Crisis sanitaria en China: aumentan los temores sobre la seguridad de las vacunas mientras se intensifica la censura
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Una nueva ola de enfermedades está arrasando China, con hospitales en Henan, Anhui y Guizhou desbordados por pacientes que sufren del síndrome del pulmón blanco, enfermedades cardiovasculares y cáncer. Aunque el número de muertos está aumentando, especialmente entre los ancianos, las autoridades chinas han seguido guardando silencio.
En medio de crecientes preocupaciones, el ex periodista chino Lanjian Zhao ha cuestionado si este aumento de casos está relacionado con las vacunas.
Asimismo, insta al público a reflexionar sobre cómo desenvolverse en una sociedad donde la información está estrictamente controlada y los medios de comunicación no informan de la verdad.
Los hospitales están desbordados
El Sr. Wang, residente de Luohe, Henan, informó que muchos vecinos sufren tos y fiebre intensas, y algunos sufren malestar en todo el cuerpo. Como alguien que pasa con frecuencia por el hospital de camino al trabajo, ha sido testigo directo del caos.
“El hospital está abarrotado de pacientes y los estacionamientos están completamente llenos”, dijo Wang. “La gente muere todo el tiempo, especialmente aquellos de sesenta años. Este año, los casos de cáncer parecen inusualmente altos. Entre las mujeres, el cáncer de ovario es común; personalmente conozco al menos cinco o seis casos. Entre los hombres, el cáncer de pulmón está descontrolado, lo que sospecho que está relacionado con la vacuna”.
“Los gastos médicos son altos, pero a veces ni siquiera el dinero puede salvar una vida. Casi todas las muertes que he visto se debieron a enfermedades; las muertes naturales son poco frecuentes”.
La Sra. Wan, una aldeana del condado de Jianhe, Guizhou, describió cómo el brote alcanzó su punto máximo después del Año Nuevo Lunar, y cada aldea informó al menos dos muertes repentinas. Por temor a la infección, ella y su familia se retiraron a las montañas durante varios días.
“Han muerto tanto adultos como niños. No se trataba de un resfriado común, sino de una enfermedad grave”, recuerda Wan. “El décimo día del Año Nuevo Lunar fui al hospital y estaba lleno de pacientes. En el campo, los accidentes cerebrovasculares son cada vez más frecuentes. Personas de entre cincuenta y sesenta años mueren de repente; si no se las detecta a tiempo, no sobreviven”.
Además, Cheng Rui (seudónimo), un geólogo jubilado de Anhui, informó de un número alarmante de muertes entre jubilados de edad avanzada en su comunidad, muchos de ellos por enfermedad del pulmón blanco.
“Nuestra unidad geológica provincial tenía entre 400 y 500 jubilados, pero desde que surgió el virus en 2019, casi la mitad ha muerto. Ahora, solo quedan entre 200 y 300, la mayoría de entre 70 y 80 años. Hace poco, fallecieron otros siete u ocho, todos de pulmón blanco”, dijo Cheng. “Estas personas eran todas miembros del Partido Comunista, cien por ciento leales al gobierno”.
Los riesgos de las vacunas y la censura de la información
Más allá del colapso del sistema de salud, han resurgido las preocupaciones sobre la seguridad de las vacunas. El investigador independiente Lanjian Zhao reveló que una clase entera de estudiantes de una escuela primaria en Tianjin desarrolló diabetes después de recibir la vacuna Sinovac. Estos niños ahora necesitan inyecciones de insulina de por vida.
“Ya en 2022 descubrí que al menos 600 niños en China habían desarrollado diabetes después de la vacunación. Intenté desesperadamente alertar al público, con la esperanza de que más personas prestaran atención a este desastre humanitario. Sin embargo, los principales medios de comunicación lo ignoraron por completo e incluso censuraron deliberadamente la información”, dijo Zhao.
Aún más alarmante es que descubrió que las plataformas de redes sociales, que deberían permitir el libre intercambio de información, se han convertido en herramientas para suprimir la conciencia pública.
