El grave problema de las pensiones y el cuidado de mayores en China
La promesa de “cuidado de ancianos” se ha considerado durante mucho tiempo un indicador de una sociedad inclusiva, moderna y humana. Pero, mientras China lidia con una población que envejece rápidamente y fuertes turbulencias económicas, la infraestructura de atención a los ancianos del país parece estar en crisis.
En los últimos cinco años, el número de instituciones de atención a personas mayores registradas se ha reducido en un 70 por ciento, lo que plantea serias preocupaciones sobre el futuro de los sistemas de pensiones y la atención a las personas mayores en el país.
Según un informe reciente de Radio Free Asia (RFA), que citó estadísticas de la base de datos de registro Qichacha, el número de centros de atención a largo plazo registrados en China ha disminuido drásticamente desde 2019. En diciembre de 2023, solo se registraron 681 instituciones de atención a personas mayores en todo el país. Esto equivale a una disminución del 22,5 por ciento con respecto a 2022 y una alarmante caída del 74 por ciento en comparación con las cifras de 2019.
El informe también encontró que en sólo cinco años, el sector ha experimentado un éxodo masivo de instalaciones, lo que pone de relieve un fracaso sistémico a la hora de satisfacer las necesidades de la creciente población de personas mayores del país.
Una brecha cada vez mayor
El envejecimiento demográfico de China es el núcleo del problema. Según la Oficina Nacional de Estadísticas, para fines de 2023, la población de China había disminuido en 2,08 millones, lo que elevaría el total a aproximadamente 1.409 millones. Más significativamente, las personas mayores de 65 años o más ahora suman 216,76 millones, lo que representa el 15,4 por ciento de la población. Los mayores de 60 años representan una proporción aún mayor: el 21,1 por ciento.
Para complicar aún más las cosas, la tendencia al envejecimiento no hace más que acelerarse. Según un informe de la Universidad Central de Finanzas y Economía, la edad media de la fuerza laboral china aumentó de 32,25 años en 1985 a 39,72 en 2022, lo que indica una disminución de la cantidad de trabajadores jóvenes y un aumento del número de ciudadanos de edad avanzada.
Los expertos advierten que las consecuencias de este cambio demográfico son nefastas. A los gobiernos locales, agobiados por las deudas y que ya sufren presiones económicas y un mercado inmobiliario débil, les resulta cada vez más difícil financiar las pensiones públicas. En 2019, la Academia China de Ciencias Sociales advirtió que, incluso con subsidios gubernamentales, el fondo nacional de pensiones para trabajadores urbanos podría agotarse en 2035, lo que lo dejaría totalmente dependiente de las contribuciones de una fuerza laboral más joven.
El Wall Street Journal se hizo eco de preocupaciones similares, afirmando que “el envejecimiento de la población y la disminución de las tasas de natalidad podrían, en última instancia, convertirse en problemas fundamentales que afecten a la economía de China”.
¿Por qué se cierran las instalaciones?
La rápida desaparición de las instituciones de atención a la tercera edad refleja múltiples desafíos sistémicos. Los administradores de estas instalaciones citan dos razones principales: “la baja disposición de los adultos mayores a mudarse allí” junto con un poder adquisitivo limitado.
“En China, las personas mayores son reacias a abandonar sus hogares y trasladarse a instituciones”, dijo al “Economic Observer” un director anónimo de un centro de atención para ancianos. Esta preferencia cultural por el envejecimiento en el hogar, sumada al aumento de los costos de la atención institucional, ha dejado a muchos centros incapaces de mantener sus operaciones. “Las personas mayores a menudo tienen que depender del apoyo familiar porque sus pensiones simplemente no son suficientes”, agregó el director.
Además, muchos ancianos en China carecen de los recursos financieros necesarios para pagar una atención profesional. Con pensiones limitadas y costos de atención médica en aumento, la atención a personas mayores se ha convertido en un lujo que pocos pueden permitirse. Esta disminución en la demanda ha dejado a muchos centros en el limbo, mientras enfrentan crecientes deudas e incertidumbre. Lo que alguna vez parecía ser un sector prometedor de la “economía plateada” se ha convertido en una industria en dificultades, dijo la fuente.
Déficits de políticas
Ahora, el gobierno chino se enfrenta a un desafío monumental. Los expertos señalan que la construcción de más centros de atención a los ancianos por sí sola no resolverá el problema. “Para garantizar que los ancianos estén bien atendidos se necesita un apoyo político integral, bienestar social básico y una mayor inversión”, dijo un analista financiero a RFA. “No se trata solo de tener más residencias de ancianos”.
En el pasado, China ha experimentado con políticas como la postergación de la edad de jubilación para mantener a los trabajadores en la fuerza laboral por más tiempo y aliviar la presión sobre las pensiones. Pero estas políticas también han encontrado una reacción generalizada, ya que muchos trabajadores temen perder sus pensiones y la oportunidad de disfrutar de la jubilación después de décadas de duro trabajo. Los trabajadores de mayor edad también suelen enfrentar dificultades para conseguir empleo debido a la falta de habilidades o la discriminación por edad.
Al mismo tiempo, el gobierno ha intentado promover la inversión privada en el cuidado de ancianos, pero, como los beneficios son limitados y la demanda está en descenso, los inversores privados siguen dudando en participar. Sin incentivos más fuertes, el sector seguirá estancado, señaló RFA.
Una crisis inminente
El colapso de los centros de atención a los ancianos expone un problema más profundo en el sistema de pensiones y bienestar de China. Frente al envejecimiento de la población, el estancamiento económico y la caída de las tasas de natalidad, China está entrando sin duda en un territorio desconocido.
El cierre del 70% de las instituciones de atención a la tercera edad en apenas cinco años es un claro indicador de los desafíos que se avecinan. Si bien China sigue haciendo hincapié en la importancia de la “atención a la tercera edad”, alcanzar esa meta requerirá reformas políticas audaces, mayor inversión en bienestar social y un cambio cultural hacia soluciones de atención más sostenibles.
«No se trata solo de construir instalaciones, sino de hacerlas accesibles y asequibles. Las personas mayores merecen envejecer con dignidad», dijo el director de la instalación.
Por Alina Wang
Solo para suscriptores
Continúe leyendo sin costo al instante
Newsletter semanal ✔️
Acceso a contenido exclusivo ✔️