El conservador «Georgian Dream» gana las elecciones en Georgia con el 54% de los votos
El 26 de octubre, el partido de gobierno «Georgian Dream» ganó las elecciones parlamentarias de Georgia con el 54% de los votos, asegurando una sólida mayoría en el nuevo Parlamento, mientras que la coalición de oposición obtuvo el 37%, según informó el presidente de la comisión electoral, Giorgi Kalandarishvili.
Aunque todos los partidos opositores tendrán acceso al Parlamento por haber superado el umbral del 5%, los números de Georgian Dream le permitirán gobernar en solitario.
A pesar de que la prensa globalista intenta etiquetar al gobierno como «prorruso», el primer ministro georgiano, Irakli Kobakhidze, declaró a Euronews que Rusia no tuvo ninguna influencia en las elecciones parlamentarias del sábado.
La Unión Europea había advertido que el resultado de estas elecciones afectaría las posibilidades de adhesión del país exsoviético a la UE, una aspiración consagrada en la Constitución del país. En diciembre pasado, Georgia obtuvo el estatus de candidato para unirse al bloque.
Georgia tiene una población de 3,7 millones de habitantes, se encuentra en la región del Cáucaso y comparte una frontera de unos 894 kilómetros con Rusia.
Tuve la oportunidad de participar en estas elecciones en calidad de observadora internacional, visitando cinco centros de votación durante el día en la capital, Tiflis. Observé que el proceso electoral se desarrolló de manera transparente: todos los procedimientos fueron explicados claramente y parecían accesibles para los observadores.
La participación de los votantes fue notablemente alta; sin embargo, la atmósfera en los centros de votación era tranquila y organizada. Esto refleja un compromiso positivo por parte del electorado y un proceso bien gestionado. No presencié ningún episodio de violencia en los lugares que visité.
La presencia de observadores internacionales contribuye a la credibilidad general de las elecciones y también brinda una maravillosa oportunidad para conocer la cultura de este país en las costas del Mar Negro, que sigue profundamente marcado por la invasión rusa en una breve guerra en 2008, después de la cual Moscú instaló bases militares en dos regiones separatistas: Abjasia y Osetia del Sur, que el Kremlin actualmente reconoce como estados independientes.
El partido conservador Georgian Dream, que gobierna desde hace doce años, no ha desviado al país de su rumbo hacia la adhesión a la Unión Europea, aunque ha aprobado una serie de leyes que no están en línea con la agenda progresista.
Bruselas decidió congelar el proceso de adhesión de Georgia a la UE a principios de este año, después de que el parlamento del país aprobara una «Ley sobre la interferencia extranjera«, que obliga a las ONG y medios que reciban más del 20% de su financiación del extranjero a registrarse como «promotores de los intereses de una potencia extranjera» y a proporcionar informes más detallados sobre sus finanzas y actividades.
Además, el mes pasado, el parlamento georgiano aprobó una ley destinada a salvaguardar los valores familiares tradicionales, que prohíbe el matrimonio entre personas del mismo sexo, la adopción por parte de parejas del mismo sexo, las intervenciones de reasignación de género, la promoción de la homosexualidad y la transición de género en los medios, la publicidad y cualquier tipo de exhibición o promoción de la ideología LGBT en las escuelas.
Posteriormente, el alto representante para Asuntos Exteriores de la UE, Josep Borrell, pidió a Georgia que retirara la ley y exhortó al gobierno a «reafirmarse en los valores europeos».
El domingo por la mañana participé, junto a otros observadores, en una conferencia de prensa donde expuse lo que experimenté durante la jornada del sábado.
Lamentablemente, creo que cada país que promueve una agenda conservadora, pro-familia y pro-cristiana es duramente atacado por Bruselas y los medios globalistas. La democracia no es respetada cuando el partido político ganador es de derecha.
Sin embargo, los europeos están demostrando su descontento con la agenda progresista. Por ello, los partidos conservadores han ganado las elecciones parlamentarias o han tenido un gran crecimiento en sus respectivos países.
La voluntad de los pueblos debe ser respetada, especialmente cuando se manifiesta en un ambiente de elecciones transparentes con la presencia de cientos de observadores internacionales.
Por Candela Sol Silva para Mundo Libre Diario