El Ministro de Defensa chino permanece sin aparecer en público por más de dos semanas en un contexto de silencio oficial
El ministro de Defensa de China, Li Shangfu, no ha hecho apariciones públicas en más de dos semanas, lo que ha generado incertidumbre sobre su paradero y situación. Este caso recuerda al del exministro de Exteriores, Qin Gang, quien fue destituido sin explicaciones en julio pasado después de desaparecer de la vida pública.
La última vez que se vio a Li en un evento público fue durante un foro de seguridad China-África el 29 de agosto, poco después de sus reuniones con altos funcionarios rusos y bielorrusos en Moscú y Minsk. Li fue sancionado por Washington en 2018 debido a la compra de armamento a Rusia.
Según informes del diario Financial Times, fuentes estadounidenses sugieren que el ministro chino podría estar bajo arresto domiciliario mientras se lleva a cabo una investigación de naturaleza desconocida.
Ante una pregunta sobre la situación del ministro y la información proporcionada por el diario británico, la portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Mao Ning, declaró hoy que «no está al tanto».
El embajador estadounidense en Tokio, Rahm Emanuel, señaló en la red social X (anteriormente Twitter) que Li no asistió a una reciente reunión programada con el jefe de la Armada de Singapur, aunque no proporcionó más detalles o pruebas.
Aunque Li aún aparece en la página web del Ministerio de Defensa y hay menciones recientes a su nombre en las redes sociales del país, el Ministerio de Exteriores borró gran parte de las menciones a Qin Gang un mes después de su desaparición, cuando ya se había confirmado su destitución a finales de julio.
Qin, exembajador chino en Estados Unidos, ascendió en diciembre pasado y dejó de aparecer en público el 25 de junio tras meses de actividad frenética con la apertura del país después de que se superara la política de ‘cero covid’.
El Partido Comunista chino (PCCh) lo destituyó del cargo sin proporcionar explicaciones, lo que dio lugar a diversas especulaciones sobre su caída, desde problemas de salud hasta una supuesta aventura extramatrimonial con una presentadora de televisión, e incluso una purga política tras meses de luchas internas en la formación.
La ausencia de Li ocurre aproximadamente un mes después de la destitución de dos generales de la Fuerza de Cohetes del Ejército Popular de Liberación (EPL, Ejército chino), sin que se haya dado una explicación al respecto.
Lucha de facciones dentro del PCCh
Dentro del Partido comunista chino existe una profunda lucha facciones entre el liderazgo de Xi y una red política profundamente arraigada centrada en el exsecretario general del PCCh, Jiang Zemin, quien controló de facto a la República Popular China desde fines de la década de 1990 hasta 2012 y que tendió asociaciones con occidente, por ejemplo con la Fundación Clinton.
El propio Xi ha continuado con una campaña anticorrupción de una década de duración dirigida de forma desproporcionada a los funcionarios actuales y antiguos asociados a la facción Jiang.
Hablar de una ‘campaña anticorrupción’ en China parece una broma, ya que todo dentro del PCCh es corrupto, por lo que los analistas consideran que esta purga política tiene motivos ulteriores.
Las purgas comenzaron con la caída de Bo, el fanático de las campañas al estilo de la Revolución Cultural para «cantar canciones rojas y golpear a los negros» (es decir, a los capitalistas ricos, el enemigo tradicional del PCCh), que en su día fue considerado un aspirante a jefe del Partido antes de verse envuelto en un dramático escándalo que le llevó a ser detenido y condenado a cadena perpetua.
La campaña anticorrupción ha sido objeto de medidas disciplinarias, despidos o la caída directa de cientos de «tigres» (cuadros superiores, incluidos Bo y oficiales militares o de seguridad de alto rango como Zhou Yongkang y Xu Caihou), así como millones de «moscas», es decir funcionarios de base acusados de abusar de sus posiciones para disfrutar de favores o riquezas mal engendradas.