Fuertes críticas al plan de «inversiones forzosas» de Gustavo Petro para reactivar la economía de Colombia
En el marco del cierre del Foro de Reactivación Económica en Colombia, el presidente Gustavo Petro presentó un ambicioso plan de reactivación económica que contempla la implementación de las llamadas “inversiones forzosas”. El anunció despertó críticas y alarmas.
Durante el evento, que contó con la presencia de representantes del Ministerio de Comercio y sectores productivos como turismo, agricultura, vivienda, transporte y energía, el mandatario expuso que la propuesta implica utilizar parte del ahorro público para invertir en actividades productivas.
“Si logramos combinar inversiones forzosas con una ley de financiamiento organizada alrededor y dentro de la transición hacia una economía productiva, tendríamos la posibilidad de reactivación económica que cambiaría las posibilidades del capitalismo y los modelos de producción”, aseguró Petro.
Y advirtió: “A la banca le conviene porque en este momento se está deteriorando su cartera y si la crisis mundial hace un estornudo más fuerte, pues tendríamos una crisis bancaria, es la primera demostración de una crisis siempre, ya en el 98 lo vivimos”.
El presidente sugirió transferir estos ahorros públicos a instituciones como Bancóldex, Banco Agrario, Finagro y el Fondo Nacional del Ahorro para otorgar créditos baratos que incentiven a la producción de distintos sectores, incluyendo al turismo.
Petro explicó: “¿Perdería el banco ese dinero que no es de él, es del público? No, porque nosotros se lo devolvemos con tasa de interés. Modesta. Es una forma de bajar el costo financiero. Aquí hemos hablado, o en ese cuadro habíamos hablado, del costo de la energía. Aquí estamos hablando del costo financiero. Si se reduce el costo financiero, el costo de la energía”.
El proyecto económico del presidente busca encontrar una salida a la actual crisis económica que atraviesa el país cafetero. El jefe de Estado remarcó la necesidad de adoptar nuevas estrategias para superar los desafíos y construir una economía novedosa y sustentable, que dependa menos del comercio del carbón y que tenga un fuerte impulso hacia las energías renovables.
“El mundo no está comprando el mismo carbón que antes nos compraban; la tendencia no es coyuntural, es permanente. La línea seguirá bajando hasta llegar a una demanda cero,” expresó el presidente.
Los posibles efectos secundarios de la propuesta
José Antonio Ocampo, exministro de Hacienda y Crédito Público, fue uno de los que se expresó en contra de la iniciativa de Petro.
Ocampo puso en duda la viabilidad del plan y las posibles consecuencias no deseadas de la intervención, advirtiendo que se trata de un modelo que fracasó en el pasado. “Es un esquema del pasado, que solo se ha mantenido para el sector agropecuario”, escribió Ocampo en su cuenta de X semanas atrás.
“Lo que se necesita son acciones coordinadas del Grupo Bicentenario, que reúne a las entidades financieras del sector público”, agregó.
Entre los posibles efectos negativos de las inversiones forzadas se puede esperar una posible distorsión del mercado, adjudicando recursos a actividades menos rentables por obligación, impidiendo que el capital se asigne a las áreas más rentables, con una menor flexibilidad y rentabilidad para los bancos prestamistas, afectando la liquidez y calidad crediticia a largo plazo.
También la medida puede desalentar la inversión privada, dado que los inversionistas podrían experimentar un mayor riesgo y menor libertad en sus decisiones financieras, con la consecuente pérdida de confianza en el país, limitando el crecimiento económico.
La propuesta todavía tiene que atravesar un proceso de aprobación en las distintas instancias legislativas en el Congreso.