El “robo del siglo” en el Louvre deja a Francia en una situación “deplorable”, admite el gobierno

El audaz robo cometido en el Museo del Louvre el domingo ha dejado a Francia sumida en un escándalo nacional. Cuatro ladrones irrumpieron en el emblemático museo de París y se llevaron joyas de la Corona francesa en una operación que duró menos de siete minutos, dejando al país —en palabras del ministro de Justicia Gérald Darmanin— en una posición “deplorable” ante el mundo.
Según las autoridades, los delincuentes utilizaron una grúa para acceder por una ventana del piso superior, forzaron la entrada y robaron varias piezas de valor incalculable, entre ellas una tiara y un pendiente pertenecientes a las reinas María-Amelia y Hortensia. La llamada “corona de la emperatriz Eugenia”, fabricada en oro, diamantes y esmeraldas, fue hallada más tarde fuera del museo, aparentemente abandonada durante la huida.
El atraco —que la prensa francesa ya califica como el “robo del siglo”— ha provocado indignación dentro y fuera del país. “Lo que es seguro es que hemos fallado”, reconoció Darmanin en declaraciones a la radio France Inter. “Este hecho proyecta una imagen negativa y deplorable de Francia. Todo el pueblo francés siente que ha sido robado”, añadió el ministro, visiblemente molesto por el impacto del episodio.
Críticas políticas y sensación de vergüenza nacional
La oposición no tardó en responsabilizar al gobierno de Emmanuel Macron por lo que considera un reflejo del deterioro del Estado. Jordan Bardella, líder del partido Agrupación Nacional (RN), calificó el robo como “una humillación insoportable para nuestro país” y cuestionó “hasta dónde llegará la desintegración del Estado”.
Desde la derecha republicana, François-Xavier Bellamy señaló que el suceso “es el síntoma de un país que ya no puede proteger su propio patrimonio”. Ambos líderes coincidieron en que el asalto pone en evidencia graves fallos de seguridad en una de las instituciones culturales más importantes del mundo.
El robo ocurrió a plena luz del día, en un museo que en 2024 recibió más de 8,7 millones de visitantes. Aunque los ladrones no estaban armados, amenazaron a los guardias con herramientas eléctricas para mantenerlos a raya. Según la fiscalía de París, los cuatro individuos lograron escapar en motocicletas y, hasta ahora, siguen prófugos.
Crisis institucional y revisión de la seguridad
El gobierno francés convocó de inmediato una reunión de emergencia entre los ministerios de Cultura e Interior para revisar los protocolos de seguridad del museo. El Louvre, que debía reabrir este lunes, anunció en su sitio web que permanecería cerrado “por circunstancias excepcionales”, y prometió reembolsar las entradas a los visitantes afectados.
El incidente llega en un momento de creciente preocupación por la capacidad del Estado francés para garantizar la seguridad en espacios públicos y proteger su herencia cultural. Para muchos, el robo del Louvre simboliza una pérdida más amplia: la de la confianza en las instituciones.
Mientras la policía sigue la pista de los asaltantes, el gobierno enfrenta un desafío mayor: restaurar no solo las piezas robadas, sino también el prestigio de un país que ve en su patrimonio histórico uno de sus pilares de identidad.
“El Louvre no solo ha sido saqueado”, resumió un analista cultural francés, “ha sido una herida directa al corazón de Francia”.