El velo verde: cómo las políticas climáticas ponen en riesgo la riqueza, los derechos y la soberanía

En el esfuerzo global por combatir el cambio climático, muchos activistas climáticos instan enérgicamente a «salvar el planeta». Sin embargo, tras estos lemas a menudo se esconden riesgos para la seguridad económica, la soberanía nacional e incluso los derechos básicos de supervivencia. A continuación, se ofrece un análisis conciso de estos temas desde tres perspectivas interrelacionadas y se ofrecen estrategias para ayudar a los lectores a comprenderlos mejor.

Transferencia de riqueza bajo la bandera verde 

Asimetría estructural del Acuerdo de París

El Acuerdo de París (2015) se considera un hito en la gobernanza climática global, pero su marco genera un flujo unidireccional de capital desde los países desarrollados hacia grandes emisores de carbono como China. Países ricos como Estados Unidos prometieron alrededor de 100 000 millones de dólares anuales en financiación climática para países en desarrollo. Sin embargo, China, actualmente el mayor emisor de carbono del mundo, sigue clasificado como «país en desarrollo» y no se enfrentará a límites vinculantes de emisiones hasta después de 2030.

Según la Fundación Heritage, esta asimetría podría costarle a Estados Unidos hasta 2,5 billones de dólares en PIB durante los próximos 20 años, mientras que los beneficios de la reducción global de emisiones siguen siendo relativamente limitados.

  • En la superficie: el Acuerdo de París (2015) se celebra como un hito en la gobernanza climática global.
  • En la práctica: los países desarrollados comprometen alrededor de 100 mil millones de dólares por año en financiación climática para las naciones en desarrollo.
  • La cuestión: China, el mayor emisor de carbono del mundo, todavía es tratado como un país en desarrollo y sólo enfrentará límites vinculantes después de 2030.
  • Consecuencia: las naciones ricas como Estados Unidos pueden perder billones de dólares en salidas de capital en 20 años, con beneficios limitados en materia de reducción de emisiones globales.

Flujos ocultos en el mercado de créditos de carbono

El Artículo 6 del Acuerdo de París permite el comercio internacional de compensaciones de carbono, que se espera genere un mercado de 100 000 millones de dólares para 2030. China desempeña un doble papel en este mercado: como productor de créditos y como importante comprador. Las empresas apoyadas por Beijing generan créditos de carbono mediante proyectos de reforestación en regiones como Mongolia Interior y los venden a empresas occidentales, canalizando eficazmente fondos hacia las arcas fiscales chinas. Este sistema también beneficia a los exportadores chinos de energía fotovoltaica y vehículos eléctricos, que representan el 80 % de la cadena de suministro global de tecnología verde.

  • Mecanismo: El artículo 6 del Acuerdo de París permite el comercio internacional de compensaciones de carbono, que se proyecta alcanzará los 100 mil millones de dólares para 2030.
  • El papel de China: Es productor y comprador de créditos de carbono. Los proyectos de reforestación generan créditos que se venden a empresas occidentales, canalizando así fondos hacia las finanzas del gobierno chino.
  • Costo ambiental: La producción a gran escala de paneles solares y turbinas eólicas implica la extracción de metales pesados, polvo de sílice, descarga de aguas residuales y palas eólicas no reciclables, lo que socava la credibilidad de la etiqueta “verde”.

Bajo el marco ESG (Ambiental, Social y de Gobernanza), los fondos de pensiones occidentales y las instituciones de gestión de activos han canalizado billones de dólares a empresas estatales chinas. Algunos de estos fondos incluso apoyan indirectamente a empresas vinculadas a campos de trabajos forzados asociados con la persecución de Falun Dafa y los uigures, o a proyectos de carbón altamente contaminantes. Mientras tanto, las industrias nacionales de combustibles fósiles en Occidente se ven limitadas, lo que causa dificultades económicas a los trabajadores y agrava la pobreza energética; en algunas partes de Europa, los precios de la electricidad doméstica se han disparado casi un 50 %.

