Golpe al Tren de Aragua en Argentina: detalles de la desarticulación de una célula manejada desde la cárcel por un venezolano
La banda criminal, declarada “terrorista” por el gobierno de Javier Milei, operaba bajo las órdenes de “Yiyi” Boscán Bracho. Hay 12 detenidos.

La organización terrorista del Tren de Aragua ya cruzó la cordillera y ganó protagonismo en la agenda de Argentina tras la detención de 12 personas que formaban parte de una célula. Los delincuentes respondían a su jefe, el venezolano Guillermo Boscán Bracho, conocido como “Yiyi”, en prisión desde 2023.
La docena fue imputada días atrás por los delitos de lavado de activos y financiamiento del terrorismo, luego de 14 allanamientos en las provincias de Buenos Aires y Corrientes concretados a fines de mayo y a cargo de la Policía Federal Argentina (PFA).
Entre los detenidos en el país vecino figuran diez de nacionalidad venezolana, una mujer colombiana y un hombre argentino.
Todos los acusados forman parte del entorno familiar del venezolano Guillermo Rafael Boscán Bracho, líder de la llamada “banda del Yiyi” -vinculada al Tren de Aragua-, quien tenía orden de captura internacional. El hombre está preso desde el 2 de octubre de 2023, época hasta la que había vivido gozoso y cómodo junto a su familia y guardia personal en un barrio cerrado en la ciudad correntina de Santa Ana, al noreste de Argentina.
Desde Colombia, el “Yiyi” aterrizó en Argentina a mediados de 2019, pero bajo el nombre falso de Jeraldo Marcial Sierra Tobio. Al poco tiempo lo acompañó su familia y su círculo de negocios y protección. Sobre su pareja, Adaly María Domínguez Contreras, hay elementos que concluyen que era la cabecilla de una ramificación.
Actualmente, el criminal se encuentra en el sector de reclusos de “alto perfil” del complejo penitenciario de Ezeiza, en Buenos Aires. Su celda fue revisada en el marco de los procedimientos de las últimas semanas: se comprobó que daba las órdenes, desde atrás de las rejas, a la sucursal del Tren de Aragua. Quedó imputado, entonces, como el décimo tercero de la megacausa.
De acuerdo a lo informado por el Ministerio Público Fiscal, sobre el venezolano pesa un pedido de extradición de la justicia de su país por los delitos de “extorsión y asociación para delinquir, homicidio intencional calificado por motivos fútiles e innobles, terrorismo, tráfico de armas y municiones y obstrucción de la libertad de comercios”.
El juez federal subrogante de Corrientes, Gustavo Del Corazón Fresneda, ordenó formar una causa paralela para definir el embargo preventivo de cinco autos y tres propiedades. También impuso la inhibición general de bienes y el bloqueo de cuentas bancarias y billeteras virtuales de los acusados.
Fue la propia ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien celebró el resultado de los operativos, justo a tiempo antes de la expansión de tan temible organización criminal, declarada “terrorista” en Argentina desde febrero de 2025 en la resolución N° 186.
“Es una operación muy importante, es la primera vez en la Argentina que se detecta una organización del Tren de Aragua y se logra desbaratar esta organización”, expresó la funcionaria de Javier Milei.
“Esto fue un trabajo en conjunto con el FBI, la Interpol, la Policía Federal Argentina, la Fiscalía y todo el equipo de este Ministerio que ha estado detrás de esta organización y que ha hecho un trabajo muy importante en la recolección de los datos para que hoy podamos dar esta gran noticia”, destacó Bullrich.
Cómo operaba la célula del Tren de Aragua en Argentina
La organización criminal vinculada al Tren de Aragua operaba en Argentina una sofisticada red de lavado de dinero que eludía el sistema financiero formal mediante el mecanismo conocido como “Hawala”, una estructura de transferencias informales utilizada en distintos puntos del mundo para mover fondos sin dejar rastros bancarios.
El dinero provenía de actividades extorsivas y delictivas desarrolladas en Venezuela, y se sospecha que parte de esos fondos tenía como destino el financiamiento del terrorismo internacional.
El objetivo de la célula era crear condiciones de control territorial violento, replicando en Argentina el modelo con el que el Tren de Aragua ya controla cárceles y zonas enteras en Venezuela, y se expandió a países como Chile, Perú, Colombia y Brasil.
En el caso de Argentina, el esquema incluía la inyección de capitales ilegales en operaciones de alto valor destinadas a blanquear su origen: compra de terrenos, autos de lujo, joyas y divisas extranjeras formaban parte de las adquisiciones realizadas por la organización. Claro, toda una fachada para legitimar los ingresos obtenidos de actividades criminales, como abrir un centro de estética en la ciudad de La Plata.
Según la investigación, los imputados arribaron al territorio nacional después de “Yiyi” en pequeños grupos y de manera escalonada. Además, los fiscales señalaron que la banda criminal poseía “en suelo argentino dos ramificaciones bien definidas, aunque vinculadas entre sí”, una liderada por uno de sus primos y la otra por su pareja.
En la investigación judicial se determinó que los imputados actuaban con funciones asignadas según un claro esquema jerárquico. Desde los que manejaban las inversiones, bienes y cuentas bancarias, pasando por los encargados de abrir y gestionar cuentas bancarias a nombre de terceros -ejecutaban maniobras de lavado de activos- y, finalmente, el eslabón inferior integrado por los que se encargaban del ingreso físico de divisas a Argentina, transportando billetes en operativos cuidadosamente planificados.