«Es preocupante»: un radar inglés de uso militar que transmite ‘información estratégica’ opera en el sur argentino

A tan solo 700 kilómetros de las Islas Malvinas, en el sur del territorio argentino, se ha instalado un radar de origen británico de uso dual -civil y militar- que transmite información estratégica.

El radar, que está en funcionamiento desde el año pasado, pertenece a la compañía Leolabs y, según se ha denunciado, tiene la capacidad de supervisar actividades militares argentinas, lo que obviamente plantea una amenaza para la seguridad nacional.

Leolabs es una empresa privada especializada en tecnología espacial con sede en Londres, Reino Unido. A través de sus radares estratégicamente ubicados, ofrecen servicios que incluyen «la monitorización de desechos en órbita». Y fue bajo esta pretensión que ingresaron en Argentina con el permiso del gobierno de la provincia de Tierra del Fuego.

En primer lugar, establecieron una subsidiaria llamada Leolabs Argentina SRL, con base en Ushuaia, capital de la provincia patagónica.

Bajo el gobierno del expresidente peronista Alberto Fernández, el 15 de noviembre de 2022, la Subsecretaría de Comunicaciones, que depende de la Jefatura de Gabinete de la Nación, autorizó la construcción del polémico radar.

Posteriormente, obtuvieron diferentes aprobaciones a nivel provincial y, en cuestión de meses, el radar comenzó a funcionar en las cercanías de la ciudad de Tolhuin.

«Es un tema preocupante», alertó en diálogo con Mundo Libre Diario, el diputado nacional fueguino, Héctor «Tito» Stefani.

El congresista, perteneciente al PRO -partido político aliado al gobierno de Javier Milei-, describió que el Ministerio de Defensa de la Nación elaboró un informe extenso -de 14 páginas- afirmando que el radar en cuestión genera «información estratégica» y «que no tiene que estar instalado en Argentina».

De acuerdo al reporte de Defensa, el radar representa una amenaza para la seguridad nacional, ya que puede monitorear tanto la actividad satelital argentina civil como militar, interceptar datos y observar objetos terrestres, marítimos y detectar aeronaves.

«Pese a que hubo varias idas y vueltas entre Cancillería, el Ministerio de Defensa y el gobierno de Tierra del Fuego, el radar sigue instalado ahí y tiene generación de energía eléctrica», apuntó Stefani.

Esta situación ha generado protestas de excombatientes de la Guerra de Malvinas, que se manifestaron en la entrada de la estancia «El Relincho», donde se encuentra operando el radar.

«Para nosotros es una preocupación y lo que nosotros queremos es que ese radar salga», coincidió Stefani, quien integra la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto en la Cámara de Diputados de la Nación.

«Es como si Argentina instalara un radar en las Islas Malvinas -que genera información estratégica para el país- y que el gobierno inglés lo autorizara, no tiene sentido», concluyó.

Mientras tanto, el radar inglés -ubicado estratégicamente en el Atlántico Sur- sigue operando en territorio argentino. Sin embargo, el debate en la esfera pública ya está planteado.

Por Miguel Díaz – Mundo Libre Diario

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Redacción Mundo Libre
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