Giorgia Meloni y el liderazgo europeo
Una vez finalizada la segunda guerra mundial, el reacomodamiento político de Europa dio como resultado una hegemonía de Gran Bretaña, Alemania y Francia. Luego de que se efectuara el Brexit, la supremacía del viejo continente quedó a cargo de Berlín y París. Sin embargo, desde hace un tiempo el modelo de dominio de sus dos miembros más grandes está en decadencia.
Los repetidos problemas económicos y sociales, sumados al patético papel de los burócratas de Bruselas, llevaron a Europa a una crisis de representatividad y un reordenamiento geográfico del poder. La pandemia, la agenda progresista y la guerra ruso-ucraniana provocaron un enorme desgaste en la mayoría de los ciudadanos.
Si bien Angela Merkel supo ser la líder indiscutible del continente durante 16 años, su sucesor Olaf Scholz -quien asumió en diciembre de 2021-, se encuentra con una imagen completamente deteriorada por los numerosos problemas que atraviesa su país: la destrucción del Nord Stream 2 y el silencio cómplice de su gobierno alimentaron los cuestionamientos sobre su poder geopolítico real. Además, al crecimiento de los problemas económicos se le suma el bloqueo de las rutas y autopistas alemanas, provocado por los tractores de los agricultores disconformes con la política agraria.
Moviéndonos más al oeste, a pesar de que muchos esperaban que Emmanuel Macron asumiera un papel de liderazgo en Europa, su gobierno se enfrenta a una situación política cada vez más tensa. Lo que lo llevó, por ejemplo, a despedir a su primer ministro el 8 de enero pasado. Durante el 2023, Francia estuvo azotada por numerosos conflictos sociales, principalmente causados por los crecientes problemas económicos y la falta de integración de los migrantes musulmanes.
Frente a este escenario de falta de liderazgo se ha podido destacar una nueva figura: Giorgia Meloni. La primera ministra italiana ha logrado poner a su país en un papel protagónico geopolítico y sigue teniendo una alta imagen positiva. Logró contener la inflación y disminuir la desocupación a mínimos históricos. Los salarios y las pensiones aumentan, si bien aun lentamente, pero con una tendencia firme y constante.
El crecimiento de la economía italiana fue analizado por S and P Global Ratings, una conocida agencia estadounidense entre las primeras del mundo en materia financiera, investigación y análisis. Los resultados del nuevo gobierno pudieron contar con un diferencial estable, con bancos sanos, como ya había confirmado el BCE, y por excelentes políticas de empleo.
Las últimas encuestas publicadas por SWG muestran que Fratelli d’Italia crece un 0,7%, mientras que el PD y el M5S caen un 0,3% y un 0,4% respectivamente: la brecha entre la mayoría y la oposición sigue aumentando.
A la naturaleza no le gustan los espacios vacíos y la ausencia de un fuerte liderazgo alemán o francés fue rápidamente rellenada por un gobierno serio italiano, cuyas políticas están más cerca de ser soluciones reales a problemas reales, en lugar de cumplir con una agenda globalista confeccionada en Bruselas.
El pueblo italiano mantiene su confianza en la joven líder y su prestigio aumenta en Europa y también en el resto del mundo. Giorgia Meloni podría encaminarse a ocupar ese papel que Angela Merkel dejó libre.