Francia en crisis: Macron busca a su quinto primer ministro en menos de dos años mientras crece la indignación popular

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, enfrenta una nueva tormenta política tras la caída de su primer ministro François Bayrou, destituido por una moción de censura en el Parlamento. Bayrou, que había intentado imponer un plan de austeridad para reducir el déficit, fue derrotado por 364 votos contra 194 y entregará su renuncia formal este martes.

Macron deberá nombrar en los próximos días a un nuevo jefe de gobierno, el quinto en menos de dos años, en medio de un clima político y social cada vez más convulso. Entre los nombres que circulan están el ministro de Defensa, Sébastien Lecornu, así como posibles figuras del centroizquierda o incluso un tecnócrata. La tarea será titánica: unir un Parlamento fragmentado y lograr la aprobación del presupuesto de 2026, en un país con una deuda que asciende al 114% del PIB y un déficit casi del doble del límite europeo del 3%.

Oposición dividida, país fragmentado

Mientras los socialistas reclaman que ha llegado “su turno” de gobernar, el partido ultraderechista Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen exige elecciones anticipadas, algo que Macron descarta tras haber fracasado con la disolución parlamentaria de 2024, que solo generó más división.

El malestar social no deja de crecer. Comerciantes, jubilados y trabajadores consultados por medios franceses expresan frustración: se sienten ignorados por las élites y temen que el país avance “directo hacia un muro”. “Todos deberíamos cuestionarnos, porque tenemos un país hermoso y lo estamos destrozando”, lamentó Florence Geillo, vendedora en un mercado local.

Protestas en el horizonte

A la incertidumbre política se suma la convocatoria al movimiento “Bloqueemos Todo”, que promete paralizar calles, estaciones y carreteras este miércoles, en un eco de las protestas de los “chalecos amarillos” que sacudieron al país entre 2018 y 2019. El gobierno desplegará 80.000 policías en todo el territorio para contener posibles disturbios, aunque las protestas carecen de liderazgo centralizado, lo que dificulta prever su magnitud.

Los sindicatos también anunciaron una jornada nacional de huelgas y movilizaciones para el 18 de septiembre, lo que augura semanas de gran tensión. “El cambio de primer ministro ya está hecho, pero lo que muchos pedimos es que también se vayan los de arriba, incluido Macron”, dijo Alain Petit, manifestante en Clermont-Ferrand, donde se organizaron “tragos de despedida” para Bayrou.

Economía en suspenso

El sector empresarial, especialmente el tecnológico, advierte que la inestabilidad política frena inversiones y contrataciones. “La caída del gobierno añade más incertidumbre y está golpeando directamente la confianza económica”, señaló Maya Noël, directora de la asociación France Digitale.

El mercado financiero reaccionó con cautela, aunque la verdadera prueba llegará este viernes, cuando Fitch publique su decisión sobre la calificación crediticia de Francia.

En este contexto, Macron —con apenas dos años de mandato por delante y una popularidad debilitada— se juega no solo la viabilidad de su gobierno, sino también su legado político frente a una Francia que se siente cada vez más desgobernada.

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Redacción Mundo Libre
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