El Salvador se convirtió en el país con la tasa de homicidios más baja de toda Latinoamérica
El Salvador ha experimentado un notable descenso en los niveles de violencia, marcando un cambio positivo en la realidad del país centroamericano. Este fenómeno ha surgido en el contexto de un régimen de excepción implementado en marzo de 2022, que ha resultado en la captura de alrededor de 75.000 pandilleros o «terroristas» como los llama el presidente Nayib Bukele.
Según datos de la Policía Nacional Civil hasta el 17 de diciembre de este año, se han registrado 147 homicidios. Al aplicar los criterios del Protocolo de Bogotá, la cifra se ajusta a 204, lo que representa una reducción significativa en comparación con años anteriores.
Este descenso se traduce en una tasa de homicidios proyectada para 2023 de 3 por cada 100.000 habitantes, marcando un contraste impresionante con la situación de 2015, cuando El Salvador enfrentó 6.656 asesinatos, con una tasa de 106 por cada 100.000 habitantes.
El impacto positivo no se limita solo a las cifras de homicidios, sino que también se refleja en otros indicadores delictivos tradicionalmente asociados con las pandillas. La desaparición de personas, los feminicidios y la extorsión han alcanzado mínimos históricos, contribuyendo a un panorama de mayor seguridad y estabilidad.
La aplicación del Protocolo de Bogotá, al establecer criterios técnicos rigurosos, confirma la validez, fiabilidad y transparencia de estas estadísticas, proporcionando una base sólida para evaluar el impacto real de las medidas implementadas por el gobierno. La disminución de la violencia no solo beneficia a la seguridad ciudadana, sino que también contribuye a la mejora del clima social y económico del país.
El presidente Bukele -actualmente de licencia- celebró en su cuenta de X que El Salvador se haya convertido en el país con la tasa de homicidios más baja de toda Latinoamérica.