Exfuncionaria de vivienda afirma que el gobierno de EE. UU. construyó una ciudad subterránea para las élites

Catherine Austin Fitts, exsubsecretaria de Vivienda y Desarrollo Urbano de Estados Unidos (1989-1990), ha generado controversia con una declaración explosiva. En una entrevista en el podcast de Tucker Carlson, Fitts afirmó que el gobierno estadounidense ha invertido $21 billones de dólares en una ciudad subterránea secreta diseñada para proteger a las élites más ricas y poderosas en caso de un evento catastrófico. Esta alegación, de confirmarse, podría ser uno de los proyectos más costosos y encubiertos de la historia del país.
Según Fitts, de 74 años, esta infraestructura habría sido financiada durante décadas utilizando fondos públicos de forma encubierta. Para sustentar su afirmación, mencionó un informe del economista Mark Skidmore, de la Universidad Estatal de Michigan, que señala irregularidades en el gasto gubernamental, incluyendo billones de dólares no contabilizados en los presupuestos del Pentágono y otras agencias federales. Sin embargo, Fitts no ofreció detalles específicos sobre cómo este informe probaría la existencia de la ciudad subterránea, lo que ha generado escepticismo.
El informe de Skidmore, publicado en 2017, documentó aproximadamente $21 billones en ajustes contables no explicados en los registros financieros del Departamento de Defensa y del Departamento de Vivienda entre 1998 y 2015. Aunque el estudio atrajo atención en círculos que cuestionan la transparencia gubernamental, fue criticado por expertos que argumentaron que los «ajustes» reflejan errores contables más que un gasto deliberado en proyectos secretos. Fitts, no obstante, interpreta estos datos como evidencia de un desvío masivo de fondos hacia iniciativas como la supuesta ciudad.
Las declaraciones de Fitts han provocado reacciones encontradas. En círculos conservadores, su narrativa ha sido recibida como una denuncia de corrupción y desigualdad, resonando con quienes desconfían de las instituciones federales. Sin embargo, los críticos señalan la falta de pruebas concretas, argumentando que un proyecto de tal magnitud sería difícil de ocultar debido a la supervisión de los presupuestos públicos. La ausencia de documentos oficiales o testimonios adicionales ha llevado a muchos a calificar la afirmación como especulativa.
Defensores de Fitts argumentan que proyectos clasificados, como los gestionados por la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA), podrían encubrir iniciativas similares. La mención del informe de Skidmore añade credibilidad para quienes ya sospechan de operaciones secretas, aunque el documento no menciona explícitamente una ciudad subterránea. La exfuncionaria, conocida por sus críticas al sistema financiero, ha construido una reputación que le otorga influencia en ciertos sectores, pero sus posturas a menudo son vistas como conspirativas por analistas mainstream.
En las redes sociales, particularmente en X, las afirmaciones de Fitts han generado un debate polarizado. Algunos usuarios exigen investigaciones oficiales, mientras otros las descartan como teorías sin fundamento. Los hashtags relacionados con la ciudad subterránea han ganado popularidad, reflejando tanto el interés como la división en la opinión pública. Este fenómeno pone de manifiesto los desafíos de navegar la información en un entorno mediático donde las narrativas alternativas compiten con los hechos verificables.