El FBI entrega al Congreso un informe sobre un complot chino para interferir en las elecciones de EE.UU. de 2020

Un informe desclasificado recientemente por el FBI, entregado al Congreso de los Estados Unidos, ha desatado un intenso debate sobre posibles intentos de interferencia extranjera en las elecciones presidenciales de 2020.
Según el documento, el régimen chino habría estado detrás de un plan para producir licencias de conducir estadounidenses falsas con el objetivo de facilitar la creación de boletas de voto por correo fraudulentas a favor del entonces candidato demócrata Joe Biden.
Este revelador informe, presentado por el director del FBI, Kash Patel, al presidente del Comité Judicial del Senado, Chuck Grassley, plantea serias preguntas sobre la integridad de los procesos electorales en Estados Unidos y el papel del Partido Comunista Chino (PCCh) en intentos de manipulación internacional.
Detalles del informe
El informe, fechado en agosto de 2020, detalla información proporcionada por una fuente confidencial del FBI, la cual alertó sobre un presunto esquema del PCCh para fabricar y exportar licencias de conducir estadounidenses falsas.
Estas licencias, según la inteligencia, habrían sido utilizadas para respaldar boletas de voto por correo fraudulentas, una práctica que podría haber influido en los resultados de las cuestionadas elecciones de 2020, en las que Joe Biden se impuso sobre Donald Trump.
Sin embargo, el informe subraya que la información no fue completamente corroborada ni investigada en profundidad, ya que los documentos fueron retirados de las agencias de inteligencia poco después de su emisión. Este retiro ocurrió aproximadamente al mismo tiempo que el entonces director del FBI, Christopher Wray, testificó ante el Congreso que no había evidencia conocida de complots de interferencia extranjera en las elecciones de ese año.
El senador Chuck Grassley, quien inicialmente expresó preocupaciones sobre la falta de seguimiento a esta inteligencia, ha sido un actor clave en la desclasificación de estos documentos.
Según Grassley, durante la administración Biden, el FBI no investigó adecuadamente las acusaciones a pesar de la existencia de evidencia sobre las licencias falsas.
El director Patel afirmó a Just the News que la entrega de estos documentos al Congreso responde a un compromiso de transparencia y subrayó la gravedad de las acusaciones, que incluyen “planes del PCCh para fabricar licencias de conducir falsas y enviarlas a Estados Unidos con el propósito de facilitar boletas de voto por correo fraudulentas”.
Este informe se suma a una serie de preocupaciones sobre la influencia del régimen chino en los asuntos internos de Estados Unidos. Durante los últimos años, el FBI y otras agencias de inteligencia han advertido repetidamente sobre las tácticas del PCCh para socavar la seguridad nacional y los valores democráticos de EE.UU. Desde ciberataques dirigidos a infraestructura crítica, como plantas de tratamiento de agua y redes eléctricas, hasta la difusión de desinformación en redes sociales, China ha demostrado un enfoque sofisticado y agresivo para expandir su influencia global.
En 2024, el FBI alertó a legisladores sobre intentos del PCCh de fabricar historias falsas para desacreditar a políticos estadounidenses que apoyan a Taiwán, utilizando inteligencia artificial y cuentas falsas para amplificar narrativas antiamericanas.
El caso de las elecciones de 2020 no es el primer indicio de interferencia electoral atribuida a actores extranjeros. En años recientes, se han documentado esfuerzos de Rusia y China para influir en la opinión pública estadounidense mediante campañas de desinformación. Sin embargo, el informe sobre las licencias falsas representa una acusación específica y grave, ya que implica un intento directo de manipular el proceso electoral a través de medios físicos, no solo digitales. La falta de una investigación completa en 2020, bajo la dirección de Wray, plantea preguntas sobre si el FBI priorizó adecuadamente la seguridad electoral en un momento crítico.
Por otro lado, el historial del PCCh en materia de represión interna y vigilancia masiva sugiere que su interés en manipular elecciones extranjeras no es sorprendente. El régimen ha demostrado una y otra vez su disposición a utilizar todos los medios disponibles—desde el robo de propiedad intelectual hasta la coerción económica—para avanzar en su agenda geopolítica.
En este contexto, la posibilidad de que China haya intentado influir en las elecciones de 2020 debe ser vista como parte de una estrategia más amplia para debilitar a las democracias occidentales y fortalecer su posición como superpotencia. Según analistas, es claro que la fortaleza de un líder como Donald Trump a ellos no les conviene y eso se ve claramente reflejado en la «guerra comercial» que se volvió a iniciar a partir de la administración Trump 2.0.