Excanciller Araújo: «La Amazonía se está quemando más que cualquier año desde el primer gobierno de Lula»
El excanciller brasileño, Ernesto Araújo, aseguró que el discurso ambientalista del presidente de su país, Lula da Silva, se sostiene por la «mentira». «La Amazonía se está quemando más que cualquier mes o año desde el primer gobierno de Lula», sostuvo.
El ex ministro de Relaciones Exteriores del gobierno de Jair Bolsonaro (2019-2021) protagonizó un panel en el III Encuentro Regional del Foro Madrid, que culminó el pasado viernes en Buenos Aires.
En diálogo con Mundo Libre Diario (MLD), no dudó en calificar al gobierno de Lula como una «dictadura».
«Es una dictadura y que no le pertenece solamente a Lula, sino al ejecutivo, judiciario y legislativo; es decir, la casta política brasileña», apuntó días después de que el juez del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Alexandre de Moraes, suspendiera las actividades de la red social X en Brasil.
«Los asociados a la casta política ejercen un régimen dictatorial. Pero Lula guarda un prestigio internacional que todavía existe un poco por la mentira», expresó detallando que ante la imagen pública se presenta al líder izquierdista como «un demócrata y que es además alguien que defiende la Amazonía».
«Bueno, la Amazonía se está quemando más que cualquier mes o año desde el primer gobierno Lula», añadió al respecto.
En efecto, el número de incendios en la región de la selva amazónica de Brasil durante el mes de agosto aumentó al nivel más alto desde 2010, mostraron datos del Gobierno el domingo.
Lula, quien está ejerciendo su tercer mandato, gobernó el país entre 2003 y 2011.
Los satélites detectaron 38.266 puntos críticos de incendios en la Amazonia en agosto, más del doble en comparación con el año anterior y el mayor número para ese mes desde 2010, mostraron datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe) de Brasil.
Los datos de agosto, que alcanzan un máximo de 14 años, llegan después de que el mes pasado los focos de incendios en la región aumentaran a un máximo de dos décadas.
Los incendios en el bioma naturalmente húmedo y mojado a menudo comienzan en ranchos de ganado donde los lugareños convierten la selva en pastos para la cría de ganado.
El aire más cálido y la vegetación más seca han creado condiciones que permiten que los incendios se propaguen con mayor rapidez, ardan con mayor intensidad y durante más tiempo.
Los factores a los que aluden los expertos es el “cambio climático”, la sequía, el fenómeno del niño, combinado con la deforestación y otras acciones humanas, mientras que antes culpaban a Jair Bolsonaro por su “mala gestión ambiental”.
Actores estadounidenses como Leonardo DiCaprio y Mark Ruffalo o presidentes como Emmanuel Macron y Joe Biden entraron en el debate en 2022, cuando se estaban por definir las elecciones entre Bolsonaro y Lula da Silva.
En ese tiempo, los incendios en la Amazonia de Brasil pusieron los ojos del mundo sobre la gestión de Bolsonaro y su manejo del medio ambiente y fue criticado por ampliar las áreas de deforestación.
Sin embargo, según escribió en 2019 para la revista Forbes el científico ambiental Michael Shellenberger, la deforestación en la Amazonía brasileña en ese entonces había disminuido drásticamente en los últimos 15 años, permaneciendo en una cuarta parte de su pico de 2004 cuando el presidente de Brasil era Lula da Silva.
Durante la gestión de Bolsonaro, el gobierno brasileño creó el Consejo Nacional de la Amazonía Legal para coordinar el trabajo integrado para la protección, preservación y desarrollo sostenible de la selva amazónica.
Promulgado en abril de 2021, el Plan Amazonía 2021/22 estableció lineamientos estrictos para monitorear y combatir la deforestación ilegal, los incendios y otros delitos ambientales y territoriales cometidos en la selva amazónica. El 10 de junio de ese mismo año, el gobierno brasileño desplegó una “Fuerza Nacional” en la región para combatir el narcotráfico y los delitos ambientales organizados.
A través de estas acciones coordinadas, el número de alertas de deforestación en Brasil se logró disminuir y el número de incendios forestales también disminuyó.
Sin embargo, para el excanciller Araújo hay una «estructura que mantiene un poder podrido» en Brasil que no permite ver esa realidad, en la cual se incluye «ese prestigio internacional inmerecido de Lula y con eso de todo el régimen».
El exdiplomático explicó que, en efecto, durante el gobierno de Bolsonaro, «había una comunidad internacional que miraba a Brasil e identificaba amigos e enemigos de una manera invertida, completamente equivocada».
«El mundo lo identificó a la inversa. Ahora si el mundo lo ve correctamente, tenemos un elemento esencial que es el apoyo perceptivo de la comunidad internacional. Claro que depende también de la lucha de los brasileños, pero el mapa y la profundidad del drama brasileño se está viendo en el mundo», concluyó.