Festejos en Gaza tras el anuncio de Donald Trump sobre el acuerdo de paz

Las calles de Gaza se llenaron de sirenas, cánticos y gestos de alivio tras el anuncio del presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, quien confirmó la firma de la primera fase del acuerdo de paz entre Israel y Hamás. El pacto contempla un alto el fuego inmediato, la liberación de rehenes y un proceso de reconstrucción de la Franja.
En distintos puntos de la ciudad, miembros de los servicios de emergencia y civiles salieron a las calles, gritando “Dios es grande” y “Nuestro trabajo es por Dios”, mientras repartían dulces y se abrazaban entre lágrimas.
“Son sentimientos indescriptibles, no podemos creerlo. Pero gracias a Dios, la guerra terminó y estamos vivos”, expresó Nouh al-Shaghnouby, miembro de la Defensa Civil palestina. “Esperamos que sea realmente el final, sin más muerte ni destrucción. Que la gente pueda volver, reconstruir sus casas y recuperar su vida”, añadió.
El acuerdo, parte del plan de paz de veinte puntos impulsado por Trump, fue resultado de negociaciones indirectas celebradas en Egipto, con la mediación de Qatar, Turquía y la ONU. Incluye la liberación de los rehenes israelíes y palestinos, y la retirada progresiva de las fuerzas israelíes de zonas clave de Gaza.
En declaraciones a la cadena Fox News, Trump aseguró que los rehenes israelíes comenzarán a ser liberados el próximo lunes y que Estados Unidos participará en la reconstrucción de Gaza. “El mundo está unido para lograr este acuerdo”, afirmó el mandatario, destacando que incluso Irán había expresado su apoyo.
En Gaza, la noticia fue recibida como un respiro tras dos años de guerra. “No puedo dejar de reír y llorar al mismo tiempo. Sobrevivimos, y eso es un milagro”, dijo Tamer al-Burai, un empresario desplazado de Gaza.
Sin embargo, las autoridades locales advirtieron a los ciudadanos que eviten regresar de inmediato a las zonas del norte, donde aún permanecen tropas israelíes.
Si el acuerdo se implementa plenamente, podría marcar el mayor avance diplomático en el conflicto desde los Acuerdos de Abraham de 2020, también impulsados por Trump.
Mientras tanto, tanto en Gaza como en Tel Aviv, las celebraciones reflejaron un mismo sentimiento: la esperanza de que esta vez la paz sea duradera.