Grupos armados colombianos se han expandido durante la presidencia de Petro, según informe

Los grupos armados ilegales en Colombia han sumado miles de miembros y expandido su control territorial en los últimos tres años, pese a los esfuerzos del gobierno por negociar ceses al fuego, según un informe de seguridad interna.
El informe semestral, emitido el martes a funcionarios de seguridad por agencias de inteligencia y seguridad nacional y compartido con Reuters bajo condición de anonimato, es clave para determinar la composición y el crecimiento de los grupos armados ilegales y diseñar estrategias militares o diplomáticas para combatirlos, dijeron tres fuentes de seguridad a Reuters.
Los grupos armados sumaban 21.958 personas, entre combatientes y auxiliares, al cierre de junio, según el informe, un 45% más que los 15.120 estimados a mediados de 2022, cuando asumió el presidente Gustavo Petro.
Esto supera el aumento del 17% registrado durante el mandato de cuatro años del expresidente Iván Duque, con 12.833 miembros. Solo en el último año, el informe revela que los grupos armados crecieron un 7%, sumando 1.469 miembros.
El ministro de Defensa de Colombia, Pedro Sánchez, confirmó a Reuters que el último número estimado de miembros de grupos armados era de alrededor de 22.000 y atribuyó el aumento a grupos que explotan los esfuerzos de paz del gobierno.
Los grupos armados, que se financian a través del narcotráfico, la minería ilegal y otros delitos, siguen presentes en Colombia después de un conflicto de seis décadas que ha dejado más de 450.000 muertos y a pesar de un acuerdo de paz de 2016 entre el gobierno y las FARC, el entonces grupo rebelde más grande.
Petro, el primer presidente de izquierda de Colombia y ex miembro del movimiento guerrillero M-19, lanzó una política de «paz total» cuando tomó el poder, con el objetivo de congelar las operaciones militares y emplear conversaciones y ceses del fuego para poner fin finalmente al derramamiento de sangre.
Sin embargo, cuando las conversaciones fracasaron, el gobierno reinició las operaciones militares y comenzó nuevas ofensivas contra la mayoría de los grupos armados.
«Este (aumento) está ligado a ceses al fuego mal diseñados que dieron una ventaja estratégica a los grupos armados para que pudieran fortalecer su control territorial», dijo Eduardo Pizarro, experto en conflictos de la Universidad Nacional de Colombia.
«El fracaso de la política de paz es total e irreversible», añadió, afirmando que será difícil para el gobierno reducir el número de grupos armados mediante negociaciones.
Sánchez dijo recientemente que los grupos armados ilegales eran muy resistentes porque los fondos del narcotráfico les permitían reclutar combatientes, comprar armas y expandir sus territorios.
El Clan del Golfo sigue siendo el grupo armado más grande de Colombia con 7.550 miembros, según el informe, mientras que el izquierdista Ejército de Liberación Nacional (ELN) totaliza 6.245.
Reuters