado país.
Fuente: Bio Bio Chile