Exrepresentante republicano resalta «lo que Trump hizo por los fieles»
El exrepresentante republicano Michael Mulvaney escribió un artículo de opinión para el periódico conservador The Wall Street Journal, en donde resalta lo que el presidente Donald Trump ha hecho por los fieles y creyentes devotos, marcando una gran diferencia con Joe Biden.
Mulnavey se desempeñó como director de la Oficina de Gestión y Presupuesto desde 2017 hasta 2020.
En su artículo Mulnavey destaca la politización de la Pascua y la Semana Santa, pasando de la declaración de Donald Trump de «Dios bendiga la Biblia de Estados Unidos» a la proclamación de Joe Biden de que el Domingo de Pascua era el «día de visibilidad transgénero».
El autor comparte una experiencia personal cuando, como director de la Oficina de Gerencia y Presupuesto en febrero de 2018, solicitó una misa católica en la Casa Blanca para el Miércoles de Ceniza. Trump aprobó la solicitud y la misa tuvo un gran éxito, atrayendo a más de 100 personas, incluidos empleados de la administración anterior de Obama que ahora sirven en la administración de Biden. La misa se realizó cada dos semanas, hasta que llegó la pandemia de Covid.
Mulnavey instó al equipo de transición de Biden a que continúen con los servicios religiosos luego de que Biden asumiera como presidente, señalando que no solo beneficiaba a los católicos, sino que también se llevaban a cabo servicios para otras religiones en los terrenos de la Casa Blanca. Sin embargo, estos servicios no se han reanudado bajo la administración de Biden.
“La respuesta que recibí del equipo de Biden fue razonable: analizarían las cosas “después de Covid”. Ya ha pasado mucho tiempo después de Covid y, como probablemente puedas adivinar, ni la misa ni ninguno de los otros servicios religiosos se han reanudado”, comentó el autor.
Mulnavey reflexiona sobre cómo la religión, al igual que la política, está politizada en la sociedad actual. Del mismo modo, destaca el contraste entre las acciones de Trump, permitiendo la misa católica recurrente en los terrenos de la Casa Blanca, y las de Biden, quien se autodenomina católico devoto pero no ha continuado con los servicios religiosos en el lugar.
El autor sugiere que las acciones hablan más fuerte que las palabras, y que la verdadera medida de la relación entre la religión y la política se encuentra en lo que las personas hacen, no en lo que dicen.