Estos flujos de capital no sólo debilitan la competitividad de las industrias occidentales sino que también proporcionan una cobertura “verde” para las tecnologías de vigilancia y el desarrollo militar-industrial de China.

‘Comunidad de futuro compartido para la humanidad’ 

La visión de Xi Jinping para la gobernanza global

  • Concepto: La “Comunidad de Futuro Compartido para la Humanidad”, incorporada a la Constitución de China en 2018, tiene como objetivo establecer un orden de gobernanza global centrado en Beijing.
  • Método: A través de la Iniciativa de La Franja y la Ruta, China ha invertido aproximadamente un billón de dólares en infraestructura en unos 150 países, a menudo acompañada de altos niveles de deuda.
  • Encuadre climático: China promueve la “civilización ecológica” como lema mientras se beneficia de objetivos de emisiones flexibles en el marco del Acuerdo de París e incluso exporta proyectos de energía a carbón al exterior.

El clima occidental dejó ‘compañeros de viaje’

  • Fenómeno: algunos activistas climáticos occidentales, mientras critican la “codicia corporativa” y la “hegemonía occidental”, inadvertidamente prestan apoyo retórico a la agenda climática de China.
  • Colaboración: Algunas organizaciones medioambientales europeas cooperan con los proyectos verdes de la Franja y la Ruta, promoviendo las tecnologías solar y eólica de China.
  • Riesgo: Esta alineación ideológica puede permitir a Beijing justificar la extracción y vigilancia de recursos bajo el pretexto de la acción climática, debilitando la independencia económica occidental y la supervisión democrática.

Posible erosión de la democracia y la soberanía

  • Advertencia: si los países occidentales sacrifican las economías internas y la supervisión democrática en pos del colectivismo utópico, corren el riesgo de repetir los errores del autoritarismo comunista.
  • Conclusión: Las cuestiones climáticas no deben utilizarse como herramientas para socavar la soberanía nacional o los derechos humanos.

La sombra de la geoingeniería

La geoingeniería y las estelas químicas se consideraron en su momento «teorías conspirativas» inexistentes. Sin embargo, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) comenzó a divulgar información pública sobre este tema en julio, incorporándolo al debate académico y político.

Controversia sobre la gestión de la radiación solar (SRM)

  • Concepto: SRM es una forma de tecnología de “enfriamiento artificial”, similar a las estelas químicas, que rocía diminutas partículas de sulfato en la atmósfera para reflejar la luz solar hacia el espacio, enfriando temporalmente la Tierra.
  • Riesgo: El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) advierte que si los proyectos de gestión de riesgos de desastres a gran escala se detienen repentinamente, podría desencadenarse un “shock de terminación”, causando dramáticas fluctuaciones climáticas globales.
  • Ética: La revisión ética de SRM sigue siendo limitada y la investigación aún continúa.

Casos experimentales y lagunas regulatorias

  • SCoPEx (Universidad de Harvard): Se planeó liberar partículas de sulfato sobre Suecia, pero el proyecto se suspendió en 2024 debido a preocupaciones de salud pública.
  • Legislación estadounidense: Estados como Florida y Tennessee han prohibido experimentos con SRM no autorizados porque partículas como el aluminio y el bario podrían causar enfermedades respiratorias.
  • Perspectiva del Derecho Internacional: El Centro de Derecho Ambiental Internacional clasifica la SRM como potencialmente violatoria de los derechos a la vida, la salud y la autodeterminación y, en casos graves, podría constituir crímenes contra la humanidad.

Posibles consecuencias humanitarias y geopolíticas

  • Enfriamiento desigual: si el efecto de enfriamiento del SRM es desigual, particularmente cerca del ecuador, podría reducir el rendimiento de los cultivos, poniendo a miles de millones de personas en riesgo de hambruna.
  • Uso de la tecnología como arma: Si un solo país u organización despliega secretamente SRM, podría alterar por la fuerza el clima de otras naciones, causando pérdidas de cosechas y fenómenos meteorológicos extremos. Por lo tanto, SRM podría percibirse como un arma climática, lo que podría desencadenar conflictos.

