El Gobierno argentino denunció que «terroristas intentaron perpetrar un golpe de Estado»

En Argentina, el miércoles 12 de junio, fue un día marcado por la violencia y los enfrentamientos. El Gobierno de Javier Milei acusó a los grupos de izquierda que protestaron en las inmediaciones del Congreso de la Nación de «intentar perpetrar un golpe de Estado» mientras se debatía la Ley Bases, una de las principales iniciativas del mandatario.

A través de la cuenta oficial de la Oficina del Presidente en la red social X, el Gobierno felicitó a las fuerzas de seguridad «por su excelente accionar reprimiendo a los grupos terroristas que con palos, piedras e incluso granadas, intentaron perpetrar un golpe de Estado, atentando contra el normal funcionamiento del Congreso de la Nación Argentina».

La publicación oficial hacía referencia a los violentos incidentes que tuvieron lugar durante toda la tarde en las calles aledañas al Congreso, donde diversas organizaciones sociales, piqueteras, de izquierda, peronistas, asambleas barriales y sindicatos se manifestaron en contra de la Ley Bases.

Cerca de las 14 horas, comenzaron los primeros enfrentamientos, que alcanzaron su punto más álgido minutos antes de las 18, cuando un grupo de manifestantes inició serios destrozos y respondió a la policía con violentos ataques e incendió automóviles y bicicletas.

«Fuimos a proteger el Congreso y nos respondieron con piedras e incendios. Nosotros respondimos de manera inmediata. Ahora pagarán uno por uno los daños causados y el auto quemado de Cadena 3, con una causa que no será leve. Porque con nosotros el que las hace, las paga», publicó en X la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.

En diálogo con TN, Bullrich justificó la utilización del término «golpe de Estado» por parte del Gobierno: «Es en el sentido moderno de la palabra, que tiene que ver con intentar, mediante un desgaste, que los gobiernos no puedan estabilizarse y no puedan avanzar en la concreción de su plan».

Los enfrentamientos más intensos se registraron frente al histórico edificio del Congreso, en la Plaza de los Dos Congresos. Cinco efectivos, dos policías y tres gendarmes, resultaron con heridas de consideración y debieron ser trasladados al hospital Churruca. Al menos dos automóviles fueron prendidos fuego y varios más vandalizados, mientras que gases y proyectiles volaron sostenidamente a lo largo de la tarde.

La policía disparó balas de goma, gas pimienta y utilizó camiones hidrantes para dispersar a los activistas que atacaron el vallado dispuesto en los alrededores del Congreso. Las esquinas de Callao y Rivadavia, por un lado, y Entre Ríos e Yrigoyen, por otro, fueron un verdadero «polvorín».

Durante más de tres horas, la violencia reinó en la zona, con distinta intensidad. Cada vez que la situación parecía estar controlada, desde distintas arterias aparecían nuevos atacantes que reavivaban los incidentes. Los grupos dispersados retornaban por diferentes accesos al edificio del Congreso, pese a que los efectivos los esperaban con escudos, gases, balas de goma y camiones hidrantes.

La Policía Federal, Gendarmería Nacional, PSA y 600 efectivos de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires sostenían el operativo, mientras decenas de militantes de partidos de izquierda arrojaban insistentemente piedras, palos, botellas y bombas molotov. Además, según informó la Policía de la Ciudad, se detuvo a un hombre de 41 años que tenía en su poder una granada de Fabricaciones Militares.

Uno de los automóviles incendiados pertenecía a Cadena 3, medio de comunicación de la provincia de Córdoba que llegó a la Ciudad de Buenos Aires para cubrir la sesión en el Senado. El otro, dado vuelta en plena calle Sáenz Peña, fue atacado frente a los móviles de canales de televisión por agresores, algunos a cara descubierta.

Las imágenes que circularon a lo largo de la tarde mostraron una lucha cuerpo a cuerpo entre la policía y los manifestantes, en la que volaron proyectiles de todo tipo. En la zona, el aire se tornó irrespirable como consecuencia de los gases utilizados por las fuerzas de seguridad para disuadir las agresiones de los activistas, cuyo objetivo era interrumpir la sesión en la que se discutía la Ley Bases.

Desde la fuerza porteña, indicaron a Infobae que entre sus filas hubo tres policías heridos, dos mujeres y un hombre. Una de las oficiales recibió el golpe de un objeto contundente arrojado desde un balcón en la intersección de la calle Salta con avenida de Mayo y fue derivada al Hospital Ramos Mejía con traumatismo de cráneo. Otro de los heridos sufrió una fractura en un dedo por un golpe.

La jornada concluyó con un saldo de 33 detenidos, varios heridos y una ciudad conmocionada por los violentos choques. Mientras tanto, la discusión sobre la Ley Bases continuó en el Senado, con un clima tenso y una vigilancia extrema para prevenir nuevas escaladas de violencia.

Tras la aprobación de la Ley Bases en general pasadas las 23 horas, los manifestantes volvieron a enfrentar a la policía en la puerta del Congreso. Entre forcejeos y empujones, se volvieron a intensificar los incidentes. Las fuerzas de seguridad mantuvieron el cordón policial para controlar la situación a través de la policía motorizada.