El inusual objeto enterrado que podría revelar de quién era el cadáver en la casa que habitó Cerati

Gracias a un antiguo reloj calculadora enterrado junto a un cuerpo humano en una obra en construcción, la investigación por los restos hallados en la casona de la Ciudad de Buenos Aires que habitó el mítico músico Gustavo Cerati sumó una pista que podría ser determinante.
El caso, que empezó con una excavación de rutina para levantar una obra en construcción y derivó en un expediente abierto por homicidio, hoy avanza entre datos forenses, objetos de época y un contexto histórico cargado de interrogantes.
Hoy, a casi un mes del hallazgo en la residencia sobre avenida Congreso al 3.700, en Coghlan, la pista reveladora es un simple reloj Casio. ¿A qué se debe su importancia para esclarecer la identidad del fallecido?
Qué aporta el reloj para dilucidar sobre los restos humanos en la casa que habitó Cerati
A mediados de mayo, el cadáver fue encontrado por obreros que trabajaban en el terreno lindero a una vieja casona, que fue ocupada entre 2002 y 2003 por Gustavo Cerati y que anteriormente perteneció a la artista Marina Olmi, hermana del reconocido actor argentino Boy Olmi. Fue cuando la mujer estuvo en España que el cantante alquiló la casa y la convirtió en un sitio de encuentro del rock: pasaron por allí Charly García, Luis Alberto Spinetta y Fito Páez, entre otros.
Los restos, que apuntan a la muerte violenta de un hombre desconocido, estaban en el interior de una fosa pequeña, de apenas 1,20 por 0,60 metros, enterrados junto a un reloj Casio CA-90, un modelo que data de 1981 y fue uno de los más famosos: era digital, tenía calculadora y hasta lucía un juego -con números- parecido a “Space Invaders”.
La pieza, por la que un coleccionista desembolsaría vaya uno a saber cuánto dinero (en eBay figura a 275 euros), acotó el rango de la muerte de la persona entre 1980 y 1990. Ya no se busca en los registros a alguien de hace un siglo, sino a alguien desaparecido hace unos 40 años y de quien es más sencillo establecer un contacto en la actualidad.
Vale recordar que antes de Cerati o Marina Olmi, la casona -y los sectores de alrededor- habían oficiado, a lo largo de unos 120 años, como geriátrico, capilla y un establo.
De acuerdo con la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Nº 61, a cargo de Martín López Perrando, el análisis del número de serie del reloj señala que su venta en Argentina no pudo ser anterior a 1992, lo que establece una fecha posterior a ese año para su posible entierro. Además, la duración de la pila podría sumar mayor precisión al enigma.
Por otro lado, entre los 150 fragmentos óseos recolectados por la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, también se hallaron objetos que llamaron la atención de los investigadores: un llavero y una llave tipo Trabex de dos paletas (la que le dan a una persona cuando hace una copia en la cerrajería).
El fiscal Martín López Perrando, a cargo de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Nº61, lidera una pesquisa que aún no logra identificar a la víctima. Sólo se sabe que se trata de un varón joven, de entre 20 y 22 años, de contextura física desarrollada. Quedó descartada la hipótesis de que sea un indigente fallecido por causas naturales.
Especialistas del Gabinete Científico de la Policía de la Ciudad están abocados a analizar los restos para conocer la causa de muerte y extraer ADN. Es tanto, la Justicia solicitó la colaboración del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), reconocido a nivel mundial por su esclarecimiento en masacres y en hitos como la identificación de las víctimas de la última dictadura cívico-militar (1976-1983).
Otra novedad de la semana trajo claridad al lugar exacto donde estaba enterrado el cuerpo. Si bien al inicio se creyó que había sido hallado en el predio en el que residió Cerati, los restos humanos aparecieron del lado de la casa lindante, en el lote que figura como Congreso 3.742. Así se descarta, al menos de momento, una conexión directa con los artistas que habitaron la propiedad vecina.