“Intenté buscar mis publicaciones antiguas en Twitter (X), solo para descubrir que el término ‘diabetes’ había sido marcado como una palabra sensible y fue bloqueado sistemáticamente”, explicó y agregó: “El propósito de esta censura es borrar la historia, haciendo que la verdad sea imposible de rastrear”.
Durante la pandemia, Zhao advirtió repetidamente a sus amigos sobre los riesgos de la vacuna, solo para enfrentar el rechazo.
“Tanto en China como en Estados Unidos, la mayoría de la gente parece hipnotizada y acepta ciegamente la vacunación sin permitir ninguna voz disidente”.
Incluso las propias víctimas de las vacunas se niegan a reconocer el deterioro de su salud.
“Quienes fueron de los primeros en vacunarse ya presentaron reacciones adversas y aún así se niegan a admitir que existe el problema”, lamentó.
El papel de los medios de comunicación en la manipulación de la percepción
Zhao sostiene que esta crisis no se limita a las vacunas, sino que refleja el colapso total del ecosistema informativo. Criticó a los medios de comunicación por abandonar su deber de investigar y, en cambio, repetir ciegamente las narrativas oficiales.
“Cuando los periodistas cubren temas relacionados con las vacunas, sus actitudes revelan sus limitaciones cognitivas. Estas personas, carentes de criterio independiente, creyeron ciegamente en la seguridad de la vacuna y, en última instancia, cayeron en la misma crisis sanitaria”, señaló Zhao.
“Si ni siquiera pueden discernir sus propios riesgos para la salud, ¿cómo podrán informar con precisión sobre cuestiones sociales?”
Según Zhao, la credibilidad de los medios se está erosionando debido al conformismo ciego.
“Cuando empiezan a difundirse ciertas historias falsas, la gente debería preguntarse: ¿la mayoría de estos periodistas se vacunaron? Si es así, no es de extrañar que crean, promuevan o incluso inventen noticias absurdas”.
Además, señaló que tanto los medios chinos como los occidentales sirven a diferentes grupos de intereses pero operan con las mismas tácticas.
“En China, los periodistas lavan el cerebro al público para el Partido Comunista. En Estados Unidos, se reinventan y siguen trabajando para otro bloque de poder. Su retórica cambia, pero su esencia sigue siendo la misma”.
La batalla por la información
Zhao afirma que el caos tanto en China como en Estados Unidos no se debe a diferencias ideológicas, sino más bien al trabajo de grupos de intereses que manipulan la información para mantener el poder y la riqueza.
“Los medios chinos lavan el cerebro de la gente con nacionalismo, mientras que los medios occidentales presentan sus narrativas bajo el disfraz de libertad y democracia. Su objetivo final es el mismo: garantizar que la gente común cumpla sin cuestionar ni resistirse”, advirtió.
“El verdadero campo de batalla es la guerra de la información. Ya se trate del desastre de las vacunas o del colapso del periodismo, todas estas crisis apuntan a una única causa fundamental: la manipulación sistemática de la percepción pública”.
Insta a la gente a mantenerse alerta y evaluar críticamente la información, en lugar de confiar en una sola fuente.
“No se trata solo de vacunas o corrupción en los medios: es un reflejo de la desintegración continua del marco cognitivo de nuestra sociedad”.
Cómo salir adelante a través del caos
Ante la desinformación generalizada, Zhao plantea una pregunta crucial: “¿Elegimos ser manipulados como ovejas o nos convertimos en individuos que buscan y controlan la verdad?”
Advierte que la inteligencia artificial (IA) está surgiendo como un nuevo factor en la guerra de la información.
“A medida que la capacidad cognitiva humana disminuye y la influencia de la IA crece, el desafío clave es cómo utilizar la IA para contrarrestar la manipulación cognitiva. Si la humanidad no logra superar sus limitaciones intelectuales, el futuro mundo de la información estará gobernado completamente por algoritmos”.
Aunque el futuro puede parecer caótico e incierto, Zhao insiste en que los individuos todavía tienen el poder de tomar el control.
“La verdadera pregunta es: ¿Seguiremos siendo víctimas pasivas de la manipulación o nos convertiremos en individuos que buscan y controlan la verdad?”
Por Xiao Ran