«¡Es un hombre!»: atleta transgénero gana con facilidad prueba en EE. UU. y recibe abucheos de la audiencia

En el reciente campeonato estatal de atletismo en Washington, un atleta biológico masculino, Veronica Garcia, de la escuela East Valley en Spokane, se alzó con la victoria en la carrera de 400 metros femeninos con un tiempo de 55.70 segundos, superando por casi un segundo a la competidora que quedó en segundo lugar, Lauren Matthew.
Además, Garcia contribuyó al triunfo de su equipo en el relevo 4×100 metros. Este resultado ha generado un intenso debate sobre la participación de atletas biológicos masculinos en categorías deportivas femeninas, avivando una controversia que lleva años en el centro de la discusión pública.
«He is a boy» (es un muchacho) se escucha del lado de las tribunas cuando Garcia estaba próximo a llegar a la meta.
Garcia, de 17 años, compitió previamente en categorías masculinas, donde su desempeño no destacó de manera significativa. Por ejemplo, en 2023, finalizó en el puesto 164 de 172 en una carrera de 5000 metros masculina. Sin embargo, en la categoría femenina, su ventaja física fue evidente, ya que su tiempo de 55.75 segundos en los 400 metros lo habría dejado fuera de los primeros 16 lugares en la competencia masculina equivalente, donde el corredor más lento registró 53.12 segundos. Este contraste ha llevado a cuestionamientos sobre la equidad en las competencias deportivas femeninas.
Durante la ceremonia de premiación, el público expresó su descontento con abucheos cuando Garcia subió al podio, mientras que las otras competidoras, todas mujeres biológicas, permanecieron en silencio con las manos detrás de la espalda, en un gesto que muchos interpretaron como una protesta sutil.
Además, antes y después de la carrera de relevos 4×400 metros, atletas de una escuela rival lucieron camisetas negras con la frase «Mantengan los deportes femeninos para mujeres», subrayando la oposición a la participación de atletas biológicos masculinos en estas categorías.
La política de la Asociación de Actividades Interescolásticas de Washington (WIAA) permite que los estudiantes compitan en la categoría que corresponde a su identidad de género, sin exigir terapia hormonal o supresión de hormonas. Esta norma, vigente desde 2007, busca promover la inclusión, pero ha sido criticada por quienes argumentan que no garantiza una competencia justa para las atletas mujeres biológicas.
Expertos como el endocrinólogo Bradley Anawalt, de la Universidad de Washington, han señalado que el impacto de la testosterona y la pubertad masculina puede conferir ventajas físicas significativas, incluso en atletas que están en proceso de transición, aunque la ciencia aún no ha establecido hasta qué punto estas ventajas persisten.
El caso de Garcia no es aislado. En otros estados, como California y Oregón, se han reportado incidentes similares donde atletas biológicos masculinos han dominado competencias femeninas, lo que ha intensificado el debate. En California, por ejemplo, otro atleta biológico masculino, AB Hernandez, se llevó el oro en salto de altura y salto triple en las finales estatales, mientras que en Oregón, dos atletas mujeres se negaron a compartir el podio con un competidor biológico masculino en el campeonato estatal de salto de altura.
Críticos como Riley Gaines, exnadadora de la NCAA y activista por la preservación de los deportes femeninos, han destacado casos como el de Garcia para argumentar que la participación de atletas biológicos masculinos en categorías femeninas puede comprometer la integridad de las competencias. Gaines, quien en 2022 empató con la nadadora transgénero Lia Thomas pero no recibió el reconocimiento correspondiente, ha liderado esfuerzos legales contra políticas que permiten estas participaciones, alegando violaciones a los derechos de las atletas mujeres bajo el Título IX.