Estos audaces proyectos de SRM recuerdan el lema de la era comunista de Mao Zedong: «Cuanto más audaz es el hombre, mayor es la cosecha», que impulsó el Gran Salto Adelante de China. Entre 1959 y 1961, aproximadamente 45 millones de personas murieron de hambruna (según estadísticas internas del PCCh). La convicción de Mao de «luchar contra el cielo, la tierra y la humanidad» impulsó los esfuerzos por transformar la naturaleza, lo que resultó en proyectos desastrosos como la presa de Sanmenxia, ​​que causó sedimentación e inundaciones río arriba, sumergió 660 kilómetros cuadrados de tierra fértil, obligó a reubicaciones masivas de población y creó problemas ambientales y sociales duraderos.

Escepticismo razonable hacia los datos y políticas climáticas

  • Supresión académica: Los académicos que desafían las opiniones predominantes sobre el clima en cuestiones de gran importancia a menudo enfrentan recortes de financiación, barreras de publicación y otras presiones.
  • Necesidad: La integridad científica exige escuchar y evaluar de manera justa las diferentes perspectivas, evitando que el consenso general sobre el clima se convierta en dogma.

Base ética para el bienestar humano

  • Derechos fundamentales: Ninguna política climática debe infringir los derechos humanos, como por ejemplo imponer dietas restrictivas o limitar excesivamente las actividades agrícolas.
  • Enfoque prudente: Las medidas extremas, incluidos los alimentos elaborados a base de insectos, la carne cultivada en laboratorio o las restricciones a la cría de ganado, deben abordarse con cautela para proteger los derechos básicos de vida.

Un llamado a mirar más allá del velo verde

La combinación de explotación económica, convergencia ideológica, tecnologías experimentales, opacidad de datos y riesgos éticos describe el daño potencial detrás de la apariencia de salvación climática.

La historia demuestra que los eslóganes grandilocuentes de los catastrofistas izquierdistas a menudo difieren de la realidad. Por ejemplo, Marx afirmó que su teoría comunista beneficiaba a la gran mayoría; sin embargo, bajo su dirección, la Comuna de París destruyó gran parte del patrimonio cultural francés. Según El Libro Negro del Comunismo, el comunismo del siglo XX causó al menos 94 millones de muertes no naturales en todo el mundo, sin contar las políticas de planificación familiar de China, que resultaron en más de 400 millones de muertes fetales e infantiles.

Las encuestas de Pew indican que el 56% de los votantes republicanos de Estados Unidos consideran que las políticas climáticas son económicamente destructivas, y algunos votantes demócratas también las consideran como exacerbadoras de la desigualdad social.

Para mitigar verdaderamente los riesgos de las acciones climáticas y garantizar que las políticas sirvan a toda la humanidad, son necesarios los siguientes pasos:

  1. Transparencia y rendición de cuentas: Detener la transferencia de riqueza a regímenes autoritarios, revelar los criterios de inversión ESG y garantizar que las políticas climáticas no socaven los derechos básicos de vida.
  2. Respeto a los derechos humanos y a la naturaleza: aprender de la historia y prohibir los experimentos de geoingeniería sin consulta y evaluación públicas.
  3. Prudencia tecnológica: Priorizar las tecnologías energéticas con mayor eficiencia y menor contaminación, manteniendo la estabilidad económica.
  4. Soberanía y autodeterminación: evitar que un solo grupo o institución domine la agenda climática global.
  5. Proteger la libertad académica: brindar financiación justa y oportunidades de publicación para investigadores con diferentes perspectivas.

Sólo eliminando el “velo verde” y adhiriéndose a los principios de transparencia, ética y derechos humanos la acción climática podrá beneficiar realmente a toda la humanidad.

Por Yu Gui y Janet Huang

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Redacción Mundo Libre
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