El régimen comunista chino se quedaría afuera de la licitación para la Hidrovía Paraná-Paraguay
El gobierno argentino anunció el lanzamiento de una licitación nacional e internacional para concesionar por 30 años el dragado y balizamiento de la Hidrovía Paraná-Paraguay, una vía clave para el comercio exterior del país y un botín muy preciado para el Partido comunista chino.
Por este corredor marítimo transita el 80% de las exportaciones argentinas, lo que lo convierte en un activo estratégico de gran relevancia. Con esta privatización, el Ejecutivo busca reducir el gasto estatal y mejorar la eficiencia operativa. Sin embargo, la decisión de excluir a empresas estatales extranjeras, incluyendo a las chinas, ha generado implicancias geopolíticas significativas.
La resolución que regula la licitación establece en su artículo 16° que no podrán participar “personas jurídicas controladas, directa o indirectamente, por estados soberanos o agencias estatales”. Esta medida deja fuera de la competencia a firmas como Shanghai Dredging Co., una subsidiaria de la estatal China Communications Construction Company (CCCC), conocida por sus estrechos vínculos con el gobierno chino y su papel en proyectos que combinan intereses económicos y geopolíticos de Beijing.
La Hidrovía y la exclusión china
La exclusión de CCCC en la licitación de la Hidrovía Paraná-Paraguay refleja una decisión estratégica del gobierno argentino para limitar la influencia china en un recurso clave para la región. Desde el vencimiento de la concesión original en 2021, la gestión estuvo a cargo de la Administración General de Puertos (AGP), que subcontrató las operaciones a las empresas Jan de Nul y Emepa. Sin embargo, problemas de coordinación y eficiencia motivaron el relanzamiento de una licitación internacional más ambiciosa y con un horizonte de largo plazo.
En el nuevo proceso, las empresas europeas parten como las principales candidatas. Entre ellas destacan Jan de Nul, la actual operadora, y firmas de renombre como Boskalis y DEME Group, ambas con sede en Bélgica y Holanda, respectivamente. Estas compañías tienen una sólida trayectoria en proyectos de dragado y un alto nivel técnico, lo que las posiciona como los principales competidores.
CCCC y sus subsidiarias son parte del aparato del Partido Comunista chino (PCCh)
La subsidiaria, CCCC Dredging (Group) Co. (CCCC Dredging) fue presentada en Shanghái, el 19 de junio de 2015, en un evento que fue celebrado como el nacimiento de la mayor empresa de dragado del mundo.
En agosto de 2019, Mike Pompeo, el entonces secretario de Donald Trump, acusó a la compañía constructora china y sus subsidiarias de “estar involucradas en corrupción, financiamiento predatorio, destrucción medioambiental y otros abusos a lo largo del mundo”.
La empresa china fue sancionada en ese momento por su ayuda en la expansión militar de islas artificiales en el Mar de China Meridional, donde Beijing ha hecho reclamaciones de soberanía impugnadas.
Desde 2013, el régimen chino ha utilizado sus empresas estatales para dragar y reclamar más de 3.000 acres en las zonas en disputa del Mar de China Meridional, desestabilizando la región, pisoteando los derechos soberanos de sus vecinos y causando una devastación medioambiental incalculable, según el Departamento de Estado.
CCCC dirigió el dragado destructivo de los puestos de avanzada del régimen chino en el Mar de China Meridional y es también uno de los principales contratistas utilizados por Beijing en su estrategia expansionista global «Un franja, una ruta».
En el contexto de esa estrategia de China, la declaración de Pompeo mencionó el caso de Costa Rica por haber «experimentado las fechorías de CCCC», al haber trabajado con su filial CHEC en el proyecto de ampliación de la Ruta 32.
Por estos motivos EE. UU. impuso sanciones contra la empresa CCCC y cinco de sus subsidiarias.
CCCC participó en programas de infraestructura de alto perfil en el extranjero vinculados con Nueva Ruta de la Seda, incluyendo el que dio lugar a que China reclamara el control de un puerto en la isla de Sri Lanka, según The Washington Post.
Tanto CCCC como las empresas estatales chinas son usadas por el PCCh como “armas” para imponer su agenda expansionista en todo el mundo.
La importancia estratégica de la Hidrovía
Con más de 3.400 kilómetros, la Hidrovía Paraná-Paraguay conecta a Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia, facilitando la exportación de productos agrícolas y bienes hacia mercados internacionales. El gobierno argentino busca modernizar esta infraestructura, incluyendo la profundización del canal a 39 pies y la instalación de sistemas de radar y monitoreo satelital para combatir problemas como el narcotráfico. Estas mejoras están diseñadas para reforzar la competitividad logística del país frente a sus vecinos, especialmente Brasil y Uruguay.
En febrero de 2021, un reporte de IProfesional mostró que la decisión china de controlar los resortes clave del aparato productivo y exportador de la Argentina es una amenaza latente.
El Partido comunista chino está muy interesado en la arteria clave del complejo sojero.
Y aquí es donde entra el interés del PCCh en la hidrovía Paraná-Paraguay. El régimen chino quería lograr este objetivo por medio de participar de la licitación por el servicio de dragado, balizamiento y mantenimiento de la hidrovía.
Los tramos que le interesan a China comprenden 25 puertos exportadores y un movimiento de granos superior a los 90 millones de toneladas.
En el 2014 el régimen chino tomó el control de la cerealera Nidera que maneja desde los granos (soja, arroz, trigo, maíz), hasta los subproductos primarios (harinas proteicas, aceites, harinas, maltas) y alimentos esenciales como los tomates, uvas y té.
Para China, adueñarse de la hidrovía abriría la posibilidad de un flujo más intenso con Rosario, cuyo puerto hoy concentra el 80 por ciento de las exportaciones de productos agrícolas que lleva a cabo la Argentina.
Al mismo tiempo, los chinos estuvieron invirtiendo en los ferrocarriles argentinos para desplazar los productos que les interesan hacia los puertos.
A todo esto, el régimen chino lo pudo lograr gracias a acuerdos de los gobiernos socialistas anteriores, entre ellos “La Franja y la Ruta”. Pero hoy bajo el gobierno de Javier Milei la situación ha cambiado y los deseos expansionistas del PCCh están siendo limitados.