Familias venezolanas exigen libertad para detenidos mientras fuerzas de Maduro arrestan a manifestantes

En Caracas, Venezuela, familiares de personas detenidas durante los disturbios postelectorales demandan justicia para sus seres queridos frente a centros de detención. Desde la semana pasada, cuando estallaron las protestas tras el anuncio de los resultados electorales, algunas familias permanecen fuera del centro de detención Zona 7.

La autoridad electoral venezolana, parte del régimen chavista, proclamó a Nicolás Maduro ganador en las elecciones del domingo pasado. Este resultado desencadenó acusaciones generalizadas de fraude y protestas. En respuesta, las fuerzas de seguridad reprimieron las manifestaciones, que el régimen calificó como parte de un intento de golpe de Estado respaldado por Estados Unidos.

Las fuerzas de seguridad chavistas apuntan a quienes, según afirman, cometieron delitos violentos durante las recientes protestas. Esta operación, llamada informalmente «toc-toc», ha dejado a los manifestantes atemorizados, según grupos de defensa.

Tres grupos de defensa informaron a Reuters que las fuerzas chavistas trabajan intensamente para capturar a los manifestantes, incluyendo menores de edad. Afirman que no les proporcionan abogados y que los acusan de terrorismo y crímenes de odio, como confirma el segundo del régimen Diosdado Cabello.

Kelly Hernández, madre de una adolescente de 17 años detenida por protestar contra los resultados electorales, compartió su angustia: «Nadie quiere que sus hijos pasen por lo que esas personas están pasando allí. No puedo decir que algo malo está sucediendo, mi hija me dice que está bien, gracias a Dios, y que está rodeada de buenas personas allí dentro, pero estar encerrado es como cuando un animal está encerrado, sin libertad, sin poder ver nada».

Hernández leyó una carta de su hija, visiblemente emocionada: «Mira dónde estoy por salir a hacer algo». La madre explicó que su hija «quería tener un futuro mejor, algo diferente, porque decía que toda su vida siempre ha pasado hambre».

Fuera del centro de detención Zona 8, Rossana Avilei, madre de un detenido, exigió justicia no solo para su hijo sino para todos los detenidos: «Nuestros hijos no son guerrilleros, ni criminales, ni terroristas, no cometieron los cargos de los que los acusan». Avilei agregó que muchos aún están desaparecidos.

El sábado, Maduro informó a sus seguidores que unas 2.000 personas fueron arrestadas durante las protestas. Human Rights Watch, con sede en Estados Unidos, reportó al menos 20 muertes.

La ONG Foro Penal, que recopila informes de familias en su centro de llamadas, registró 1010 detenidos hasta el lunes por la mañana, incluyendo 91 menores de edad.

Las escenas fuera de los centros de detención son desgarradoras. Familiares esperan sentados en la calle, guardando vigilias interminables en busca de información sobre sus seres queridos. La policía custodia las entradas de los centros, mientras los familiares muestran fotos de los detenidos y comparten sus historias de desesperación.

La crisis en Venezuela sigue sin salida a la vista, con las familias atrapadas entre la incertidumbre sobre el destino de sus seres queridos y un régimen que califica las protestas sociales como actos terroristas. Mientras tanto, la comunidad internacional observa de cerca el desarrollo, con críticas crecientes hacia la respuesta del régimen de Maduro a las manifestaciones postelectorales.

Con información de Reuters

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Redacción Mundo Libre
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