Fin de una era: Cierran el Centro de Atención «Transjuvenil» más grande de EE.UU.

El próximo 22 de julio cerrará sus puertas el Centro de Salud y Desarrollo Transjuvenil del Hospital Infantil de Los Ángeles, reconocido como el mayor centro pediátrico dedicado a la atención de «jóvenes transgénero» en Estados Unidos.

Esta decisión se produce en el contexto de una orden ejecutiva firmada en enero de 2025 que limita la financiación federal para centros que ofrezcan tratamientos como bloqueadores hormonales, terapias hormonales cruzadas y cirugías de «reasignación de género» a menores de edad.

La orden, firmada por el presidente Donald Trump, califica estos procedimientos como mutilación química y quirúrgica y prohíbe el uso de fondos públicos para prácticas consideradas no apropiadas para menores. Asimismo, en abril, la fiscal general Pam Bondi emitió un memorando en el que expresó su preocupación por lo que describió como “grave abuso médico” en este ámbito y solicitó una supervisión más estricta por parte del Departamento de Justicia para prevenir posibles casos de explotación disfrazados de atención médica.

En línea con estas medidas, la Comisión Federal realizó recientemente un taller público donde reafirmó su compromiso con la protección de la infancia y denunció lo que considera “prácticas engañosas” dirigidas a menores vulnerables en el campo de la medicina transgénero.

El Hospital Infantil de Los Ángeles ha defendido la labor de su centro, asegurando que brindaba “atención médica esencial y basada en la evidencia” a jóvenes transgénero y sus familias. Sin embargo, reconoció que el cierre es consecuencia directa del cambio en la política federal y lamentó que no existan alternativas viables para continuar con la prestación de estos servicios.

El centro ha enfrentado críticas y controversias legales, particularmente en relación con su directora, la doctora Johanna Olson-Kennedy. Entre las demandas se encuentra una presentada por una paciente que posteriormente optó por destransicionar, alegando que a los 12 años recibió bloqueadores hormonales, terapia cruzada y una doble mastectomía, a pesar de antecedentes médicos complejos. Además, Olson-Kennedy fue objeto de investigación por la supuesta ocultación de datos en un estudio federal financiado con 10 millones de dólares, el cual señalaba posibles efectos adversos de los bloqueadores hormonales en niños.

Estas decisiones y controversias reflejan un debate en curso sobre el abordaje médico y ético en el cuidado de menores que están confundidos sobre su género biológico, así como sobre el papel del gobierno federal en la regulación y financiación de estos tratamientos.

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Redacción Mundo Libre
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