Escándalo en EE. UU.: Exjefe del FBI bajo la lupa por supuesta amenaza de muerte contra Trump

Las autoridades estadounidenses, lideradas por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y el Servicio Secreto, iniciaron una investigación contra el exdirector del FBI, James Comey, por una publicación en Instagram que algunos funcionarios y partidarios republicanos interpretaron como una amenaza de muerte.
La imagen, compartida el 14 de mayo de 2025, mostraba conchas marinas formando los números “86 47”, lo que generó una fuerte reacción entre figuras republicanas, quienes vincularon el mensaje con un supuesto llamado a la violencia contra el 47.º presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, anunció la investigación el 15 de mayo a través de la red social X, afirmando: “El desacreditado exdirector del FBI James Comey acaba de pedir el asesinato del presidente Trump. El DHS y el Servicio Secreto están investigando esta amenaza y responderán apropiadamente”.
La publicación de Noem, respaldada por otros funcionarios, encendió las alarmas en un contexto de alta sensibilidad tras el intento de asesinato contra Trump el 13 de julio de 2024, durante un mitin en Butler, Pensilvania, donde resultó herido en la oreja.
El Servicio Secreto, encargado de la protección presidencial, confirmó estar al tanto de la publicación de Comey. Su portavoz, Anthony Guglielmi, declaró el 15 de mayo: “El Servicio Secreto investiga enérgicamente cualquier cosa que pueda considerarse una amenaza potencial contra nuestros protegidos. Estamos al tanto de las publicaciones en redes sociales del exdirector del FBI y nos tomamos este tipo de discurso muy en serio”.
Sin embargo, el organismo evitó pronunciarse sobre el significado específico del mensaje, limitándose a indicar que no comenta sobre asuntos de inteligencia de protección.
La controversia radica en la interpretación de los números “86 47”. Según el diccionario Merriam-Webster, “86” es una jerga estadounidense que puede significar “eliminar” o “deshacerse de alguien”, y en algunos contextos recientes se ha asociado con “matar”, aunque el diccionario no lo adopta formalmente por su escaso uso.
El número “47”, por su parte, alude a Trump como el 47.º presidente, electo tras su victoria en noviembre de 2024. Esta combinación fue suficiente para que figuras como Dan Scavino, subjefe de gabinete de la Casa Blanca, calificaran el mensaje como un “llamado a asesinar a Trump”.
Comey, quien dirigió el FBI entre 2013 y 2017, respondió a las acusaciones eliminando la publicación y publicando una aclaración en Instagram el mismo 15 de mayo: “Fue una formación de conchas interesante durante mi paseo por la playa. No me di cuenta de que algunas personas asocian esas cifras con la violencia. Nunca se me ocurrió, pero me opongo a cualquier tipo de violencia, así que quité la publicación”.
El exfuncionario, actualmente dedicado a escribir novelas policiales, insistió en que asumió que las conchas formaban un “mensaje político” sin intenciones violentas.
La reacción republicana no se hizo esperar. Donald Trump Jr., hijo del presidente, escribió en X: “Solo James Comey pidiendo casualmente que asesinen a mi papá. ¡Este es a quien la prensa demócrata adora! ¡Demente!”.
Por su parte, la directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, expresó en una declaración el jueves: “James Comey, en mi opinión, debería rendir cuentas y ser puesto entre rejas por esto”.
El actual director del FBI, Kash Patel, nombrado por Trump tras su toma de posesión el 20 de enero, confirmó ese mismo día que su agencia está “en comunicación con el Servicio Secreto sobre la publicación y brindará todo el apoyo necesario”.
Patel, conocido por su lealtad al líder del movimiento MAGA, no emitió juicios adicionales, pero su involucramiento subraya la seriedad con la que la administración actual aborda el caso.
El historial entre Comey y Trump agrega un trasfondo tenso a este episodio. En mayo de 2017, Trump despidió a Comey abruptamente mientras este lideraba la investigación sobre la presunta interferencia rusa en las elecciones de 2016, que posteriormente se descubrió que nunca existió.
La actual investigación en curso que tiene en el centro de la escena a Comey, iniciada formalmente el 15 de mayo, aún no ha determinado si la publicación constituye una amenaza creíble bajo la ley estadounidense, que castiga las amenazas contra el presidente con hasta cinco años de prisión según el Código de Estados Unidos, Título 18, Sección 871.