El ocaso de Barack Obama en el Partido Demócrata: ¿un legado en crisis?
El dominio que el expresidente Barack Obama ejercía en la política del Partido Demócrata parece estar llegando a su fin, según expertos, quienes pronostican un «mayor ajuste de cuentas» tras las derrotas electorales sufridas por los demócratas en las elecciones de 2024.
En el reciente ciclo electoral, el Partido Demócrata mostró su respaldo a la candidatura del presidente Joe Biden y, posteriormente, a la vicepresidente Kamala Harris, ambas con el aval de Obama. Sin embargo, los resultados no fueron los esperados: Donald Trump obtuvo una victoria aplastante, asegurando 312 votos electorales frente a los 226 de Harris. Este regreso político histórico ha sacudido los cimientos del partido, que ahora enfrenta una reestructuración para contrarrestar las políticas de la administración Trump 2.0.
Críticas a la élite demócrata
Figuras clave como Nancy Pelosi, Chuck Schumer, Hakeem Jeffries y el propio Obama han sido señaladas por su papel en lo que el estratega demócrata Julian Epstein denominó como «un evidente engaño» al promover la idea de que Biden estaba apto para un segundo mandato. Epstein también criticó la falta de liderazgo al no enfrentar a la izquierda progresista del partido, cuyas políticas, según él, están desconectadas de las prioridades del electorado.
«Todos fallaron la prueba de liderazgo», afirmó Epstein, de acuerdo a lo recogido por Fox News.
Por otro lado, un editorial de The Washington Post fue contundente: «Cuando Obama instaló a Kamala Harris como el último rostro de su revolución, el público estadounidense finalmente despertó y rechazó el discurso demonizador contra Trump, reconociendo que sus políticas estaban más alineadas con el ideal estadounidense».
Obama y la desconexión con el electorado
En el Foro de la Democracia 2024, Obama pronunció un discurso que fue calificado como una muestra de su habilidad comunicativa, pero también como evidencia de su incapacidad para comprender por qué Trump sigue siendo una figura atractiva para una amplia base de votantes.
«Todavía no entiende cómo sus ocho años en el poder culminaron con el ascenso de Trump», escribió un editorial de MSNBC. «El primer paso para responder a las demandas de cambio de los estadounidenses es dejar de escuchar a Barack Obama»,
Las campañas de Harris y Biden: desaciertos estratégicos
La campaña de Kamala Harris también enfrentó críticas severas por alejarse de los votantes de clase trabajadora, un segmento clave que Trump logró movilizar. En contraste, Harris optó por campañas que incluían celebridades y músicos, algo que fue percibido como insensible en medio de la inflación y las tensiones por las guerras en Israel y Ucrania.
Asimismo, el desempeño de Biden fue cuestionado por su capacidad mental, con episodios que alimentaron la percepción de debilidad durante los debates y eventos públicos. Esto intensificó los llamados a que diera un paso al costado, incluso por parte de antiguos aliados de Obama, como David Axelrod y Jon Favreau. Finalmente, Biden anunció su retiro el 21 de julio, dejando el camino libre para Harris.
A pesar de las críticas, Obama se mantuvo como una figura central durante la transición de liderazgo. Respaldó públicamente a Harris y participó en eventos clave, acompañado por la ex primera dama Michelle Obama. Sin embargo, la cercanía de Harris con Obama también fue objeto de escrutinio, ya que varios de sus principales asesores habían trabajado previamente en las administraciones de Obama.
Un futuro incierto para el «Obamismo»
El fracaso electoral de 2024 también ha puesto en evidencia la incapacidad del partido para reconciliar las tensiones entre sus alas moderada y progresista. Obama, quien en el pasado llamó a superar la cultura de la «pureza política» y el «wokeismo», ahora enfrenta críticas por haber cedido ante las demandas de la izquierda del partido.
«Por su parte, Obama señaló el problema del ‘wokeismo’ hace cuatro años, pero en lugar de mantener su posición, retrocedió ante el ala progresista», destacó Epstein.
Mientras el Partido Demócrata intenta reconstruir su base y redefinir su estrategia, el legado de Obama está siendo revaluado. Lo que alguna vez fue considerado un movimiento transformador ahora enfrenta un ocaso marcado por divisiones internas, pérdidas electorales y una creciente desconexión con los votantes.